10 feb 2008

Bouwer, sitiado por la contaminación

La Voz del Interior (10/02/2008)
Bouwer, sitiado por la contaminación



1.500 habitantes viven rodeados por el enterramiento sanitario, el DDT, depósitos de chatarra, plomo y plantaciones de soja.
“Parece que lo que nadie quiere cerca de su casa, viene a parar acá”, resumió Marta, vecina de Bouwer, localidad de 1.500 habitantes ubicada a 18 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba, rodeada por el enterramiento de Cliba, una planta de tratamiento de residuos patógenos, el depósito de automóviles del Poder Judicial, la cárcel, plantaciones de soja y los desperdicios de una fábrica que reciclaba plomo.
La casa de Marta es la más cercana al predio donde Cliba entierra los residuos urbanos provenientes de la ciudad de Córdoba y de otras 12 localidades. Desde su patio, una imponente loma compuesta de desperdicios y tierra se erige a unos cuatro kilómetros, rompiendo con la inmensa llanura característica del lugar.
Al atardecer, una brisa llega desde allí con olores tan fuertes que obliga a los vecinos a encerrarse en sus casas. Ese hedor es propio del gas metano, poderoso contaminante que se produce por la descomposición de los residuos enterrados.
“A la noche dormimos todos encerrados, porque no se puede respirar. Es olor a basura, como si pusiera una bolsa con residuos en la puerta de su casa”, relató Norma, otra vecina Bouwer. El metano se mezcla también con los olores que produce, según los vecinos, el horno pirolítico donde Cliba quema los residuos patógenos que produce Córdoba.
Según las autoridades comunales, esa combinación produjo un importante aumento en los casos de enfermedades de las vías respiratorias y de la piel. Desde la empresa y la Municipalidad de Córdoba, aseguraron que se cumplen con todas las normas ambientales y de seguridad en el tratamiento de los residuos.

DDT y autos abandonados
El DDT –otro contaminante letal presente en insecticidas hoy prohibidos– que se encontró en los predios del Senasa de barrio Alta Córdoba, también está a pocos kilómetros de Bouwer: se encuentra a resguardo de la Justicia en la planta de tratamiento de residuos industriales que la empresa Taym posee a cinco mil metros de la localidad.
A esto hay que sumarle los miles de automóviles que se acumulan en los predios judiciales de Potrero del Estado. “Los vehículos contienen muchos elementos contaminantes, como los aceites minerales”, indicó el asesor ambiental de la comuna, Adolfo González. Además, la chatarra sirve como refugio a roedores y todo tipo de alimañas, que a la noche se alimentan de los sembradíos cercanos.

Soja sobre plomo
Cualquier terreno de la localidad es aprovechado para plantar soja, sin importar que se encuentre entre dos viviendas. Eso también significa un peligroso riesgo para las personas: el uso de agroquímicos es sumamente perjudicial para la salud humana.
La soja se cultiva hasta en terrenos contaminados por escoria de plomo. Esos desperdicios son el testimonio de una fábrica que reciclaba ese metal pesado y que funcionó en Bouwer entre 1984 y 2005, cuando debió cerrar por la contaminación que producía.
En ese momento, La Voz del Interior informó sobre el caso de L., una niña de 5 años con altos niveles de plomo en el organismo. Hoy, L. continúa viviendo al lado de la fábrica, en terrenos altamente contaminados.
Este diario informó en esa oportunidad que la escoria de plomo era utilizada en los cimientos de las viviendas y para rellenar pozos, pese a que la ley de residuos peligrosos, la categoriza como una “sustancia tóxica” que “de ser aspirada o ingerida, o de penetrar en la piel puede entrañar efectos retardados o crónicos”, incluso cáncer. Todavía no se realizó ningún operativo para descontaminar las zonas afectadas.
Pese a que Bouwer está rodeada de múltiples amenazas de contaminación, nadie hasta ahora se tomó el trabajo de evaluar su calidad ambiental.

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"Es un pueblo"

"Si uno dice que es de Bouwer, la gente piensa que vivimos en el enterramiento o en la cárcel. Es como que todo juega, pero no es la cárcel ni el enterramiento: es un pueblo", expresó el presidente comunal de Bouwer, Juan Lupi. El contexto en el que está ubicada, colocó a la localidad en el tope de las preferencias para instalar industrias contaminantes. "Quisieron instalar una planta de reciclado de aceite de autos, un depósito de residuos patógenos y una fábrica de caucho. Quieren hacer acá un polo contaminante", agregó Lupi. El titular de la comuna aseguró que se van a oponer fuertemente a que se abra otra fosa para enterrar basura en Potrero del Estado.

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La fosa del enterramiento puede funcionar ocho años más

La fosa en donde se entierran las 1.500 toneladas diarias de basura que produce la ciudad de Córdoba, tiene una vida útil que se extiende hasta 2016. Así lo informó la empresa Cliba, que –desde 1986 y al menos hasta fin de año– opera del predio.
El enterramiento sanitario se emplaza en Potrero del Estado, terrenos que son propiedad del Estado provincial pero que fueron cedidos en comodato a la Municipalidad de Córdoba.
El lugar se eligió como destino final de la basura a finales de la década del ‘70, cuando la zona tenía una bajísima densidad demográfica, que se hallaba dispersa en la zona rural.
A principios de la década del ‘80, comenzaron a abrirse las primeras fosas donde se enterraron los residuos urbanos, y operaron hasta 1998. Estas fosas no tenían tratamiento de impermeabilización del suelo donde se depositaba. Según la empresa que lo tenía a cargo, “las características arcillosas del suelo no hacían necesario la colocación de textiles impermeabilizantes”.
Ese mismo año se construyó la fosa actual, que tiene una profundidad de 17 metros y que sí tiene colocados en el suelo los textiles que la impermeabilizan.
En el lugar, se puede apreciar una gran loma compuesta de residuos y tierra. “Se optimizó el uso del suelo, por eso se elevó el ángulo de trabajo para ganar espacio y extender la vida útil del predio”, indicó Cliba.
Esto permitirá continuar operando el lugar por ocho años más. Además, parte del gas metano que producen los desechos orgánicos enterrados es utilizado en el horno pirolítico en el que se incineran los residuos patógenos. El resto del gas producido se ventea.
“Es probable que el olor que se perciba en Bouwer provenga del venteo de ese gas”, afirmó el subsecretario de Ambiente de la Municipalidad de Córdoba, Fernando Cámara.
Ahora, el municipio planea capturar ese gas. Para eso, licitará su extracción, que además de reducir la contaminación permitiría obtener recursos económicos.
“Esto hará que en seis meses se interrumpa el venteo y se pueda captar el gas. Con eso se solucionará el problema de los malos olores en el pueblo, y se evitará el mayor perjuicio, que es la emisión de metano a la atmósfera”, explicó Cámara.

Dispuestos a que controlen
A su vez, Cámara recalcó que si desde la comuna de Bouwer solicitan al municipio la facultad de controlar el tratamiento de la basura, no habrá ningún inconveniente. En cuanto al pedido comunal de cobrarle a Córdoba por tonelada enterrada, el funcionario evitó dar una opinión.

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