3 jul 2011
UNRC con propuesta de educación ambiental
7:27 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
El Puntal de Río Cuarto (03/07/2011)
Estudiantes de la UNRC dan educación ambiental a personas con discapacidad
En el marco de las prácticas sociocomunitarias, los alumnos enseñan temáticas como el cuidado del agua y el tratamiento de la basura a participantes de Asdric, quienes a su vez trasmitieron estos conocimientos a chicos del secundario
Desafiando prejuicios y volviendo real el renombrado vínculo entre universidad y sociedad, estudiantes de la UNRC están brindando educación ambiental a personas con discapacidad. Un proyecto en el que los integrantes de la Asociación Civil de Padres con Hijos con Síndrome de Down de Río Cuarto (Asdric) aprenden acerca del cuidado del agua y el tratamiento de la basura y a la vez se transforman ellos mismos en educadores de otros alumnos.
La iniciativa que aún continúa comenzó el año pasado en el marco de las prácticas socio-comunitarias, una modalidad implementada por la casa de altos estudios que obliga a todas las carreras a incorporar experiencias de articulación con la sociedad en sus contenidos. Este programa en complemento con una demanda de Asdric determinó que estudiantes de biología aprendieran enseñando a jóvenes y adultos con discapacidad intelectual.
“Convocamos a la cátedra de educación ambiental porque nos parecía una temática actual e interesante”, dice la profesora de educación especial Marcela Ferrari, una de las coordinadoras de Asdric. Y destaca la importancia del conocimiento para “poder participar socialmente, porque justamente el objetivo de Asdric es permitir la inclusión de la persona con discapacidad a la comunidad de Río Cuarto”.
Así, a mediados de 2010 empezaron a concretarse encuentros mensuales en los que los alumnos de la UNRC brindaron conocimientos relacionados con el uso y el cuidado del agua a integrantes de la organización local.
La docente universitaria Nancy Salas explica que la cátedra fue la encargada de definir un contenido acorde al programa de la materia pero que también fuera útil para los asistentes.
“Participaba todo el que quisiera ir”, dice por su parte Ferrari y aclara que además de las personas con discapacidad también asistieron familiares y miembros de la asociación.
La experiencia que desarrollan estas dos entidades transforma el aprendizaje en un círculo sin fin.
Salas cuenta que a raíz de la primera etapa del proyecto, el estudiante Renato Pillon se ofreció voluntariamente a seguir trabajando con Asdric. Así fue como durante el primer cuatrimestre de este año la educación ambiental siguió presente en la organización “pero planteada de otra manera”, dice la docente. Y explica que esta vez la temática fue elegida colectivamente con los participantes y así se definió abordar el tratamiento de la basura.
Según cuentan sus impulsores, en esta nueva instancia el contenido se articuló con los distintos talleres que se brindan en la asociación. “En el taller de arte de hecho están utilizando material para reciclarlo y la idea es estar reutilizando y aprendiendo al mismo tiempo”, dice Salas.
Y destaca que la temática de la basura comenzó a trabajarse en el curso de informática, donde los asistentes de Asdric buscaron datos en Internet para investigar el tema.
“Finalmente armaron un video y un power point que, aunque tuvieron nuestra guía, fue íntegramente hecho por ellos”, relata la profesora de biología. Y añade: “El cierre de esto fue el viernes pasado, cuando se invitó a un grupo de alumnos de un colegio a la asociación para que ellos mismos mostraran su trabajo”.
Los impulsores de esta iniciativa cuentan que la tarea desarrollada hasta ahora será continuada por los nuevos estudiantes de la cátedra en el segundo cuatrimestre de este año, quienes también compartirán conocimientos sobre el tratamiento de la basura en la asociación.
En relación a estas instancias, el docente de biología Adolfo Martino reflexiona: “La educación ambiental tiene como objetivo fundamental crear conciencia y generar valores y actitudes en defensa del ambiente. Bueno, todos estos chicos con los que nos hemos relacionado en Asdric y los estudiantes de la materia al final generan conciencia”.
Además, relata: “De hecho los padres de Asdric destacaban que a partir de la actividad del año pasado los chicos habían empezado a generar conciencia en las familias de cuál era la importancia en este caso de cuidar el agua”.
El otro con discapacidad
Las características de este proyecto presentaron un verdadero desafío para los estudiantes, quienes debieron aprender a enseñar y a su vez hacerlo ante un público particular.
¿Cómo se dio este proceso educativo ante personas con discapacidad y el resto de los participantes? ¿Tuvieron dificultades?
Ferrari: Nosotros partimos de la idea de que se puede acercar el conocimiento a todo el mundo, lo que pasa es que fue un desafío para los estudiantes porque se encontraban no sólo con personas con discapacidad intelectual sino también en algunos casos con discapacidades sensoriales, entonces tenían que pensar muchas estrategias para acercar el conocimiento a esta población tan diversificada.
No obstante, la temática era convocante, ellos pudieron adecuar los contenidos y las actividades sin perder de vista que se trataba de personas adultas, o sea, no los trataron como niños sino que acercaron el conocimiento adaptándolo a sus necesidades. Eso es sumamente valioso porque es una forma distinta de empezar a ver al otro con discapacidad.
