24 nov 2008
Luz amarilla para siete aves cordobesas
1:47 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (24/11/2008)
Luz amarilla para siete especies de aves cordobesas
Ése es el número de grupos que figuran como vulnerables en un libro publicado recientemente. La causa principal es el desmonte, que se aceleró en los últimos años.
Siete especies de aves que habitan en Córdoba figuran como vulnerables en el libro Categorización de las aves de la Argentina según su estado de conservación. Se trata de un trabajo realizado por la Dirección Nacional de Fauna Silvestre, la Fundación Ornitológica Aves Argentinas y la Fundación Birdlife.
El informe se presentó hace poco y su fin es permitir a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación afianzar una estrategia de conservación para las aves y mejorar de ese modo su gestión. El número de especies catalogadas es 1.004, de las cuales 19 figuran en estado crítico (1,89 por ciento); 52, en peligro (5,18 por ciento); y 88 aparecen como amenazadas (8,77 por ciento).
Las especies cordobesas contempladas en el tercer rango son el flamenco rosado (que habita en Mar Chiquita, lagunas del sudeste y laguna de Pocho), el flamenco andino (Mar Chiquita, en invierno), el pato crestudo (Mar Chiquita), el cardenal amarillo (sierras secas del oeste), el atajacaminos ala negra (bañados del Río Dulce), la monjita de las salinas (especie endémica de las Salinas Grandes) y el ñandú (habita los campos abiertos de la provincia y los bañados del Saladillo).
Una de las causas que motivó la realización del trabajo es la situación preocupante en que se encuentran muchos ambientes naturales de nuestro país, fundamentalmente el bosque nativo. Por caso, los últimos datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación revelan que nuestro país se encuentra en una verdadera emergencia forestal.
Las estadísticas eximen de comentarios adicionales para explicar ese diagnóstico alarmante: entre 1998 y 2002 desaparecieron 781.930 hectáreas. Pero en los últimos cuatro años el proceso se acentuó y los desmontes arrasaron con 1.108.669 hectáreas, es decir unas 280 mil hectáreas por año. La cifra equivale a la desaparición de 821 hectáreas de bosques por día o a 34 hectáreas por hora.
Para la categorización de las aves silvestres en el país, la Dirección de Fauna Silvestre de la nación compatibilizó el método utilizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) con el aplicado por la Secretaría de Ambiente en otros grupos de animales.
Como parte del relevamiento de datos en el terreno, unos 40 especialistas compartieron su experiencia de campo y bibliografía específica para analizar cada una de las especies que habitan en Argentina. De esa manera se asignaron valores que permitieron contar con resultados precisos.
Fuera de peligro. El trabajo muestra, además, que 725 especies de las 1.004 registradas (el 72,21 por ciento) no están amenazas. También, que 103 se encuentran en situación de vulnerabilidad y otras 17 aparecen como insuficientemente conocidas.
En las conclusiones del trabajo se destaca que según la categoría en que se encuentra una especie se puede determinar si es necesario realizar esfuerzos especiales para su protección o si, por el contrario, es factible aprovecharla de manera sustentable. Por ejemplo, la categorización de aves demostró que los tres cuquenes migratorios que habitan en el país (el real, el común y el colorado) están seriamente amenazados, lo que justifica la suspensión de la caza de esta especie dispuesta en varias provincias.
Si bien la jurisdicción y responsabilidad primaria de la conservación in situ de la fauna silvestre en Argentina corresponde a las administraciones provinciales, es conveniente que la Nación desarrolle y coordine con las provincias planes para la conservación de las aves, empleando para ello criterios de sustentabilidad, como ocurre en los países que marchan a la vanguardia en materia ambiental.
A no dormirse. La concreción del proyecto cubrió la necesidad de actualizar la calificación para las especies de la avifauna argentina que llevaba 25 años sin modificaciones. En consecuencia, el catálogo que se venía utilizando no reflejaba los profundos cambios ambientales que se produjeron en el país en el último cuarto de siglo. De allí que los expertos en aves que participaron en el trabajo coincidieran en que el período que debería transcurrir entre un relevamiento y otro tendría que ser de cuatro años, coincidiendo con las Reuniones Argentinas de Ornitología.
Resta ahora que la Secretaría de Ambiente de la Nación, a cargo de la cordobesa Romina Picolotti, elabore la norma legal correspondiente para la aprobación oficial a nivel nacional de este verdadero "libro rojo" de las aves argentinas.
En Peligro. De las 1.004 especies de aves relevadas en Argentina, 19 se encuentran en peligro crítico.
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Antecedentes con vuelo propio
La primera lista. En los albores de la década del ‘80, los doctores Chlaes Olrog (zoología) y José María Gallardo (ciencias biológicas) elaboraron la Lista Nacional de Especies Amenazadas, que incluyó a mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Si bien en el trabajo no se explicitaron los criterios utilizados en la oportunidad, la nómina tomó forma legal como resolución 144/1983 de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación.
Actualización. Entre 1993 y 1996, a instancias de la entonces Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, aquel primer listado de mamíferos de Argentina se actualizó con la participación de instituciones reconocidas en la materia, como la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos.
Anfibios y reptiles. Entre 1998 y 2000, la Asociación Herpetológica Argentina organizó un proceso similar al anterior para anfibios y reptiles.
Convenio. En 2005, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable firmó con Aves Argentinas un convenio general de cooperación para que una entidad especializada en el tema se ocupara de los aspectos técnicos necesarios para la elaboración de un catálogo de aves.
Categorización. A fines de octubre se presentó el libro Categorización de las aves de la Argentina según su estado de conservación.
