13 feb 2008

Antenas de telefonía celular y contaminación

El Diario de Villa María (13/02/2008)
Antenas de telefonía celular y contaminación

Dos noticias recientes, vuelven a poner ante la opinión pública el problema de la contaminación electromagnética. Por un lado las
antenas de TV de Villa Nueva, por el otro la fallida instalación de la antena de telefonía celular en el predio del Jockey Club, sobre ruta 158.
La organización ambientalista local Eco Sitio, se refiriere en esta página a estos nuevos conflictos
Una antena instalada cubre una zona determinada, y envía y recibe señales que se denominan ondas electromagnéticas. Estas ondas no se ven, no se huelen pero y se desplazan por el espacio sin necesidad de cable ni soporte material alguno. Penetran fácilmente en edificios y personas. Además, estas ondas son absorbidas fácilmente por el cuerpo humano, en el que producen unos determinados efectos biológicos. Pero el problema se plantea por la falta de acuerdo de los científicos sobre cuáles son los niveles perjudiciales.
Existe acuerdo en que cerca de la antena (en un radio de tres a seis metros) los niveles serían demasiado altos y perjudiciales para el ser humano, pudiendo producir efectos térmicos o calentamiento, en exposiciones cortas. Pero el problema se plantea con las exposiciones a largo plazo en el radio más lejano a las antenas. El organismo vivo se encuentra expuesto de manera continuada a niveles de emisión mucho más bajos que los que recomiendan las normas de protección; no se van a producir quemaduras ni calentamiento, pero muchos científicos avisan que se puede producir otro tipo de efectos no térmicos, derivados de niveles mucho más bajos y de una exposición a largo plazo, tales como: daños en el ADN, cambios en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea, descenso de los niveles de melatonina, depresiones, insomnio, dolores de cabeza, síndrome de fatiga crónica, afección del sistema inmunológico... Estos efectos, podrían producirse en las personas que pasan largos períodos de tiempo en un radio de hasta 300 ó 500 metros de una antena.

Nuevos casos
El caso de las antenas de TV, de corroborarse la cantidad de casos de cáncer, es sin lugar a dudas motivo para un estudio más profundo de tipo estadístico y técnico de los equipos y no desecharlo por que no existen “registros oficiales”.
Villa María sigue sufriendo la burla de las empresas de telefonía celular que continúan instalando equipos de transmisión de manera oculta, sin permiso y sin respetar la normativa local. Sería interesante escuchar alguna vez su visión, porque hasta ahora nunca lo han hecho. El manejo pésimo de las empresas no es propio de esa sola ciudad, ya que en Villa Nueva hay una en pleno centro. Hay conflictos en prácticamente todas las localidades de la provincia, destacándose las de Berrotarán, Río Cuarto, Villa Dolores, Alta Gracia y Villa María, porque son los propios municipios los que intentan erradicarlas sin éxito hasta el momento, porque las empresas están avaladas por una legislación nacional hecha a medida en la presidencia de Carlos Menem para las propias empresas y que sólo contempla una parte del problema.
Ahora las disfrazan de árboles para que no nos demos cuenta, con las más absurdas excusas, y siguen sin respetar el radio prohibido de instalación.

No son inocuas
Sobre la afirmación de que no producen daño, existen numerosos estudios que indican que sí tienen efectos y en determinadas ocasiones muy perjudiciales (nos remitimos a los documentos de la Organización Mundial de la Salud en sus recientes publicaciones sobre el tema).
De ellos, se desprende que los efectos todavía se encuentran en estudio y con respecto al cáncer “en el proyecto de la OMS sobre los campos electromagnéticos se han identificado algunos aspectos que es necesario seguir investigando para poder evaluar mejor los riesgos para la salud”, lo que no deja lugar a dudas es con respecto a otros efectos: “Los científicos han descrito otros efectos de la utilización de los teléfonos celulares, tales como alteraciones de la actividad cerebral, de los tiempos de reacción y de las características del sueño”.
En definitiva, todavía no hay consenso sobre la generación de casos de cáncer, pero no lo descartan. A su vez se alerta sobre otros efectos a largo plazo perjudiciales para las personas cercanas a este tipo de equipamiento.
¿Por qué Eco Sitio y las organizaciones ambientalistas están reclamando? Porque ante tales circunstancias, se hace necesaria la aplicación del “Principio Precautorio” de la Ley General del Ambiente Nº 25.675 (Art.4º) y que tan bien es reflejado en la Ordenanza villamariense Nº 4.797.
No es casualidad que los países líderes en protección ambiental obligan a situar las antenas a 100, a 200 e incluso a 500 metros de lugares habitados. En todo caso, estas normas establecen niveles de exposición para seres humanos muy inferiores a los que se permiten actualmente aquí, y hacen especial hincapié en apartar este tipo de instalaciones de colegios y residencias geriátricas, ya que algunos estudios científicos sugieren que niños y ancianos pueden ser los más afectados por una exposición continuada.

Luis Tuninetti,
director de Eco Sitio,

Pablo Martínez,
Coordinador de Campañas

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