Martino: Creo que en nuestra sociedad es muy importante la invisibilidad de la discapacidad: creemos que no hay discapacitados pero en realidad están siempre, hay una cantidad muy importante y no se pueden ver porque no les damos los medios para que estén. Por eso también era un desafío para nosotros llegar a un lugar donde no llega nadie, nadie se relaciona con la discapacidad.
Entonces, a partir de todo esto surgen cosas muy interesantes como que nuestros alumnos, por ejemplo, se sorprendían porque les habían prestado más atención de lo que ellos a veces nos prestan a nosotros como docentes, entonces ellos mismos planteaban esto de qué es lo normal y lo anormal. Son dimensiones que nosotros nunca pensamos que íbamos a estar evaluando.
Por último, el docente cuenta que a raíz de lo valiosa que resultó ser esta experiencia ya está en marcha un proyecto de investigación que aborde la “educación ambiental para todos”.
“Todos podemos producir conocimiento”
Las particularidades de este proyecto lo transforman en una experiencia especialmente valiosa, no sólo para sus participantes sino también para la sociedad en general, ya que permite revisar diversos preconceptos en el ámbito educativo y abrir nuevas posibilidades de enseñanza-aprendizaje.
¿Cuáles creen que son los principales aportes que brinda esta experiencia por un lado a los estudiantes y por otro a los participantes de Asdric?
F: Es empezar a considerar que el otro con discapacidad también construye conocimiento, que es una construcción social que se puede compartir y que también se pueden intercambiar las actuaciones.
Ellos estuvieron en situación de aprendizaje y este año a través de la propuesta en relación con el nivel medio estuvieron en situación de enseñantes, lo cual también nos muestra que hay cosas que encerramos nosotros como normales pensando que el otro tiene muy pocas posibilidades y son parte de un prejuicio. El aprendizaje y el conocimiento son algo valioso para todos y que todos podemos producir.
M: Nosotros como biólogos generalmente estamos muy emparentados con la docencia y los licenciados nos quedamos en la universidad en investigaciones. Es un cúmulo muy pequeño el que va a ocupar lugares donde es necesario el biólogo como profesional.
En este caso, los alumnos empezaron a darse cuenta de que ellos pueden estar trabajando relacionados con la discapacidad, ya sea como profesores o aquellos que son licenciados incluso podrían estar investigando una temática educativa o esta conexión de universidad-sociedad, que es una dimensión de la que se dice mucho y se hace muy poco. Lo importante es que los mismos alumnos de biología descubrieron que éste podría ser un campo profesional positivo y real para ellos.
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Estudiantes de la UNRC dan educación ambiental a personas con discapacidad
En el marco de las prácticas sociocomunitarias, los alumnos enseñan temáticas como el cuidado del agua y el tratamiento de la basura a participantes de Asdric, quienes a su vez trasmitieron estos conocimientos a chicos del secundario
Desafiando prejuicios y volviendo real el renombrado vínculo entre universidad y sociedad, estudiantes de la UNRC están brindando educación ambiental a personas con discapacidad. Un proyecto en el que los integrantes de la Asociación Civil de Padres con Hijos con Síndrome de Down de Río Cuarto (Asdric) aprenden acerca del cuidado del agua y el tratamiento de la basura y a la vez se transforman ellos mismos en educadores de otros alumnos.
La iniciativa que aún continúa comenzó el año pasado en el marco de las prácticas socio-comunitarias, una modalidad implementada por la casa de altos estudios que obliga a todas las carreras a incorporar experiencias de articulación con la sociedad en sus contenidos. Este programa en complemento con una demanda de Asdric determinó que estudiantes de biología aprendieran enseñando a jóvenes y adultos con discapacidad intelectual.
“Convocamos a la cátedra de educación ambiental porque nos parecía una temática actual e interesante”, dice la profesora de educación especial Marcela Ferrari, una de las coordinadoras de Asdric. Y destaca la importancia del conocimiento para “poder participar socialmente, porque justamente el objetivo de Asdric es permitir la inclusión de la persona con discapacidad a la comunidad de Río Cuarto”.
Así, a mediados de 2010 empezaron a concretarse encuentros mensuales en los que los alumnos de la UNRC brindaron conocimientos relacionados con el uso y el cuidado del agua a integrantes de la organización local.
La docente universitaria Nancy Salas explica que la cátedra fue la encargada de definir un contenido acorde al programa de la materia pero que también fuera útil para los asistentes.
“Participaba todo el que quisiera ir”, dice por su parte Ferrari y aclara que además de las personas con discapacidad también asistieron familiares y miembros de la asociación.
La experiencia que desarrollan estas dos entidades transforma el aprendizaje en un círculo sin fin.
Salas cuenta que a raíz de la primera etapa del proyecto, el estudiante Renato Pillon se ofreció voluntariamente a seguir trabajando con Asdric. Así fue como durante el primer cuatrimestre de este año la educación ambiental siguió presente en la organización “pero planteada de otra manera”, dice la docente. Y explica que esta vez la temática fue elegida colectivamente con los participantes y así se definió abordar el tratamiento de la basura.
