14 nov 2008

Finalmente crearon la CRESE

La Voz del Interior (14/11/2008)
Giacomino obtuvo los votos para crear la empresa municipal de la basura



Córdoba Recicla Sociedad del Estado fue aprobada por 23 votos contra ocho. Juez dio marcha atrás y permitió que el oficialismo acompañe la iniciativa.
Por 23 votos contra ocho, el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba aprobó ayer en primera lectura la creación de Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese), la empresa municipal que en el futuro podrá prestar el servicio de recolección y tratamiento de la basura en una parte de la ciudad o en todo el ejido, de acuerdo a cómo evolucione la complicada situación con la actual prestataria Cliba.
Giacomino, acompañado por buena parte de su Gabinete, presenció toda la sesión y festejó airadamente junto al viceintendente Carlos Vicente luego de que los 16 concejales del Frente Cívico y Social, los cuatro que componen el bloque de Unión por Córdoba, los radicales Guillermo Farías y Eduardo Conrad y el independiente Fernando Masucci levantaran la mano.
Además de aprobar con varios cambios la creación de Crese, el Concejo le dio a Giacomino amplias facultades para realizar –a través de esta empresa municipal– contrataciones directas por plazo ilimitado. Si es ratificado en segunda lectura, esto será mucho más de lo que el Ejecutivo pidió en primera instancia.
Después del temblor. Apenas 24 horas antes de la sesión, buena parte de los votos oficialistas pareció esfumarse debido a tormenta política que desató la pública oposición del ex intendente Luis Juez. Ayer a primera hora de la mañana, cuando todo indicaba que la sesión iba a ser suspendida por la virtual fractura del bloque oficialista, Juez convocó a los ediles y, con la intervención del secretario de Gobierno, Walter Nostrala, se acordó el aval al proyecto que Giacomino considera vital para garantizar la prestación del servicio de higiene urbana y para poder negociar en mejores condiciones con Cliba.
Esos dos fueron los principales argumentos del oficialismo, y también los que expusieron casi todos los ediles opositores que acompañaron el proyecto: fueron comunes las críticas al servicio que presta la empresa del Grupo Roggio y, sobre todo, al precio de la prestación.
La defensa. La defensa de Crese estuvo principalmente en manos de la edila Graciela Treber. El argumento oficialista apuntó a la "voracidad empresaria" y a la necesidad de darle al intendente una herramienta para buscar un servicio que se ajuste más a lo proyectado en el pliego de la fallida licitación internacional, y para hacerlo a menor costo.
Crese procurará hacerse cargo de la zona norte de la ciudad e implementar los centros verdes, las escombreras, la inclusión social de cartoneros y recolectores informales, y la optimización del enterramiento sanitario.
Los pocos datos concretos sobre las perspectivas económicas que depara la futura empresa municipal fueron aportados por Treber, quien en base a lo que presentan el costo laboral de los 1.095 empleados de Cliba, aseguró que el costo real de la actual prestación es de unos 12 millones de pesos al mes. Hoy el municipio debe abonar unos 15 millones a Cliba.
El ataque. Junto al proyecto de creación de Crese se trató la iniciativa presentada por el radicalismo para facultar a Giacomino a realizar contrataciones directas por 18 meses. Esa alternativa fue acompañada por el bloque que lidera la edila Olga Riutort.
Las críticas de ambas bancadas opositoras a Crese fueron similares, y se basaron en la multitud de interrogantes técnicos y de imprecisiones que rodea a la futura empresa municipal, en el temor a que se esté creando una nueva Tamse, a la falta de discusión del proyecto y a la incertidumbre financiera.

Cómo votaron
A favor (23) . Marta Juárez, Gustavo Barrionuevo, Oscar Arias, Mónica Cid, Alejandra Del Boca, Marcela Ibáñez, Susana Frossi, Virginia Pagnanini, Teresa Saravia, Juan Rodríguez, Jorge Stabio, Graciela Treber, Sandra Trigo, Laura Ortiz, Graciela Villata y Fernando Machado (Frente Cívico). Graciela Nicolás, Elvio Sahaspe, Juan Rufeil y Pablo Canedo (UPC); y Eduardo Conrad y Guillermo Farías (UCR).
En contra (8). Bloque Eva Duarte y el resto de la UCR.

