25 ago 2022

La biodiversidad cordobesa que desconocemos

 


La Voz del Interior (25/08/2022)
Hay 665 animales y más de mil plantas autóctonos que los cordobeses desconocen

No es la flora y fauna más abundante y vistosa del planeta, pero los cordobeses podemos nombrar pocas especies locales. Esta ignorancia no nos permite tomar conciencia sobre su importancia.
Córdoba no es un paraíso de la biodiversidad, pero tiene lo suyo. La mayoría de sus habitantes desconocemos la fauna que camina, vuela y nada en su territorio. Y menos aún reconocemos su flora.
Conocer los animales y las plantas que habitan nuestros paisajes nos da identidad y nos compromete con el cuidado del ambiente. Nadie quiere lo que no conoce.
Un repaso fugaz y con número redondo indica que en nuestra provincia habitan unas 70 especies de mamíferos, 70 de reptiles, 35 de anfibios, 450 de aves y 40 de peces, todos autóctonos. A su vez, sólo en las Sierras hay cerca de mil especies de plantas. Esta enumeración excluye el listado de animales invertebrados, como insectos, arácnidos, moluscos y otros.

Ejercicio escolar sobre flora y fauna
Hace unos años, investigadores pidieron a 321 alumnos cordobeses de la secundaria que listaran 10 especies autóctonas de animales y 10 de plantas. Entre la fauna más nombrada, aparecían puma, cóndor, zorro, vizcacha, quirquincho y yarará. Pero también dos exóticas: vaca y liebre. Más de la mitad de los alumnos no pudo completar la lista y también aparecieron animales domesticados, como burro, gallina, perro o caballo.
La lista de las plantas fue más pobre, ya que había varias exóticas entre las más nombradas: palo borracho, siempreverde, pino y ceibo. Entre las autóctonas, figuraban algarrobo, espinillo, quebracho, peperina y piquillín.

Las especies exóticas e invasoras
Esta “ceguera por la flora” es común en otros países. Y también hay un especial interés por los mamíferos de tamaño mediano o grande, por ser más carismáticos. Pero lo más preocupante es que en los listados aparezcan especies exóticas e invasoras como pino, siempreverde y liebre.
Algunos estudios sobre la enseñanza de la biodiversidad en Argentina detectaron una confusión en lo que docentes y estudiantes entienden por especies exóticas. Para algunos se trata de animales o plantas raras o poco comunes, cuando la definición es la de una especie introducida por el ser humano en una región a la que no pertenece.
Las especies invasoras son una de las grandes amenazas para la biodiversidad, casi tan preocupantes como la contaminación, la crisis climática y la deforestación.
En Córdoba hay varios ejemplos de invasiones preocupantes. El jabalí, la trucha arcoíris y la rana toro, entre los animales. Siempreverde, acacia negra, zarzamora, olmo y grataegus o crataegus, entre las plantas.
Es difícil encontrar contenidos sobre biodiversidad cordobesa y de Argentina en la televisión, en internet y en material didáctico. En contraste, la información, la bibliografía y los documentales sobre la flora y fauna de otros países son abrumadores. Los personajes animales de las películas también son “extranjeros”.
Este sesgo en el conocimiento puede conducirnos a pensar que la biodiversidad exótica es más linda y mejor, y que podemos deforestar o extinguir lo autóctono.

Especies únicas de Córdoba
Córdoba también tiene joyas de la biodiversidad, especies endémicas que sólo viven aquí y en ninguna otra parte del planeta.
Una lista no exhaustiva incluye el zorro colorado de Achala (Lycalopex culpaeus smithersi) y los tuco-tuco, entre los mamíferos; el lagarto de Achala (Pristidactylus achalensis), entre los reptiles; la ranita de Achala (Pleurodema sp.) y el sapito de Achala (Rhinella achalensis), entre los anfibios, y la remolinera chocolate (Cinclodes olrogi) y la monjita salinera (Neoxolmis salinarum), entre las aves.
Entre las plantas, son bien cordobesas un grupo de cactus Gymnocalycium, conocidos como “asientos de suegra”. Pero también el calafate de Achala (Berberis hieronymi) y la mimosa cordobesa (Mimosa cordobensis), entre otras.
La biodiversidad local va más allá de la cantidad de especies. Hay que pensarla como una variedad de ecosistemas y de genes, por ejemplo. Conocer la naturaleza que nos rodea no sólo nos sorprende y nos maravilla. Es el primer paso para comprometernos a cuidarla, y luego nos ayuda a pensarnos como parte de ella.
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