9 jun 2008
Megaminería genera escasez de energía
1:43 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (09/06/2008)
"La megaminería genera escasez de energía"
Javier Rodríguez Pardo llegó a Traslasierra para alertar a los vecinos sobre los peligros de las probables explotaciones de uranio y oro que se realizarían en Nono y en Salsacate, respectivamente. Periodista de profesión, se especializó en el tema de lo que él llama "minería contaminante" luego de enfrentar en Chubut el proyecto de un basurero nuclear. La reacción de los vecinos del oeste cordobés fue inmediata y desembocó hace unos días en varios proyectos de ley (uno de ellos del Ejecutivo provincial) que prohíben las explotaciones mineras metalíferas o uraníferas a cielo abierto.
–¿Qué mensaje le ha traído a la gente de Traslasierra?
–Que hay que tratar de evitar los peligros que traería la explotación de una mina uranio, queremos explicar el impacto que se va a producir en caso de que se lleve a cabo, para que el pueblo tome conciencia.
–¿Depende de que el pueblo tome conciencia?
–Sí. Hay una política destinada a explotar todos los yacimientos de uranio en función de una supuesta escasez de energía, pero resulta que escasez de energía va a haber siempre si se permite, como hoy, la megaminería. La energía nuclear que se produce en Córdoba sólo alcanza para suplantar lo que insumen las minas de Catamarca.
–¿A qué le llama usted megaminería?
–Son explotaciones a cielo abierto, la lixiviación (extracción de sólidos a través de disolventes líquidos) consume por lo menos mil litros de agua por segundo, con una explotación que finaliza a los 25 o 30 años. Se trata de invasiones mineras, que no traen desarrollo ni trabajo, tienen una tecnología muy avanzada que sólo puede ser ejercida por operarios especializados. La idea de minería que tenemos es la del agujero, pero hoy es volar montañas con una tecnología sofisticada que prescinde de la mano de obra y necesita muchísima energía. Se tritura la piedra hasta que queda de una pulgada, y sobre eso se arroja una sopa química. Para obtener uranio o cobre lo que se lixivia es ácido sulfúrico. El daño fundamental no es la contaminación inmediata, sino a futuro, en 10 o 15 años. Se escurren minerales por los acuíferos, y así aparecen animales muertos y pueblos dañados., es lo que pasa en Bajo la Lumbrera, Catamarca.
–En el caso de Traslasierra, ¿que sucedería con ese ácido sulfúrico?
–El impacto en una extracción minera se produce en el mismo momento que se hace el cateo y la exploración. Lo que se está haciendo ahora en Traslasierra ya está impactando. Es más, hay una la ley que obliga a hacer un informe de impacto ambiental a la prospección, a la exploración y luego a la explotación. El informe para la prospección que se ha presentado para este caso es una tomadura de pelos, es una falta de respeto para la comunidad. Fue elaborado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). El impacto si se continúa puede ser desastroso.
–¿Pero quién controla esta actividad?
–En el caso del uranio hay una vieja potestad que la ejerce la Cnea, que depende del Poder Ejecutivo Nacional. Pero las leyes han permitido que otros países soliciten al Estado la autorización y también hacen la explotación de uranio, independientemente de las que realiza la Cnea. A su vez la Cnea licita las áreas para explotar, como en este caso.
–En Nono, ¿hubo una empresa haciendo exploración de uranio?
–Si nos sometemos a lo que dicen los informes, es la Cnea la que hizo el cateo. Para hacerlo se necesita una autorización de la Provincia de Córdoba. Hoy la Nación es la propietaria del subsuelo, que cede la explotación a quien manifiesta haber descubierto un yacimiento.
–¿Hacen falta modificaciones en la legislación?
–Es que para modificarla no sabríamos por dónde empezar. Son 20 leyes mineras. Les estamos ofreciendo a las transnacionales estabilidad fiscal por 30 años. Se exige, por ejemplo, que la energía la tengan subsidiada, en algunos casos no llega ni a 0,60 centavos el litro de gasoil, no pagan el impuesto al cheque, se les permite eliminar el IVA, pueden importar y exportar sin ninguna tasa de estadística y sin ningún tipo de impuesto las máquinas o bienes con los que van a realizar la explotación.
–O sea que hay un incentivo elevado.
–Las ventajas para ellos son todas. No tienen ninguna desventaja. Primero que con la tecnología de hoy no hay riesgo alguno en la minería. Se observa por teledetección satelital, y se hace un mapeo. En el caso de la minería de uranio, con aviones especiales se cuantifica y valoriza la cuenca uranífera.
–Pero entonces, ¿qué incidencia tienen el Gobierno provincial y nacional en este tema?
–En general, hay mucha ignorancia entre los gobernantes De lo contrario no habría contaminación, destrucción y saqueo. Contaminación por la forma en que se lleva a cabo, saqueo porque no dejan absolutamente nada en el país (aquí queda solo un tres por ciento, que es apenas el 1,6 en boca de mina, una cifra ridícula). La minería no tiene control. Utiliza una declaración jurada. La minera dice que exporta 20 toneladas. Pero el papel aguanta lo que le pongan.