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Muchas preguntas y enormes heridas

Daniel Giacomino obtuvo los votos que necesitaba para dar el primer paso hacia la formación de Crese. Si la segunda lectura ratifica lo aprobado por el oficialismo y parte de la oposición, el intendente no sólo tendrá una empresa municipal sino que estará facultado para contratar de modo directo a las firmas que quiera para prestar el servicio que decida, por el plazo que considere más conveniente.
Desde la reapertura democrática, ningún intendente tuvo tantas facultades para resolver respecto a la basura, ni tan pocos recursos para destinar a ese servicio.
No hay otra razón que la imposibilidad de seguir pagando lo que pretenden cobrar las empresas privadas para explicar la desesperación oficial por dar nacimiento a Crese. Pero ahora la gestión Giacomino puede estar segura de que la basura será su signo y de que el desafío que acaba de asumir será el que marque el destino de su errática gestión.
No sólo porque el servicio de higiene urbana es el más universal, imprescindible y oneroso. Sobre todo por la tormenta política que precedió a la votación y por las gigantescas heridas que quedaron en el seno del complejo grupo de concejales que compone el oficialismo.
El Frente Cívico votó a favor de Crese, a pesar de la oposición pública del ex intendente Luis Juez y aun cuando la necesaria alianza que implica la exigencia de dos tercios de los votos llegara del bloque de Unión por Córdoba.
En la noche del miércoles, fueron los votos más fieles a Juez los que estuvieron a punto de evaporarse, mientras que la oposición los ratificó y no sólo eso: el gobernador Juan Schiaretti comprometió el aporte de casi cinco millones de pesos mensuales para el enterramiento sanitario y ayer se comunicó personalmente con Aldo Roggio, propietario de Cliba, para advertirle que la Provincia irá a la Justicia si la empresa abandona el servicio en la Capital.
La dudas sobre Crese aún son demasiadas. Pero son más las que se ciernen sobre la fuerza política que gobierna la ciudad, liderada por dos ex socios que actúan como francos adversarios.

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El servicio apuntará al reciclado

Crese funcionará operativamente, basándose en los pliegos elaborados para la licitación.
Ayer mismo, luego de su aprobación en primera lectura, comenzaron a trascender detalles respecto a cómo funcionará la futura empresa Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese). Según fuentes municipales, el servicio se basará en el contenido por los fallidos pliegos para la licitación de la basura.
El primero en dar precisiones fue el propio intendente Daniel Giacomino, que adelantó que una de las patas principales de Crese será el reciclado. Otro de los datos que confirmó el intendente fue la apertura de las ofertas para la adquisición de una flota de 39 camiones. Presentaron ofertas Volkswagen, Ford, Iveco y Mercedes Benz. Trascendió que los precios ofrecidos fueron muy parejos, pero la opción de Volkswagen sería la más barata.
Giacomino también adelantó que el próximo martes se abrirá la licitación para la compra de 36 cajas compactadoras para los camiones recolectores. Participarán tres fábricas radicadas en la ciudad de Oncativo. Los otros tres camiones se dedicarán al transporte de residuos patógenos y al barrido de calles.
Otros de los datos obtenidos extraoficialmente apuntan a que el costo de cada unidad completa ronda los 300 mil pesos, por lo que el costo total de la flota llegará a los 10 millones de pesos.
El intendente explicó que una parte del dinero necesario provendrá de la Nación, y el resto lo pondrá el municipio. Giacomino aseguró que el capital inicial de la empresa superará los 15 millones de pesos, principalmente en bienes de capital.
Si bien existe mucha cautela entre los funcionarios para confirmar cómo funcionará Crese, trascendió que operativamente se basará en los pliegos que se habían elaborado para el nuevo contrato de la basura, y se reiteró que se apunta a la operación del enterramiento sanitario.
La primera etapa consistirá en la prestación básica del servicio, pero progresivamente se avanzará hacia la recolección diferenciada de los residuos. También se reflotará el establecimiento de escombreras y puntos verdes. En una segunda etapa, se implementaría el sistema de contenedores.
Finalmente, la recolección también se realizaría como estaba previsto en los pliegos. Esto significa una frecuencia de cuatro días para residuos orgánicos y dos días para los inorgánicos.