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Más información:
PDF - Especies amenazadas
Luz amarilla para siete especies de aves cordobesas
Ése es el número de grupos que figuran como vulnerables en un libro publicado recientemente. La causa principal es el desmonte, que se aceleró en los últimos años.
Siete especies de aves que habitan en Córdoba figuran como vulnerables en el libro Categorización de las aves de la Argentina según su estado de conservación. Se trata de un trabajo realizado por la Dirección Nacional de Fauna Silvestre, la Fundación Ornitológica Aves Argentinas y la Fundación Birdlife.
El informe se presentó hace poco y su fin es permitir a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación afianzar una estrategia de conservación para las aves y mejorar de ese modo su gestión. El número de especies catalogadas es 1.004, de las cuales 19 figuran en estado crítico (1,89 por ciento); 52, en peligro (5,18 por ciento); y 88 aparecen como amenazadas (8,77 por ciento).
Las especies cordobesas contempladas en el tercer rango son el flamenco rosado (que habita en Mar Chiquita, lagunas del sudeste y laguna de Pocho), el flamenco andino (Mar Chiquita, en invierno), el pato crestudo (Mar Chiquita), el cardenal amarillo (sierras secas del oeste), el atajacaminos ala negra (bañados del Río Dulce), la monjita de las salinas (especie endémica de las Salinas Grandes) y el ñandú (habita los campos abiertos de la provincia y los bañados del Saladillo).
Una de las causas que motivó la realización del trabajo es la situación preocupante en que se encuentran muchos ambientes naturales de nuestro país, fundamentalmente el bosque nativo. Por caso, los últimos datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación revelan que nuestro país se encuentra en una verdadera emergencia forestal.
Las estadísticas eximen de comentarios adicionales para explicar ese diagnóstico alarmante: entre 1998 y 2002 desaparecieron 781.930 hectáreas. Pero en los últimos cuatro años el proceso se acentuó y los desmontes arrasaron con 1.108.669 hectáreas, es decir unas 280 mil hectáreas por año. La cifra equivale a la desaparición de 821 hectáreas de bosques por día o a 34 hectáreas por hora.
Para la categorización de las aves silvestres en el país, la Dirección de Fauna Silvestre de la nación compatibilizó el método utilizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) con el aplicado por la Secretaría de Ambiente en otros grupos de animales.
Como parte del relevamiento de datos en el terreno, unos 40 especialistas compartieron su experiencia de campo y bibliografía específica para analizar cada una de las especies que habitan en Argentina. De esa manera se asignaron valores que permitieron contar con resultados precisos.
Fuera de peligro. El trabajo muestra, además, que 725 especies de las 1.004 registradas (el 72,21 por ciento) no están amenazas. También, que 103 se encuentran en situación de vulnerabilidad y otras 17 aparecen como insuficientemente conocidas.
En las conclusiones del trabajo se destaca que según la categoría en que se encuentra una especie se puede determinar si es necesario realizar esfuerzos especiales para su protección o si, por el contrario, es factible aprovecharla de manera sustentable. Por ejemplo, la categorización de aves demostró que los tres cuquenes migratorios que habitan en el país (el real, el común y el colorado) están seriamente amenazados, lo que justifica la suspensión de la caza de esta especie dispuesta en varias provincias.
Si bien la jurisdicción y responsabilidad primaria de la conservación in situ de la fauna silvestre en Argentina corresponde a las administraciones provinciales, es conveniente que la Nación desarrolle y coordine con las provincias planes para la conservación de las aves, empleando para ello criterios de sustentabilidad, como ocurre en los países que marchan a la vanguardia en materia ambiental.
A no dormirse. La concreción del proyecto cubrió la necesidad de actualizar la calificación para las especies de la avifauna argentina que llevaba 25 años sin modificaciones. En consecuencia, el catálogo que se venía utilizando no reflejaba los profundos cambios ambientales que se produjeron en el país en el último cuarto de siglo. De allí que los expertos en aves que participaron en el trabajo coincidieran en que el período que debería transcurrir entre un relevamiento y otro tendría que ser de cuatro años, coincidiendo con las Reuniones Argentinas de Ornitología.
Resta ahora que la Secretaría de Ambiente de la Nación, a cargo de la cordobesa Romina Picolotti, elabore la norma legal correspondiente para la aprobación oficial a nivel nacional de este verdadero "libro rojo" de las aves argentinas.
En Peligro. De las 1.004 especies de aves relevadas en Argentina, 19 se encuentran en peligro crítico.
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Antecedentes con vuelo propio
La primera lista. En los albores de la década del ‘80, los doctores Chlaes Olrog (zoología) y José María Gallardo (ciencias biológicas) elaboraron la Lista Nacional de Especies Amenazadas, que incluyó a mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Si bien en el trabajo no se explicitaron los criterios utilizados en la oportunidad, la nómina tomó forma legal como resolución 144/1983 de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación.
Actualización. Entre 1993 y 1996, a instancias de la entonces Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, aquel primer listado de mamíferos de Argentina se actualizó con la participación de instituciones reconocidas en la materia, como la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos.
Anfibios y reptiles. Entre 1998 y 2000, la Asociación Herpetológica Argentina organizó un proceso similar al anterior para anfibios y reptiles.
Convenio. En 2005, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable firmó con Aves Argentinas un convenio general de cooperación para que una entidad especializada en el tema se ocupara de los aspectos técnicos necesarios para la elaboración de un catálogo de aves.
Categorización. A fines de octubre se presentó el libro Categorización de las aves de la Argentina según su estado de conservación.
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