15 dic 2020

Las cooperativas se cargan al hombro el reciclado

 


La Voz del Interior (15/12/2020)
Viaje al reciclado de la basura en Córdoba

Así trabajan las 14 cooperativas de la Capital durante la pandemia.
Lorena Castaña (43) y Julio Farías (39) no se conocen entre sí, pero tienen algo en común: ambos trabajan en el reciclaje de la basura en la ciudad de Córdoba.
Lorena aprendió el oficio desde temprana edad. Con 9 años empezó a ayudar a su mamá, que juntaba cartón en las calles con un carro y un caballo. Y a ella esa actividad le fue heredada por su papá, que también juntaba residuos en los años '70.
Julio ingresó al mundo del reciclaje hace poco más de dos años a través de una oportunidad en la cooperativa “Milagros para los Niños”, que presta un servicio en uno de los cuatro centros verdes que forman parte del programa Recuperando Valor de la Municipalidad de Córdoba.
Como Lorena o Julio, en la ciudad hasta 2015 había 3.000 personas que trabajaban en el reciclaje, según datos de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores, seccional Córdoba. Aunque no todos estaban organizados en cooperativas.
Desde hace años, ellos le agregan valor a la basura en la ciudad. Lejos de una política pública que los contenga, muchos de ellos se constituyeron en organizaciones para aunar esfuerzos, compartir sus saberes y funcionar como un bloque, de manera horizontal.
Por lo general, las personas que recuperan lo que otros cordobeses desechan son familias. Y ese esquema de trabajo, muchas veces precarizado, lo aprendieron de algún familiar que fue pasando la posta de una generación a la otra.
“Durante el gobierno del expresidente Mauricio Macri se incrementó el número de personas que salieron a juntar cartón en Córdoba. Ahora estamos tratando de hacer un censo para determinar qué cantidad de personas están trabajando en el reciclaje”, dijo a La Voz Ignacio Andrés, referente de la federación e integrante de la cooperativa La Esperanza.
Actualmente, en la Capital hay 14 cooperativas. Aunque sólo Nuestro Futuro, Cartoneros, Solidar y Milagros para los Niños prestan servicio en los cuatro centros verdes que forman parte de Recuperando Valor.
Los centros verdes son unidades de procesamiento ubicados en distintos puntos de la ciudad –dos en el Centro, uno en la zona norte y otro en la zona sur– donde se reciben los desechos de la recolección diferenciada domiciliaria que realizan las empresas Lusa, Urbacor y Lam. También material del programa ECO Aliados y de los vecinos que se acercan a los centros a llevar la basura clasificada.
En esas unidades se selecciona el material que ingresa, se acondiciona y se acopia para su posterior venta o reutilización en el mercado.
“Nosotros pasamos todo el material por una tolva –dispositivo similar a un embudo de gran tamaño destinado al depósito y canalización de materiales granulares o pulverizados– y eso va a cintas donde están los operarios que separan el material”, explicó Julio, y describió: “Algunos separan el material blanco como papel, latas de arvejas, diarios y las botellas PET –transparentes y de colores–. También las botellas de shampoo, de lavandina y de detergentes”.
En una segunda etapa, se clasifica todo lo que son revistas, cartones de té y de café. Y por último se recupera el cartón. “El cartón, el PET y las latas de aluminio se prensan, se hacen fardos, se pesan y ya quedan armados para la venta”, indicó el trabajador.
Los operarios que están organizados en cooperativas y están dentro del esquema de Recuperando Valor tienen una jornada de trabajo de seis horas. Cada uno de ellos presta su servicio en las distintas unidades de procesamiento.
En el caso de Julio, su jornada laboral empieza a las 8 de la mañana en las cintas donde comienzan a clasificar el material que llegó al centro verde de zona norte.  A media mañana hacen una pausa para descansar y luego retoman la actividad hasta las 14. “Estar organizados es importante para que la tarea funcione”, sostuvo Farías.
El resto de las organizaciones que no prestan un servicio en ese programa municipal trabajan con sus propias herramientas y tienen sus propios centros de acopio. Y el estar organizados los ayudó para evitar imprevistos en la calle. Pero además, los fortaleció para evitar intermediarios, que muchas veces le bajaban el precio a las fracciones que ellos recuperaban y vendían.  
"Cuando nos organizamos cambió mucho nuestra actividad. En una oportunidad, cuando yo salía sola con el caballo y el carro me lo robaron. Tuve que empezar a usar un carrito a mano y me llevaba muchas horas de andar y andar para juntar cartón", confió Lorena Castaña, integrante de Los Carreros de Villa Urquiza, y agregó: "Cuando nos cooperativizamos, los comercios ya nos conocían e identificaban, entonces nos clasificaban los residuos. Ahí el trabajo empezó a ser más rápido y efectivo. Y el circuito comprendido desde barrio Las Palmas hasta el Cerro de las Rosas fue con mayor rapidez”.