Cómo quedó el estatuto
Capital social. Será de $ 5 millones. En el proyecto original era de $ 50 mil.
Directorio. Para su nombramiento y remoción se debe contar con el acuerdo del Concejo Deliberante.
Personal. La contratación del personal no podrá exceder el 65 % de la estructura de costos, con una asignación máxima de un 59 % destinada a las áreas operativas del servicio.
Fiscalización. Estará a cargo de una comisión, compuesta por cuatro miembros nombrados por el Concejo (dos por la mayoría y dos por la oposición), y un miembro nombrado por el Ejecutivo.

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La Mañana de Córdoba (14/11/2008)
Por voluntad no divina, pero casi



Todos lo esperaban, inclusive aquellos que ya no se atreven a mirarlo a los ojos por pertenecer pero no acompañar, o acompañar tibiamente. El intendente Daniel Giacomino se hizo presente ayer en el recinto del Concejo Deliberante apenas pasadas las 16.30. Su rostro se mostraba no tan sereno como cansado; y es que el día había comenzado muy temprano para el titular del municipio y también para muchos dentro del plural y heterogéneo Frente Cívico. La historia suele comenzar a veces con hombres y mujeres trasnochados de nervios e indecisiones. Probablemente ésta también. Horas antes, el padre de la criatura, Luis Juez, había abierto una vez más la boca dejando caer palabras que sólo sirvieron para marcar terreno político, suyo y nada más que suyo, y que socavaron cualquier vestigio de solidaridad en las imprecisas filas del Frente Cívico ante un proyecto oficialista que si de algo necesitaba imperiosamente era de convicción. Y el jefe dijo y se fue no sin antes volver a decir, porque siempre dice, para así ahondar aun más las diferencias y los raros sinsabores dentro ese frágil abanico de colores del juecismo que rara vez, al menos con Giacomino al volante, se menea con un compás armonioso sin despeinar para la foto al titular del Palacio 6 de Julio, por utilizar sólo una figura simpática al describir la difícil, y a veces imposible, relación entre el intendente y los concejales juecistas en el Concejo.
“Fueron importantes todos los votos, empezando por el Frente Cívico que ha votado unido y que desde hace más de una semana, más allá de las versiones que hemos escuchado en las últimas horas, que todo el bloque me manifestó que estaba acompañando al intendente en este caso”, dijo Giacomino tras culminar victorioso en la sesión de ayer en el cuerpo deliberativo. Pero sinceramente es difícil dar credibilidad a lo dicho por el intendente con respecto a este apoyo de sus concejales con tanta anticipación. El miércoles por la tarde, el clima en los despachos oficialistas ya había comenzado a enrarecerse. Los rumores ganaron protagonismo en los débiles y voluntariosos oídos de quienes ya se preparaban para hacer frente a un presagiado pedido de cuarto intermedio. Algunas puertas se abrían para que ciertos concejales contrariados se encerrasen a pensar. Y luego de hacerlo algunos salieron creyendo encontrar en la propuesta presentada por el bloque radical ciertos conceptos e ideas más pertinentes, más solares podríamos decir tras muchas noches de gris insomnio en el Frente Cívico. Y aquí no hay lugar para la ficción. Los discusiones existieron, fueron reales dentro del oficialismo. Las mismas pusieron en riesgo la aprobación en primera lectura de CRESE, confundiendo a propios y extraños las formas y los argumentos exhibidos para acompañar o no el proyecto. Sin embargo y a pesar, el rostro de Giacomino tras la sesión victoriosa de ayer en el Concejo hasta se permitió alguna sonrisa catártica. ¿Estaba feliz? No, quizá sea mucho decir. Sólo estaba. Y estar, en estos momentos tan delicados, tiene la suprema importancia de seguir siendo.

