28 feb 2008

Gimenez, sus amigos y su basurero perfecto

Diario Democracia de Villa Dolores (28/02/2008)
Gimenez, sus amigos y su basurero perfecto

Tratamiento integral de residuos sólidos urbanos: Una política de gestión integral de RSU, es aquella que aborda la problemática multilateral de la gestión de residuos con un enfoque holístico y sistémico.
Es decir, tiene un enfoque multi e interdisciplinario de la problemática a resolver, que incluye todos los aspectos inmersos en ella, que son: los políticos, los legales, los institucionales, los técnicos, los económicos, los de ordenamiento territorial, y los de sensibilización, educación ambiental y participación de la ciudadanía. (Durán, 1997).
También, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) propone en un estudio que una política de gestión integral de RSU debe estar constituida por cinco puntos centrales que son: la educación ambiental y participación de la ciudadanía, los aspectos jurídicos e institucionales, la economía y el medio ambiente, la relación entre el desarrollo espacial de las ciudades y el manejo de residuos y finalmente, las soluciones tecnológicas que se puedan implementar (Durán de la Fuente, 1994).
Ahora, si comparamos estas simples definiciones con el programa “Córdoba Limpia”, implementado por el gobierno de Córdoba, y con lo llevado a cabo por su ejecutor en la región, el Ente “Traslasierra Limpia”, podremos ver claramente que hay una gran distancia (de adecuación a las tendencias más innovadoras, de organización, de calidad, de actitud democrática, de visión a largo plazo, etc., etc.) entre unas y otros. Sin embargo, es el programa y el ente que hoy ¿funcionan? en Traslasierra, y esto tiene su explicación.
Gracias a la ineptitud del ex intendente de Villa Dolores, Héctor Zani, la presidencia del Ente quedó en manos de Alberto Giménez, quien en realidad siempre fue el que impulsó y manejó el programa provincial en el valle, gracias a su buena relación e intercambio de favores con el gobernador De La Sota antes y Schiaretti ahora. Por algo “Córdoba Limpia” fue presentado y conocido mucho antes en Mina Clavero que en Villa Dolores, por algo es que Giménez siempre defendió un sistema de enterramiento sin tratamiento previo de residuos que, a más de cinco años de aparecer en la zona, no sólo sigue incompleto y rodeado de polémica, sino que nunca cumplió con la erradicación de los antiguos basurales, nunca promovió la reducción y reciclado de los residuos y, principalmente, jamás alguno de sus responsables escuchó a quienes exigían un cambio en esos puntos tan importantes.
Cuando el Ente “Traslasierra Limpia” comenzó a funcionar, decidió financiarse con el aporte fijo de un peso por habitante durante seis meses. Ahora Giménez dice -siempre aclarando que no es él solamente quien decide, sino todos los intendentes y jefes comunales que son parte del organismo de común acuerdo- que su “plan director” no será cambiado por lo menos en un futuro cercano, “hasta que no se eliminen de manera total los basurales a cielo abierto”, y hasta que no se cumpla un segundo objetivo del Ente, implementar en todas las comunidades de la región la separación, reciclado y reducción de residuos… ¿Qué hicieron entonces en esos cinco años Giménez y sus amigos que acuerdan en todo, para desarrollar programas de separación domiciliaria, reducción y reciclado de residuos? Se dedicaron, como ahora lo hacen, a la palabrería sobre su intención de cuidar el ambiente, a poner logos y carteles muy bonitos siguiendo el ejemplo marketinero de la Agencia Córdoba Ambiente y a contestar las críticas con su infantil argumento preferido: “esto es mejor que lo que había antes”…
Es decir, perdieron el tiempo hasta que el vertedero estuvo listo para usar, y ahora pretenden que la Provincia y la Nación colaboren en la capitalización del Ente y temen a la implementación del cobro por tonelada de basura que ingresa al vertedero por el costo que significaría. Sin embargo, eso es lo que estaba previsto en el sistema “Córdoba Limpia” y cuando el gobierno provincial les obligó a firmar la adhesión a ese programa, Giménez y todos los intendentes que ahora defienden el mal remedo de tratamiento de residuos que es “Traslasierra Limpia” no pensaron, no preguntaron, no investigaron alternativas, no escucharon las mejores y más sustentables propuestas ya existentes. Sólo obedecieron. Tampoco exigen ahora a la Provincia que cumpla con su plan de erradicación de basurales, establecido ya en “Córdoba Limpia”, sino que lloran detrás de su jefe Giménez para que en alguna visita el gobernador les ayude con unos pesos.
El intendente de Mina Clavero también confunde al público cuando se da el lujo de tomar el argumento de que el cobro por tonelada promueve la reducción y reciclado de residuos y torcerlo, alegando que con ese sistema los municipios y comunas no llevarán la basura al vertedero sino que crearán o reabrirán basurales a cielo abierto, por al costo que deberían afrontar. La verdad es que con el sistema actual de cobro fijo por habitante, siempre se postergará la inversión en programas a largo plazo que tiendan a resolver el problema de fondo y sean sustentables económica y ambientalmente, lo que está sobradamente demostrado con la desidia que las administraciones transerranas manifestaron en tantos años. Un comentario al vuelo que le pasó una amiga intendente, que dice que Villa Dolores usa un basural clandestino, le sirve al intendente para desviar la atención, encontrar una conveniente explicación para la similitud de toneladas que producen esa ciudad y la suya, y no decir nada sobre la desproporción en lo que aporta cada municipio al Ente, casualmente muy ventajosa para Mina Clavero, que paga la tonelada diez veces menos que Villa Dolores, según se deduce de los propios informes del organismo que él preside. Lo que sí debería hacer “Traslasierra Limpia” es administrar mejor los ingresos, incentivar a los funcionarios del valle para que comiencen de una vez con planes de separación, reducción y reciclado, distribuir más justamente los aportes económicos de cada pueblo, controlar seriamente el uso de basureros clandestinos, no contratar asesores o personal innecesarios (¿cuántos tendrá el Ente?...), presionar al gobierno provincial para que cumpla su parte en este caótico proyecto que supo imponer, limpiar de intereses políticos el problema de los residuos y demostrar interés sincero por lo ambiental.
Las complicaciones propias de un programa armado no para solucionar un problema ambiental sino para hacer negocios, que nació sin sus partes fundamentales, irregularmente puesto en marcha, inconsulto y ahora mal gestionado, han salido a relucir en menos tiempo del esperado. Casi todos los intendentes y jefes comunales no tienen la menor idea de cómo defender semejante fraude y, aún peor, no se preocupan por conocer la verdad. Héctor Zani apenas si supo manejarse con las clásicas chicanas de la baja política para zafar de responder algo fundamentado, antes de transformarse en un fantasma. El gobierno de Córdoba se esconde detrás de las sierras y ni siquiera intenta dar explicaciones…
Con su pátina de político serio y moderado, Giménez no deja de construir su escalera de poder. Vende muy bien -debemos reconocerlo- la imagen de gran administrador. Astutamente saca rédito de servir de apoyo en la región a un gobierno provincial que gusta de tener vasallos con quienes mercadear dádivas para facilitar la imposición de sus proyectos, políticas y negocios. Aparentemente, ha logrado convencer a su ciudad de que sacarse la basura de encima y tirársela a otra equivale a defender el ambiente. Su charla monótona y elíptica habla siempre de un sistema perfecto de tratamiento de la basura, y sortea fácilmente las entrevistas de los medios, que no se preparan adecuadamente sobre el tema para preguntar algo que lo incomode… ¿hay alguien mejor en la región para defender lo indefendible?


Biól. Gerardo Coria
Villa Dolores

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