Cuánto recicla la Capital
A un año del cambio de gobierno local, y en el marco de la pandemia por coronavirus, el reciclaje continúa siendo ínfimo en contraste con otras ciudades con similares características demográficas que Córdoba.
La cuarentena no ayudó a despertar conciencia en la población sobre el valor que tiene reciclar para que esos desechos puedan ser reutilizados y vuelvan a ser insertados en el mercado, bajo la noción de economía circular, pese a que los ambientalistas nunca frenaron su trabajo en la calle.
En un mes promedio, los cordobeses generan 60.000 toneladas de basura. De esos desechos, sólo se reciclaron este año 65 toneladas en los cuatro centros verdes, el equivalente al 0,10% mensual. Por citar sólo un ejemplo, el centro verde de zona norte recuperó 33 toneladas mensuales. Sí hubo un avance porcentual del recupero y “scrap” del total de residuos que ingresan a esa unidad de procesamiento en los camiones de la recolección domiciliaria. A octubre de 2020 se estaba recuperando el 92%, contra el 60% de hace un año.
Otro porcentaje de la basura fue recuperada por las cooperativas. En el caso de Los Carreros de Villa Urquiza se reciclaron 20 toneladas mensuales en promedio. El resto de los residuos fueron a los entierros sanitarios con el impacto negativo que eso tiene para el medio ambiente
“Durante 2020 estuvieron cerrados un mes los centros verdes por el Covid-19 y a su vez el 40% de las empresas que son adherentes, que nos brindan el material para reciclar, estuvieron con una gran disminución de sus actividades”, explicó Victoria Flores, titular del Ente de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad (Esyop), y añadió: “La proyección es que en un año sin pandemia se duplique la cantidad de material reciclado”.
Lorena y Julio coinciden en que Córdoba necesita educar a los ciudadanos sobre la importancia de recuperar la basura. La labor que desarrollan a diario les permite visibilizar que aún falta lograr un cambio cultural profundo sobre el tema.
“Hay muchas personas que mezclan todo. Falta información, educación y empatía”, sostuvo Julio Farías, a lo que Lorena Castaña agregó: “El planeta necesita que se recicle y que no se entierre la basura. Desde nuestra cooperativa lo que hacemos es enseñar. Siempre hemos sido marginados. Somos los primeros que estamos en contacto con los residuos. Necesitamos ser reconocidos y tener un sueldo digno. Nosotros sabemos procesar esa basura, darle valor”.

Construir una política
Para lograr un cambio cualitativo es necesario debatir en profundidad una estrategia que incluya todas las voces. Córdoba hace años que trata de avanzar en una política de recuperación de residuos pero durante muchos años dejó afuera a actores centrales como son los recicladores organizados en cooperativas a la hora de discutir acciones concretas para la ciudad.
 “Durante mucho tiempo nunca se nos escuchó. Armaban proyectos y nunca éramos invitados”, confió Lorena Castaña, y agregó: “Ahora empezamos a ganar un espacio. Pero el reconocimiento viene porque formamos parte de una cooperativa”.
De un tiempo a esta parte, Castaña dijo que desde el Ejecutivo municipal se los invitó a formar parte de una planificación para pensar el futuro de Córdoba hacia 2030.
“Nosotros desde la cooperativa queremos que nos escuchen. Tenemos la experiencia que hemos ganado en la calle. Yo quiero transmitir todo lo que aprendí: cómo salir adelante, cómo reciclar y darle valor a la basura. Ahora hemos empezado a avanzar en técnicas para la construcción. Ya hicimos ladrillos con botellas de vidrio”, contó la cartonera a La Voz, y prosiguió: “Desde Los Carreros de Villa Urquiza hacemos muchas cosas que nadie ve. Tenemos una experiencia de 70 años. Me considero una ambientalista. No tengo título pero mis acciones hablan en relación al cuidado del planeta”.
En la organización de la que Castaña es parte, 111 familias trabajan en la recuperación de residuos. “Nos gustaría poder abarcar más pero hoy, por la pandemia, tenemos menos ingresos. Además, nos falta sumar más herramientas y maquinarias”, expuso.
En la misma sintonía, Julio Farías acordó con Castaña sobre lo poco que son convocados por los políticos a las discusiones de una estrategia inclusiva y real.
“Nosotros le aportamos valor a la basura. Queremos más puestos de trabajo. El pedido a la dirigencia es que circulen y vean el trabajo que hacemos. Que estén en contacto con nosotros y sepan cuáles son nuestras necesidades”, destacó el reciclador de la cooperativa Milagro para los Niños, que fue fundada en 2005 y hoy cuenta con 280 socios.

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