La Voz del Interior (07/08/2020)
El clima, el descuido y la intencionalidad

El combate contra los incendios forestales será inútil mientras no se sostengan las campañas de prevención y se sancione a los imprudentes que no miden los desastres que causan.
Las malas noticias que nos van entregando los reportes sobre nuevas muertes y contagios por el coronavirus colocaron en un segundo plano otro problema que, para esta época de sequías, tiene a maltraer a los cordobeses: los incendios forestales.
Los siniestros detonan con similares características cada año, pero hay un factor que no debe ser pasado por alto: la intencionalidad o la irresponsabilidad humana.
Basta mencionar que el martes pasado un hombre fue detenido en la localidad de Silvio Pellico, al sudeste de la provincia, sospechado de ser el autor de una quema en el basural municipal que se propagó a otros campos y terminó afectando sembradíos y fardos para alimento de ganado.
Un fiscal imputó al presunto autor en función del artículo 186 del Código Penal, que sanciona la provocación intencional de incendios.
La sequía y los fuertes vientos que van mutando de dirección colaboran para que una chispa desate focos incontrolables en centenares de hectáreas.
Pero hay sobrados antecedentes en la materia para inferir que manos imprudentes están presentes.
Los trastornos y los riesgos se multiplican cuando el humo denso que emana de la quema de pastizales cubre todo y obliga a la Policía Caminera a cortar por varias horas el tránsito vehicular en rutas provinciales y nacionales.
Una imagen de temer se vio en la zona de Justiniano Posse, localidad también del sudeste provincial, cuando por la rotación del viento las llamas alcanzaron a un auto en la ruta provincial Nº 6.
Doble tarea para los arriesgados bomberos voluntarios, que debieron acudir a sofocar el fuego que consumía al vehículo, aunque por suerte no hubo que lamentar desgracias personales.
¿Habrá que colocar en un contexto de cierta normalidad que para esta época del año los incendios de montes y de campos son inevitables, pese a las prevenciones y a los estudios ambientales y meteorológicos que se operan en el marco del Plan Provincial de Manejo del Fuego?
De ser así, los diversos programas que rigen a nivel nacional tendrán que limitarse a contabilizar las miles de hectáreas de terrenos que se queman cada año.
Algo de esto se viene observando durante los últimos días en el delta del Paraná, que se extiende por parte del territorio de las provincias de Entre Ríos y de Santa Fe, donde ha quedado probado que se queman pastizales de forma premeditada para “limpiar” el terreno y adaptarlo a la actividad ganadera.
El combate contra los incendios forestales será inútil mientras no se sostengan las campañas de prevención y se sancione a los imprudentes que no miden los desastres que causan.

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