18 feb 2008
Contaminación en los tambos de Villa María
7:53 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Mañana de Córdoba (18/02/2008)
Detectan un alto nivel de contaminación en el agua de los tambos de la cuenca Villa María
El dato surgió de una investigación del INTA y de la ESIL. Se hallaron valores de acidez y nitratos superiores a lo normal. También son muy elevados los porcentajes de sodio y arsénico.
Los productores tamberos ubicados en la cuenca lechera de Villa María se encuentran en estado de alerta, luego de que se conociera un estudio realizado conjuntamente por técnicos de la unidad de extensión local del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Escuela Superior Integral de Lechería (ESIL), que arrojó altos niveles de contaminación en el agua que consumen las vacas provenientes de pozos y perforaciones.
La investigación incluyó un pormenorizado análisis del líquido vital utilizado por 20 establecimientos en distintas épocas.
En este contexto, los investigadores extrajeron muestras dos veces por año (invierno y verano) desde 2004 hasta 2007.
El resultado, en resumidas palabras, fue el siguiente: “En los tambos de la cuenca lechera de Villa María el agua utilizada en el proceso de ordeñe evidencia características físico-químicas y microbiológicas que no siempre se ajustan a los parámetros exigidos por la normativa vigente tanto en el ámbito nacional como en el internacional.”
Si bien en proporciones generales los valores de acidez (pH), salinidad, nitratos y nitritos, así como de algunas bacterias, superaron lo recomendado entre 15 y el 35 por ciento de los casos, lo realmente grave es que las concentraciones de sodio y arsénico resultaron ser muy elevadas con una presencia en el 75 por ciento y en el 100 por ciento de los casos respectivamente.
“Los datos arrojaron que en relación al arsénico la situación es preocupante y debe representar un factor de especial atención, ya que este es un elemento común y abundante en los tambos considerados y que posee peligrosos efectos colaterales sobre las salud humana”, sostiene el informe de las organizacioens mencionadas.
Conclusiones
A raíz de estas conclusiones, los especialistas Romano, Bonadeo, Rotondaro, Barrenechea, Cherubini, Ferrero y Bertello, del INTA y del ESIL, aseguran que resulta indispensable realizar un monitoreo contínuo del recurso para evitar que el problema se agrave aún más.
“Un manejo adecuado de los efluentes generados en las instalaciones de ordeñe aparece como un tema pendiente en prácticamente la totalidad de los tambos argentinos. La diversidad de sistemas de tratamientos o en casos, su ausencia, genera un mal manejo de elevadas concentraciones de sustancias contaminantes, las cuales inevitablemente entran en contacto con el ambiente”, aseguran.
Esta recomendación es especialmente importante, si se tiene en cuenta que el uso de aguas contaminadas tiene consecuencias directas sobre el proceso de ordeñe, tanto en la cantidad de leche producida como así también en su calidad.
A la hora de buscar una explicación a esta situación, según el estudio, en nuestro país entre 1988 y 2000 el número de tambos se redujo en un 64 por ciento, y entre este último año y 2005, un 30 por ciento.
Esta disminución acompañada también por la concentración en el sector de la industrialización, trajo consigo el aumento de vacas por tambo y el incremento de la capacidad instalada, generando un mayor volumen de residuos líquidos y sólidos, los cuales se hallan concentrados en superficies reducidas.
Para los técnicos, esta situación genera un importante peligro para la producción lechera de la zona y el país, ya que la falta de planificación en los procesos de saneamiento de los efluentes estaría determinando la contaminación de las fuentes, pudiendo provocarse un grave espiral de creciente impacto ambiental de los recursos naturales, lo cual afectaría en forma directa la producción de leche en calidad y cantidad.
Por estas razones, sugieren realizar extracciones de muestras en las fuentes de agua al menos una vez al mes y, en caso de hallarse una alta contaminación, cambiar la ubicación de la perforación de la cual proviene la fuente de agua.
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Detectan un alto nivel de contaminación en el agua de los tambos de la cuenca Villa María
El dato surgió de una investigación del INTA y de la ESIL. Se hallaron valores de acidez y nitratos superiores a lo normal. También son muy elevados los porcentajes de sodio y arsénico.
Los productores tamberos ubicados en la cuenca lechera de Villa María se encuentran en estado de alerta, luego de que se conociera un estudio realizado conjuntamente por técnicos de la unidad de extensión local del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Escuela Superior Integral de Lechería (ESIL), que arrojó altos niveles de contaminación en el agua que consumen las vacas provenientes de pozos y perforaciones.
La investigación incluyó un pormenorizado análisis del líquido vital utilizado por 20 establecimientos en distintas épocas.
En este contexto, los investigadores extrajeron muestras dos veces por año (invierno y verano) desde 2004 hasta 2007.
El resultado, en resumidas palabras, fue el siguiente: “En los tambos de la cuenca lechera de Villa María el agua utilizada en el proceso de ordeñe evidencia características físico-químicas y microbiológicas que no siempre se ajustan a los parámetros exigidos por la normativa vigente tanto en el ámbito nacional como en el internacional.”
Si bien en proporciones generales los valores de acidez (pH), salinidad, nitratos y nitritos, así como de algunas bacterias, superaron lo recomendado entre 15 y el 35 por ciento de los casos, lo realmente grave es que las concentraciones de sodio y arsénico resultaron ser muy elevadas con una presencia en el 75 por ciento y en el 100 por ciento de los casos respectivamente.
“Los datos arrojaron que en relación al arsénico la situación es preocupante y debe representar un factor de especial atención, ya que este es un elemento común y abundante en los tambos considerados y que posee peligrosos efectos colaterales sobre las salud humana”, sostiene el informe de las organizacioens mencionadas.
Conclusiones
A raíz de estas conclusiones, los especialistas Romano, Bonadeo, Rotondaro, Barrenechea, Cherubini, Ferrero y Bertello, del INTA y del ESIL, aseguran que resulta indispensable realizar un monitoreo contínuo del recurso para evitar que el problema se agrave aún más.
“Un manejo adecuado de los efluentes generados en las instalaciones de ordeñe aparece como un tema pendiente en prácticamente la totalidad de los tambos argentinos. La diversidad de sistemas de tratamientos o en casos, su ausencia, genera un mal manejo de elevadas concentraciones de sustancias contaminantes, las cuales inevitablemente entran en contacto con el ambiente”, aseguran.
Esta recomendación es especialmente importante, si se tiene en cuenta que el uso de aguas contaminadas tiene consecuencias directas sobre el proceso de ordeñe, tanto en la cantidad de leche producida como así también en su calidad.
A la hora de buscar una explicación a esta situación, según el estudio, en nuestro país entre 1988 y 2000 el número de tambos se redujo en un 64 por ciento, y entre este último año y 2005, un 30 por ciento.
Esta disminución acompañada también por la concentración en el sector de la industrialización, trajo consigo el aumento de vacas por tambo y el incremento de la capacidad instalada, generando un mayor volumen de residuos líquidos y sólidos, los cuales se hallan concentrados en superficies reducidas.
Para los técnicos, esta situación genera un importante peligro para la producción lechera de la zona y el país, ya que la falta de planificación en los procesos de saneamiento de los efluentes estaría determinando la contaminación de las fuentes, pudiendo provocarse un grave espiral de creciente impacto ambiental de los recursos naturales, lo cual afectaría en forma directa la producción de leche en calidad y cantidad.
Por estas razones, sugieren realizar extracciones de muestras en las fuentes de agua al menos una vez al mes y, en caso de hallarse una alta contaminación, cambiar la ubicación de la perforación de la cual proviene la fuente de agua.
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