15 ago 2022

Todavía no es crítica la situación de los diques

 


La Voz del Interior (15/08/2022)
Diques de Córdoba: las cuencas resisten tras más de dos años de sequía

Desde 2020 persiste la Niña que trae menos lluvias a la provincia. La situación no es tan crítica como en eventos anteriores, pero necesitan reponer agua en lo que queda del 2022. La situación es grave para el sector agropecuario.
Desde 2020, Córdoba resiste a la escasez de lluvias provocadas por la presencia de la Niña, un evento climático que ocurre en el océano Pacífico pero impacta en todo el mundo.
En la ciudad de Córdoba hay un déficit de precipitaciones de casi 200 milímetros desde enero del 2020 hasta julio de este año. Desde la Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia aseguran que la situación no es tan grave como la última sequía más recordada de 2009 a 2011.
“La seguidilla 2009 a 2011 se originó por una Niña más marcada que la actual. Ahora estamos atravesando una Niña débil”, recuerda Edgar Castelló, autoridad de este despacho.
Pero además el funcionario asegura que la provisión de agua potable ahora es más robusta que años atrás y cuentan con mejores herramientas para los pronósticos climáticos a corto y mediano plazos.
“El dique San Roque está en un nivel lógico, solo un 5% por debajo de valor medio histórico para la fecha. Hay que recordar que fue el único dique que estuvo por encima del vertedero en el verano”, asegura Castelló.
Los Molinos, Embalse y La Quebrada también están por debajo de esa media histórica. “No estamos tan lejos de la media histórica en cada cuenca, aunque no hubo lluvias importantes en los últimos meses”, comenta.
Actualmente, el San Roque recibe 1,6 metros cúbicos por segundo (m3/s) desde los afluentes, pero egresan 6 m3/s para potabilización y riego. Es un balance habitual para esta época, pero si se prolonga en el tiempo puede vaciar demasiado el espejo de agua. Una medida posible es reducir el caudal de egreso en especial para riego.
Las lluvias que caigan en lo que queda del año, serán importantes para mantener este balance. Si no llueve durante estos meses, lo que ocurrirá es que las primeras precipitaciones de la temporada húmeda, que arranca en diciembre, serán absorbidas por el suelo y no ingresarán a los diques. Justo cuando aumenta la demanda de agua.
Marcelo Madelón, pronosticador del Servicio Meteorológico Nacional, asegura que la situación es preocupante, en especial, para este 2022. “Llevamos un déficit de 70 milímetros en la ciudad de Córdoba. La precipitación promedio anual es de 773 mm, pero entre 1981 y 2010 ese promedio aumentó a 882 mm, por lo que esa diferencia es aún mayor”, explica.

Pronósticos para lo que resta del año
Los pronósticos a mediano plazo del SMN indican la continuidad de la Niña y mayores probabilidades de que las precipitaciones sean inferiores al valor normal histórico.
Castelló señala que las últimas lluvias invernales ayudan algo, aunque fueron sectorizadas. “Los pronósticos a largo plazo muestran que seguirá la Niña débil hasta abril del 2023″, apunta.
El funcionario explica que eso implica un cuadro de sequía regional, pero con precipitaciones aisladas y puntuales. “Lo que está ocurriendo con las precipitaciones, quizás debido al cambio climático, es una concentración de las lluvias entre enero y marzo, pero el resto del año, nada”, asegura.

Cómo gestionar la escasez agua
Castelló asegura que el impacto de la sequía prolongada es menor debido a que cuentan con más herramientas que en años anteriores.
“Tenemos proyecciones globales a un año sobre el fenómeno Niña/Niño. En Córdoba hemos instalado decenas de estaciones meteorológicas y medidores de caudales en los ríos. Además, los ‘cazadores de tormentas’ dejaron un modelo de pronóstico local a 72 horas muy preciso y realizamos previsiones locales a seis meses”, detalla.
En materia de obras el funcionario destaca que Córdoba llegará a los mil kilómetros de acueductos en la última gestión. Eso sirvió para tener una redundancia de fuentes. Y ejemplificó con Sierras Chicas, una región asechada por la falta de agua.
Esta zona ahora puede abastecerse desde los diques La Quebrada y San Roque, además de perforaciones locales. “A fines de este año sumaremos un acueducto desde Colonia Tirolesa que se proveerá de cuatro perforaciones. Tendrá el equivalente al caudal del dique La Quebrada”, asegura Castelló.
Lo mismo sucede en Traslasierra, que a las vertientes que proveen a cada localidad se suma un acueducto desde el dique La Viña. Y también en el norte provincial con agua subterránea y un acueducto desde el dique Pichanas.
“Es lo que también se espera lograr con el acueducto desde el Paraná. Hoy la necesidad es llegar hasta el límite provincial y sumarnos al proyecto de Santa Fe. Pero en el mediano plazo garantizará la provisión de agua para un 20% de la población de Córdoba”, comenta el funcionario.

La sequía es severa para el sector productivo
Las lluvias son claves para la producción agrícola de Córdoba, principal actividad económica de la provincia. Y en este caso no se puede “ahorrar” agua en los diques.
“La situación es sumamente grave en la región central de Argentina. Las condiciones actuales son de sequías extremas y severas”, asegura Roberto Zanvettor, experto en agrometeorología del Centro de Relevamiento y Evaluación de Recursos Agrícolas y Naturales (Crean) de la Universidad Nacional de Córdoba.
Y los pronósticos no auguran un buen escenario. “Para el trimestre de julio a septiembre se prevén mayores probabilidades de condiciones derivadas de La Niña. Y las lluvias serían inferiores a las normales en la región agrícola”, agrega el especialista que imagina una mejora en las precipitaciones recién para noviembre.
La sequía de 2008/2009 afectó los cultivos de soja y maíz y hubo una disminución de los rendimientos. Las campañas 2011/2012 y 2017/18 también fueron afectadas por la escasez de lluvias.
El impacto actual ya se siente en el cultivo de trigo en el sur y centro de Córdoba. En el corto plazo se espera el inicio de la cosecha gruesa. “Córdoba continúa sin lluvias. El cultivo de maíz tardío puede ser viable en la medida en que se recarguen los perfiles de agua del suelo entre setiembre y octubre”, explica Zanvettor.
De todas formas, el especialista señala que los productores cuentan hoy con varias medidas para mitigar los años secos como variedades de cultivos resistentes a sequías, modificación de las fechas de siembra, regulación de la densidad de plantas en la siembra y utilización de riegos complementarios, entre otras.
“En el futuro estas estrategias serán más recurrentes porque los escenarios hablan de manifestaciones más frecuentes de ambos extremos: sequías y los excesos hídricos”, asegura Zanvettor.
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