12 dic 2022

Caroya y Jesús María tienen su primer “bosque de bolsillo”

 


La Voz del Interior - Edición Electrónica (12/12/2022)
Caroya y Jesús María tienen su primer “bosque de bolsillo” con árboles autóctonos

Una iniciativa barrial y otra escolar derivaron en la creación de dos minibosques que reproducen lo que puede verse a mayor escala en el verdadero monte de espinal.
Con diferencia de una semana, Jesús María y Colonia Caroya alumbraron su primer bosque de bolsillo o minibosque con árboles autóctonos, que reproducen en pequeña escala lo que puede encontrarse en las Sierras Chicas y en parte del norte cordobés.
En el primer caso, la Sociedad Rural de Jesús María ayudó al barrio Santa Gema a plantar 30 ejemplares -entre algarrobos, cina-cina, tuscas, espinillos, talas, mistoles, chañares, molles, quebracho blanco y 10 lagañas de perro- en la plaza.
Entre voluntarios de la Rural y vecinos del barrio, se repartieron el uso de palas, baldes y de botellas, para poder concretar las plantaciones.
Aunque los bosques de bolsillo en las ciudades no cumplen la misma función que un bosque serrano, sirven para ir creando pequeñas superficies forestales que, sumadas, pueden resultar más extensas que una grande.
Estos espacios intervenidos con especies nativas pueden albergar fauna pequeña, como mariposas, abejas, insectos, roedores y pájaros. Además, cumplen una función social y educativa, ya que acerca la idea de bosque a la ciudad.
En el caso de la Sociedad Rural, la acción se enmarca dentro de su programa Forestar que viene concretando junto a la Fundación A tree to breathe, mientras que los ejemplares provinieron de su propio vivero que tiene junto a la Escuela de la Familia Agrícola de Colonia Caroya.

Iniciativa escolar
En el caso de Colonia Caroya, la idea corrió por cuenta del IPEM 349 Giovanni Bosco que decidió crear el mini bosque en una plazoleta ubicada en la misma manzana del colegio, en calle 12 Sur, entre Don Bosco y calle 46.
Allí se plantaron Jarilla, Mistol, Orco Quebracho, Tala, Lagaña de perro, Algarrobo negro, Zen de campo, Manzano de campo, Durazno de campo, Quebracho blanco, Chañar, Mato, Espinillo, Algarrobo blanco, Palo amarillo y Molle.
Eduardo Angulo, docente de la institución y secretario de Control y Fiscalización municipal, explicó los alcances de la iniciativa: “Tiene que ver con la cultura japonesa que tiende a recrear en un espacio muy pequeño un hábitat natural como es en nuestro caso el bosque espinal”.
“Además –añadió Angulo- de los efectos ecosistémicos que puede tener, acá lo que se piensa es en el valor educativo porque no se valora lo que no se conoce”.
También piensan en una segunda etapa recrear el espacio herbáceo y el arbustivo de los bosques, siempre a pequeña escala.
“Queremos que los chicos aprendan cuáles son y por qué las especies tienen las características que tienen, entre ellas su raíz pivotante y sus hojas transformadas en espinas como una adaptación, y cómo se adaptan a nuestro clima”, completó el docente.
Durante la inauguración, alumnos del colegio se encargaron de identificarlos, y de fijarlos a los tutores, mientras recibían las especificaciones sobre cada ejemplar por parte del docente Martín D’Olivo.
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