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Giacomino ganó la pulseada por la basura



El intendente consiguió el respaldo de 23 de los concejales y podrá ahora poner en marcha el plan B para garantizar la recolección de la basura. Luego de estar a un paso del quiebre, el bloque del Frente Cívico unificó su posición.
Con el voto de 23 de los concejales, el intendente le ganó la pulseada a su antecesor Luis Juez y obtuvo el aval para crear CRESE. La imagen de la ciudad tapada por la basura que inundó los medios de comunicación semanas atrás, parece haber espantado al ex intendente que midió las consecuencias de quedar ante la opinión pública como el malo de la película. Pero el potencial daño a su imagen pública no fue lo único que Juez puso en la balanza para darles libertad de conciencia a “sus” concejales. El líder del FC sopesó el frente interno que se le abría. Al blanquear el acuerdo de Giacomino con el peronismo para sortear la votación en el Concejo Deliberante, Juez colocó a la titular del bloque, Graciela Villata, y al viceintendente Carlos Vicente, en una situación incómoda: en buena medida fueron los artífices de las negociaciones para sumar adhesiones a la iniciativa.
Las dudas sobre el apoyo de los concejales del Frente Cívico al proyecto de creación de Córdoba Recicla Sociedad del Estado (CRESE) fueron despejadas ayer cuando el bloque aprobó por unanimidad la constitución de la nueva empresa estatal que prestará el servicio de tratamiento y recolección de residuos en la ciudad, o al menos estará facultada para hacerlo.
La innegable influencia del ex intendente Luis Juez en los concejales del oficialismo pusieron al bloque al borde del quiebre (al menos once de los ediles habrían cuestionado la iniciativa). Sin embargo, los nubarrones que el miércoles por la noche parecían llevarse puesto la posibilidad de que el intendente Daniel Giacomino pusiera en marcha el plan B para garantizar la recolección de la basura ante un posible repliegue de la actual prestataria, se disiparon ayer cuando giacoministas y juecistas respaldaron el proyecto, que fue finalmente aprobado con 23 votos (los cuatro concejales de Unión por Córdoba, el ex olguista Fernando Massuci y los nicolasistas Eduardo Conrad y Guillermo Farías también acompañaron).
En la balanza, Juez puso los pro y los contra de su decisión de bajarle el pulgar a CRESE, y al parecer los últimos pesaron más que los primeros. Con una opinión pública hastiada de los problemas que tiene el municipio para prestar los servicios esenciales, y con un frente interno cuyas heridas tardarán en cicatrizar, Juez decidió dar marcha atrás y tolerar el apoyo del bloque del Frente Cívico al proyecto oficial.
Además, en las filas del juecismo la idea de estatizar un servicio público prendió desde un primer momento. Desde que comenzó a debatirse el proyecto, los concejales del Frente Cívico, en mayor o menor medida, defendieron a capa y espada la “necesidad de dotar al Estado de una herramienta que evitara la presión empresaria y gremial”, concepto con el que comulgan desde su posición ideológica.
Detrás quedó la amenaza del concejal Fernando Machado, alfil del ultrajuecista Miguel Ortiz Pellegrini, quien había coqueteado con la posibilidad de replicar el voto negativo de Teresa Saravia en la frustrada sesión para aumentar la tarifa del transporte.