Según cuentan sus impulsores, en esta nueva instancia el contenido se articuló con los distintos talleres que se brindan en la asociación. “En el taller de arte de hecho están utilizando material para reciclarlo y la idea es estar reutilizando y aprendiendo al mismo tiempo”, dice Salas.
Y destaca que la temática de la basura comenzó a trabajarse en el curso de informática, donde los asistentes de Asdric buscaron datos en Internet para investigar el tema.
“Finalmente armaron un video y un power point que, aunque tuvieron nuestra guía, fue íntegramente hecho por ellos”, relata la profesora de biología. Y añade: “El cierre de esto fue el viernes pasado, cuando se invitó a un grupo de alumnos de un colegio a la asociación para que ellos mismos mostraran su trabajo”.
Los impulsores de esta iniciativa cuentan que la tarea desarrollada hasta ahora será continuada por los nuevos estudiantes de la cátedra en el segundo cuatrimestre de este año, quienes también compartirán conocimientos sobre el tratamiento de la basura en la asociación.
En relación a estas instancias, el docente de biología Adolfo Martino reflexiona: “La educación ambiental tiene como objetivo fundamental crear conciencia y generar valores y actitudes en defensa del ambiente. Bueno, todos estos chicos con los que nos hemos relacionado en Asdric y los estudiantes de la materia al final generan conciencia”.
Además, relata: “De hecho los padres de Asdric destacaban que a partir de la actividad del año pasado los chicos habían empezado a generar conciencia en las familias de cuál era la importancia en este caso de cuidar el agua”.
El otro con discapacidad
Las características de este proyecto presentaron un verdadero desafío para los estudiantes, quienes debieron aprender a enseñar y a su vez hacerlo ante un público particular.
¿Cómo se dio este proceso educativo ante personas con discapacidad y el resto de los participantes? ¿Tuvieron dificultades?
Ferrari: Nosotros partimos de la idea de que se puede acercar el conocimiento a todo el mundo, lo que pasa es que fue un desafío para los estudiantes porque se encontraban no sólo con personas con discapacidad intelectual sino también en algunos casos con discapacidades sensoriales, entonces tenían que pensar muchas estrategias para acercar el conocimiento a esta población tan diversificada.
No obstante, la temática era convocante, ellos pudieron adecuar los contenidos y las actividades sin perder de vista que se trataba de personas adultas, o sea, no los trataron como niños sino que acercaron el conocimiento adaptándolo a sus necesidades. Eso es sumamente valioso porque es una forma distinta de empezar a ver al otro con discapacidad.
Martino: Creo que en nuestra sociedad es muy importante la invisibilidad de la discapacidad: creemos que no hay discapacitados pero en realidad están siempre, hay una cantidad muy importante y no se pueden ver porque no les damos los medios para que estén. Por eso también era un desafío para nosotros llegar a un lugar donde no llega nadie, nadie se relaciona con la discapacidad.
Entonces, a partir de todo esto surgen cosas muy interesantes como que nuestros alumnos, por ejemplo, se sorprendían porque les habían prestado más atención de lo que ellos a veces nos prestan a nosotros como docentes, entonces ellos mismos planteaban esto de qué es lo normal y lo anormal. Son dimensiones que nosotros nunca pensamos que íbamos a estar evaluando.
Por último, el docente cuenta que a raíz de lo valiosa que resultó ser esta experiencia ya está en marcha un proyecto de investigación que aborde la “educación ambiental para todos”.
“Todos podemos producir conocimiento”
Las particularidades de este proyecto lo transforman en una experiencia especialmente valiosa, no sólo para sus participantes sino también para la sociedad en general, ya que permite revisar diversos preconceptos en el ámbito educativo y abrir nuevas posibilidades de enseñanza-aprendizaje.
¿Cuáles creen que son los principales aportes que brinda esta experiencia por un lado a los estudiantes y por otro a los participantes de Asdric?
F: Es empezar a considerar que el otro con discapacidad también construye conocimiento, que es una construcción social que se puede compartir y que también se pueden intercambiar las actuaciones.
Ellos estuvieron en situación de aprendizaje y este año a través de la propuesta en relación con el nivel medio estuvieron en situación de enseñantes, lo cual también nos muestra que hay cosas que encerramos nosotros como normales pensando que el otro tiene muy pocas posibilidades y son parte de un prejuicio. El aprendizaje y el conocimiento son algo valioso para todos y que todos podemos producir.
M: Nosotros como biólogos generalmente estamos muy emparentados con la docencia y los licenciados nos quedamos en la universidad en investigaciones. Es un cúmulo muy pequeño el que va a ocupar lugares donde es necesario el biólogo como profesional.
En este caso, los alumnos empezaron a darse cuenta de que ellos pueden estar trabajando relacionados con la discapacidad, ya sea como profesores o aquellos que son licenciados incluso podrían estar investigando una temática educativa o esta conexión de universidad-sociedad, que es una dimensión de la que se dice mucho y se hace muy poco. Lo importante es que los mismos alumnos de biología descubrieron que éste podría ser un campo profesional positivo y real para ellos.
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