3 jul 2011

Quieren una gran "reserva de biosfera serrana"

La Voz del Interior (03/07/2011)
Buscan crear una gran "reserva de biosfera serrana"



Diversos sectores quieren que se amplíe la Reserva Hídrica Pampa de Achala hacia Traslasierra. Permitiría medidas para proteger cuencas y ambiente, con categorización internacional.
Los Hornillos. Instituciones oficiales, empresariales y ambientalistas de Traslasierra, reunidas en Los Hornillos, acordaron solicitar la ampliación de la Reserva Hídrica Pampa de Achala, para que comprenda una mayor parte de las sierras de este valle, además de la creación de una “reserva de biosfera”, categoría designada por la Unesco para áreas donde se concilien la actividad humana con los recursos naturales bajo el concepto de desarrollo sustentable.
El proyecto de “reserva de biosfera”, bajo esta categoría internacional, incluiría las casi 40 mil hectáreas del bien preservado Parque Nacional Quebrada del Condorito y las no suficientemente conservadas 146 mil hectáreas de la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala, pero extendiendo el espacio hacia el sur y el oeste, para contemplar áreas de Traslasierra, incluyendo las cuencas de agua que abastecen esta zona, hasta la Reserva Chancaní.
Intendentes de Traslasierra aprobaron ya el pedido de instituciones de dar un primer paso para que la Provincia amplié el área de la reserva Pampa de Achala, proyecto que promovido por la legisladora Mabel Genta fue luego aprobado por toda la Legislatura, pero no como ley sino como una mera declaración de deseos a la espera de que el Gobierno provincial la concrete.
En Argentina hay 13 reservas de biosfera.
Desafío cultural. Alfredo Recca, biólogo y técnico de la Secretaría de Ambiente de la Nación, se encuentra en Traslasierra promoviendo la idea. “En 1999, cuando se creó la Reserva Hídrica Pampa de Achala, se previó que podría convertirse en una reserva de biosfera. Por eso buscamos del apoyo de Parques Nacionales, de la Provincia, de los intendentes de la zona, de instituciones, para hacerlo realidad”.
Recca explicó que “se trata de crear una visión nueva que trate de integrar los distintos factores que rodean un área natural, con un manejo distinto. Eso, con un reconocimiento internacional, le permitiría a esta área jugar en otras ligas”.
Eduardo Bottaro, de la agrupación regional Valle Azul, sostuvo: “La nueva reserva no significa expropiación ni confiscación de tierras, tampoco prohibiciones. Lo que se pretende es una interrelación más armónica entre los diferentes actores de la región con sus usos, costumbres y actividades”. Y agregó: “La reserva marcaría otro estándar de calidad turística para la región, que aparecería con ese título en los mapas de reservas del mundo. Además se facilitarían los controles para evitar daños ambientales”.
Convencer al Gobierno. Para que el país proponga que Naciones Unidas declare a Pampa de Achala más parte de Traslasierra como “reserva de biosfera”, el Gobierno de Córdoba primero debe hacer suya la idea.
Dar ese paso implicaría una “categorización” de la región en términos ambientales y turísticos, pero requerirá cumplir con criterios de capacitación y concientización en las distintas comunidades, mejorar el tratamiento de la basura, minimizar actividades que dañen el ecosistema, evitar desmontes y avanzar en reforestaciones, promover los cultivos sustentables, y un mayor cuidado de las cuencas hídricas y del agua subterránea. Y todo eso con normas y sistemas de control para hacerlas cumplibles.

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Clave para el futuro de Córdoba

Por Fernando Colautti.

Córdoba tiene tres reservas hídricas creadas por ley. Pero que figuren en los papeles no significa que efectivamente lo sean. Una, en realidad, no existe como tal. Las otras dos no reciben la atención suficiente para asegurar que funcionen como reservas hídricas, por ejemplo, respecto del control de actividades y acciones para mantener los bosques nativos, sostener los suelos y garantizar así que vertientes y arroyos “produzcan” agua todo el año.
La Reserva Pampa de Achala, creada en 1999, abarca 146 mil hectáreas por sobre los 1.500 metros de las Sierras Grandes, desde Los Gigantes al norte hasta el Champaquí al sur. Allí nacen los principales ríos cordobeses.
La Reserva La Quebrada, creada en 1987, comprende 2.400 hectáreas en Sierras Chicas, en la zona de Río Ceballos, sobre la cuenca que abastece al dique La Quebrada.
La Reserva Los Gigantes es la que no es. Se aprobó por ley en 2001, pero jamás fue reglamentada por el Ejecutivo provincial, por lo que nunca pasó a la práctica. Ocuparía la naciente de los ríos que alimentan al lago San Roque.
A ese esquema se suma, desde 1996, el Parque Nacional Quebrada del Condorito, de casi 40 mil hectáreas, vecino a la reserva Pampa de Achala y que sí avanzó en su estado de conservación. El Parque Nacional tiene presupuesto, personal y normas más estrictas para asegurar su preservación. Además, casi todo su territorio es propiedad estatal, lo que facilita la tarea al no haber conflicto de intereses.
En las reservas hídricas provinciales, en cambio, las tierras son privadas. Y para avanzar se requieren acuerdos más trabajosos con los dueños.
Para el futuro de Córdoba, en el que el recurso agua será absolutamente central, cuidar reservas hídricas y acrecentarlas debieran ser una prioridad, no suficientemente advertida aún por los dirigentes.
A la vez, para las áreas turísticas, será difícil imaginar un futuro exitoso sin criterios de sustentabilidad ambiental.

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