Nueva etapa
La aprobación del proyecto fue seguida de cerca por el titular del Palacio 6 de Julio, quien presenció la sesión acompañado por casi todo su gabinete. Tal como se había anticipado, la iniciativa fue respaldada por 23 votos, mientras que ocho concejales del bloque Eva Duarte y cuatro radicales la rechazaron.
La propuesta del Ejecutivo es que la nueva empresa estatal se haga cargo del enterramiento sanitario en Potrero del Estado y de la tarea de barrido y recolección de residuos en la zona norte, dejando en manos de Cliba la zona sur y el área central. Es decir, un esquema en el que convivan lo estatal con lo privado. En tal sentido, el proyecto de ordenanza aprobado ayer autoriza al Ejecutivo municipal a realizar una contratación directa, con lo cual, una vez que caiga el contrato vigente con Cliba que rige hasta el 1º de febrero, la Municipalidad podría realizar un nuevo contrato ya sea con la firma del Grupo Roggio u otra sin necesidad de convocar a un nueva licitación.
Precisamente, la frustrada licitación de la basura, origen de la crisis que obligó al intendente a pensar un plan alternativo, estuvo ausente en los discursos de los ediles del oficialismo, aunque no así en el caso de los de la oposición.
Por caso, el titular del bloque radical, Ramón Mestre cuestionó la “improvisación” del Ejecutivo municipal y lo acusó de no contar con un plan que defina el futuro del sistema de la basura en la ciudad. También se refirió a la incorporación en el proyecto oficial de la posibilidad de que el Ejecutivo realice una contratación directa. “Nos acusan de querer favorecer con nuestro proyecto a Cliba pero son ustedes lo que lo hacen al habilitar al Ejecutivo a una contratación directa, pero sin fijar precios ni plazos”.
Antes, el titular de la comisión de Servicios Públicos, Gustavo Barrionuevo defendió el proyecto: «El Estado municipal necesita de esta herramienta para no ser rehén de los grupos económicos que quieren quedarse con el 40 por ciento del presupuesto municipal».
Al justificar el apoyo del PJ al proyecto, el concejal Elvio Sahaspe dijo: «Acompañamos la iniciativa porque los peronistas no le tenemos miedo a las empresas del Estado y para que el Estado no esté presionado por empresas privadas».
En tanto, el bloque de Olga Riutort insistió en la necesidad de conocer la estructura de costos de la nueva empresa: «No acompañamos la iniciativa porque no conocemos con cuánta plata cuenta el ejecutivo para constituir esta empresa».

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Advertencia de Schiaretti a Cliba

En el mediodía de ayer, y desde la Casa de Gobierno, el gobernador Juan Schiaretti anunció que decretará la emergencia ambiental en caso que la empresa Cliba interrumpa la prestación el servicio de recolección de basura en la ciudad de Córdoba.
El mandatario informó que en el mediodía del miércoles se comunicó con la máxima autoridad de la empresa mencionada para expresarle esta decisión de la Provincia “para que la Justicia obligue a la prestataria a recoger la basura en la ciudad de Córdoba”.
Schiaretti justificó la medida señalando: “Los habitantes de esta ciudad no pueden estar rehenes de discusiones sobre quién presta el servicio de la basura, ni la ciudad puede soportar tener riesgos médicos porque hay basura en la calle. El gobierno provincial actuará cuidando a los cordobeses como corresponde”, anunció.
Finalmente, en apoyo a su par del municipio, Schiaretti expresó su deseo de que se le encuentre una solución al tema de la basura y reiteró que si hay un intendente que quiere resolver este problema que hace años arrastra la ciudad, la Provincia no opinará sobre las decisiones que tome el jefe comunal, pero aseguró: “Sí, tengo en claro que no se le puede poner palos en la rueda a las ideas que tiene el intendente, hay que dejar que las ponga en práctica y solucionar de una vez por todas este tema en nuestra ciudad Capital”.
Cabe recordar que para aportar soluciones para este delicado asunto, el gobernador Juan Schiaretti anunció el miércoles que creará un fondo específico para el tratamiento de la basura, de 15 millones de pesos, que se constituirá en el Presupuesto 2009 con el aporte de un tercio de lo que se recauda a través del Plan Provincial del Manejo del Fuego.

