El Diario de Villa María (22/03/2024)
Cuidar el recurso

Desde Aguas de Villa María, el gerente de Explotación y Mantenimiento, Martín Rosso, manifestó que “hay muchas acciones que podemos tomar desde lo cotidiano para ayudar a cuidar el recurso (ver recuadro a la izquierda).
Consultado acerca de los proyectos que Aguas de Villa María tiene a futuro para mejorar el servicio, Rosso señaló que “tenemos muchos proyectos en las distintas áreas de trabajo. Por ejemplo, desde el sector de Explotación y Mantenimiento estamos trabajando en la puesta en marcha de una nueva perforación de agua potable, que se encuentra ubicada en la zona centro de la ciudad, sobre cantero central de calle bulevar Sarmiento, entre San Martín y 9 de Julio”.
“Además, estaremos trabajando en los próximos meses en las obras civiles e instalaciones electromecánicas correspondientes sobre las dos nuevas perforaciones de agua ejecutadas durante fines del año 2021 en las inmediaciones del puente Juan Domingo Perón, sobre el cantero de avenida Dante Alighieri, y la otra perforación sobre el Campus de la Universidad Nacional de Villa María”.
“Desde el sector de medidores, se viene trabajando hace varios meses sobre una fuerte campaña denominada ‘Registro Digital de Cuidado del Recurso Hídrico’ para abordar la medición del recurso con la instalación del medidor en aquellos domicilios que aún no lo disponen. El registro digital le facilita al vecino su inscripción y que pueda gestionar su medidor simplificando el trámite y la instalación del mismo a través de nuestra Cooperativa”, cerró Rosso.


Altísimo consumo en la Villa

Según la OMS, una persona debería cubrir sus necesidades de ingesta e higiene con entre 50 y 100 litros de agua por día
El consumo indiscriminado e inconsciente del agua (en los países del mundo donde hay agua) se hace cada día más patente y revela la irresponsabilidad e insensibilidad de quienes, sin ponerse a meditar ni un segundo, derrochan, con total impunidad, ese elemento que para otros semejantes escasea e incluso, en oportunidades, se hace casi imposible de conseguir.
Así, son fotos comunes de la vida cotidiana las señoras baldeando las veredas como para sacarle lustre a una pista de baile; a los señores, lavando el auto, manguera abierta y el líquido elemento fluyendo como si no se fuese a terminar nunca jamás, y a familias y amigos disfrutar de las piscinas en el patio de casa, en algunos barrios, una casa al lado de la otra. Que tendrán derecho, podrán decir; que pagan por esa agua y que, por tanto, hacen con ella lo que les venga en gana (o más en cordobés, “lo que se me canta”); que qué culpa tienen ellos, que viven en un lugar donde sí hay agua “de sobra”, que otros semejantes vivan en lugares donde no hay agua ni para juntar saliva. Toda esa argumentación es admisible, solo si quien la esgrime cree que a su alrededor no vive nadie: ni vecinos, ni parientes, ni amigos, ni hijos, ni hermanos. Pero claro, nadie vive solo.
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