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"La megaminería genera escasez de energía"
Javier Rodríguez Pardo llegó a Traslasierra para alertar a los vecinos sobre los peligros de las probables explotaciones de uranio y oro que se realizarían en Nono y en Salsacate, respectivamente. Periodista de profesión, se especializó en el tema de lo que él llama "minería contaminante" luego de enfrentar en Chubut el proyecto de un basurero nuclear. La reacción de los vecinos del oeste cordobés fue inmediata y desembocó hace unos días en varios proyectos de ley (uno de ellos del Ejecutivo provincial) que prohíben las explotaciones mineras metalíferas o uraníferas a cielo abierto.
–¿Qué mensaje le ha traído a la gente de Traslasierra?
–Que hay que tratar de evitar los peligros que traería la explotación de una mina uranio, queremos explicar el impacto que se va a producir en caso de que se lleve a cabo, para que el pueblo tome conciencia.
–¿Depende de que el pueblo tome conciencia?
–Sí. Hay una política destinada a explotar todos los yacimientos de uranio en función de una supuesta escasez de energía, pero resulta que escasez de energía va a haber siempre si se permite, como hoy, la megaminería. La energía nuclear que se produce en Córdoba sólo alcanza para suplantar lo que insumen las minas de Catamarca.
–¿A qué le llama usted megaminería?
–Son explotaciones a cielo abierto, la lixiviación (extracción de sólidos a través de disolventes líquidos) consume por lo menos mil litros de agua por segundo, con una explotación que finaliza a los 25 o 30 años. Se trata de invasiones mineras, que no traen desarrollo ni trabajo, tienen una tecnología muy avanzada que sólo puede ser ejercida por operarios especializados. La idea de minería que tenemos es la del agujero, pero hoy es volar montañas con una tecnología sofisticada que prescinde de la mano de obra y necesita muchísima energía. Se tritura la piedra hasta que queda de una pulgada, y sobre eso se arroja una sopa química. Para obtener uranio o cobre lo que se lixivia es ácido sulfúrico. El daño fundamental no es la contaminación inmediata, sino a futuro, en 10 o 15 años. Se escurren minerales por los acuíferos, y así aparecen animales muertos y pueblos dañados., es lo que pasa en Bajo la Lumbrera, Catamarca.
–En el caso de Traslasierra, ¿que sucedería con ese ácido sulfúrico?
–El impacto en una extracción minera se produce en el mismo momento que se hace el cateo y la exploración. Lo que se está haciendo ahora en Traslasierra ya está impactando. Es más, hay una la ley que obliga a hacer un informe de impacto ambiental a la prospección, a la exploración y luego a la explotación. El informe para la prospección que se ha presentado para este caso es una tomadura de pelos, es una falta de respeto para la comunidad. Fue elaborado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). El impacto si se continúa puede ser desastroso.
–¿Pero quién controla esta actividad?
–En el caso del uranio hay una vieja potestad que la ejerce la Cnea, que depende del Poder Ejecutivo Nacional. Pero las leyes han permitido que otros países soliciten al Estado la autorización y también hacen la explotación de uranio, independientemente de las que realiza la Cnea. A su vez la Cnea licita las áreas para explotar, como en este caso.
–En Nono, ¿hubo una empresa haciendo exploración de uranio?
–Si nos sometemos a lo que dicen los informes, es la Cnea la que hizo el cateo. Para hacerlo se necesita una autorización de la Provincia de Córdoba. Hoy la Nación es la propietaria del subsuelo, que cede la explotación a quien manifiesta haber descubierto un yacimiento.
–¿Hacen falta modificaciones en la legislación?
–Es que para modificarla no sabríamos por dónde empezar. Son 20 leyes mineras. Les estamos ofreciendo a las transnacionales estabilidad fiscal por 30 años. Se exige, por ejemplo, que la energía la tengan subsidiada, en algunos casos no llega ni a 0,60 centavos el litro de gasoil, no pagan el impuesto al cheque, se les permite eliminar el IVA, pueden importar y exportar sin ninguna tasa de estadística y sin ningún tipo de impuesto las máquinas o bienes con los que van a realizar la explotación.
–O sea que hay un incentivo elevado.
–Las ventajas para ellos son todas. No tienen ninguna desventaja. Primero que con la tecnología de hoy no hay riesgo alguno en la minería. Se observa por teledetección satelital, y se hace un mapeo. En el caso de la minería de uranio, con aviones especiales se cuantifica y valoriza la cuenca uranífera.
–Pero entonces, ¿qué incidencia tienen el Gobierno provincial y nacional en este tema?
–En general, hay mucha ignorancia entre los gobernantes De lo contrario no habría contaminación, destrucción y saqueo. Contaminación por la forma en que se lleva a cabo, saqueo porque no dejan absolutamente nada en el país (aquí queda solo un tres por ciento, que es apenas el 1,6 en boca de mina, una cifra ridícula). La minería no tiene control. Utiliza una declaración jurada. La minera dice que exporta 20 toneladas. Pero el papel aguanta lo que le pongan.
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