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Empresa municipal y basura

No existe ningún motivo para que una empresa estatal sea menos eficiente que una empresa privada.
Ninguno.
Los gerentes de ambas pueden ser seleccionados entre los mejores y más calificados empleados.
Los trabajadores de ambas pueden tener idéntica contracción al esfuerzo laboral y al trabajo organizado.
Existen, a priori, algunos puntos a favor de la empresa pública. Por ejemplo, la mayor disponibilidad de recursos financieros pues el sector público siempre se las arregla para conseguir el dinero que necesita.
Pero venimos de una experiencia deplorable en materia de empresas públicas.
De todo nivel: nacional, provincial y municipal.
La empresa petrolera de la Nación era la única en el mundo que perdía dinero y se manejaba con 55.000 empleados. Cuando se privatizó sólo se requirió la décima parte de ellos.
La provincia tenía dos bancos y ahora tiene sólo uno que, además, no tiene la lozanía de otros tiempos. En el medio, quedaron dineros cedidos al estado provincial y nunca devueltos, créditos otorgados a amigos políticos sin la garantía suficiente y jamás recuperados y otros desmanejos que resultan impensables en una empresa privada, sometida a controles muchos más severos.
El municipio ya tuvo a su cargo la recolección de la basura y también el transporte público, hace muchos años. Y la experiencia no terminó bien.
Por algún motivo, la administración del estado no ha resultado eficiente.
Algunos empleados, dueños de estabilidad laboral, no se esfuerzan demasiado en el cumplimiento de sus tareas. Los gerentes de compras adquieren insumos más caros que los privados. Los políticos a cargo del municipio suelen llenar las empresas de empleados innecesarios al sólo efecto de cumplir con compromisos políticos asumidos en sus campañas electorales. La empresa pública deja muchos más huecos por los que se escapa la eficiencia y aumentan los costos.
Claro que esto no debería ser así. Claro que la empresa estatal podría estar bien administrada, llena de trabajadores esforzados y conducidas por gerentes que no malgasten los dineros públicos.
Pero no es así.
Habitualmente ocurre todo lo contrario.
Tenemos la TAMSE a la vista.
En el caso específico de la recolección de residuos, los peligros son aún mayores. La ineficiencia podrá ser cubierta por la contabilidad pública. Será difícil saber cuánto nos cuesta el servicio.
Además, aumenta exponencialmente el poder del SUOEM. La higiene urbana de la ciudad dependerá, muy probablemente, del humor con que se levante Rubén Daniele.
Ante cualquier problema municipal, nos quedaremos con la basura en las calles. Si los salarios no son considerados suficientes, no habrá recolección. Y la capacidad de presión podrá ser utilizada para conseguir ventajas en el resto de la Municipalidad, con lo cual nunca sabremos el precio exacto del servicio.
Un tema como éste amerita, incluso, una consulta popular.
No puede resolverse de un día para el otro, aprovechando una mayoría circunstancial.
Para el intendente es un modo de zafar por unos meses de una situación financiera que ha llegado a límites inmanejables.
Sobrevuela esta decisión un concepto anti empresario. Como si la ganancia privada por prestar un servicio no fuera legítima. No nos extraña que esta idea nebulosa y poco explicitada, ronde el Palacio 6 de Julio, donde los cordobeses han querido quebrar el bipartidismo de los años anteriores y se ha discontinuado la acumulación de experiencia de gestión.
Pero resulta mucho más extraño en la Provincia, donde tenemos un gobernador que siempre ha estado vinculado al mundo empresario y ha formado parte del equipo económico que transformó este país durante los años noventa, con una filosofía económica muy distante de la que ahora promueve para el caso de la recolección de la basura en la ciudad capital.
Probablemente ambos piensen que, de este modo, interpretan correctamente el espíritu de la época que vivimos.
Ojalá que ese espíritu no incluya la basura acumulada en las calles de la ciudad.

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