5 ago 2007

Agroquímicos sin control

El Puntal de Río Cuarto (05/08/2007)
El problema está en el corazón de los pueblos

En General Cabrera gran parte de los depósitos de agroquímicos están ubicados en la zona urbanizada o ejido municipal, haciendo caso omiso a la reglamentación impuesta por la flamante ley provincial de agroquímicos.
El presidente del Centro de Ingenieros Agrónomos de General Cabrera y zona, Juan Sánchez, dijo sobre los depósitos de agroquímicos en la ciudad: “Es un tema que escapa a mis conocimientos, en general nuestros productores están muy bien tecnificados, muy cuidadosos en cuanto a las aplicaciones de cualquier tipo de agroquímicos en el campo. Los comercios no venden productos que no estén autorizados para la venta y no esté permitido su uso en el cultivo”.
En General Deheza, cuando un productor va a fumigar y su explotación está cerca de la localidad, avisa a una dependencia municipal para que quede registrado este movimiento, como la ley lo indica.
La realidad demuestra que si bien en Cabrera se han realizado numerosas reuniones para estudiar cómo sancionar una ordenanza – algunas con presencias destacadas de la Defensa Civil de Río Cuarto y Villa María- que regule la existencia de depósitos de agroquímicos y todos los temas secundarios, sólo se ha avanzado algunos pasos.
Las conductas de productores que en un intento por ganar tiempo cargan líquidos en las tarde para poder partir hacia el campo en horas tempranas de la mañana, guardando en el garage la camioneta con toda la carga es un indicador del estado de desconocimiento que se tiene de la reglamentación.
Se dice, por otra parte, que la Provincia no cuenta con vehículos para recorrer la totalidad del territorio, por eso el poder de policía no está siendo ejecutado.
Son las comunidades regionales las que han venido trabajando y con una efectividad tenue.
Alfredo Broilo, integrante de Defensa Civil de General Cabrera, confirmó que “no todos los depósitos de agroquímicos están en el ejido municipal. Tampoco es fácil erradicarlos de golpe, aunque hay que reconocer que sería necesario. Pero se está haciendo algo, y desde hace tiempo que venimos trabajando. Se viene informando sobre una serie de condiciones que debe cumplir un depósito de agroquímicos”.
Por ejemplo, se logró que en su totalidad se construyeran los cordones de contención, consistentes en la disposición de la estructura o edificio para que todo el líquido quede dentro del local en caso de derrame interno. Se les obliga a colocar una o dos hileras de ladrillos en las puertas con su correspondiente revoque e impermeabilización para que el líquido no salga por la puerta, a la vez que se les obliga a construir una zanja para que en caso de que salga el líquido quede en ella impidiendo que se mezcle con otra cosa”.
“Estamos siendo firmes, sí, en impedir que otros se sigan construyendo en la zona urbanizada. “Antes había 10 o 15 bidones, ahora tenemos galpones llenos, aparte de lo que compran los productores y guardan en sus viviendas para la siembra del año que viene. Creo que General Cabrera hay 10 locales que venden agroquímicos en la zona céntrica, más todos los lugares particulares”.

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En la región hay depósitos de agroquímicos hasta en garajes

La denuncia de vecinos de Las Perdices volvió a poner en debate las serias falencias existentes para regular el manipuleo y acopio de estos productos. En Sampacho, por ejemplo, de 5 locales sólo uno está habilitado
Así como la intensa actividad agrícola en todo el ámbito regional reactivó la economía de decenas de pueblos también arrastra consigo un serio problema por el manipuleo de productos agroquímicos en las zonas urbanas y el temor de los habitantes de contaminación.
Son múltiples los reclamos y las denuncias de habitantes por la existencia de depósitos pared de por medio con sus viviendas, o en medio de barrios.
A pesar de existir la ley de Agroquímicos, poco se ha avanzado en los controles y ordenamiento de estos lugares que acopian o venden estos productos. En un relevamiento realizado por PUNTAL en algunas poblaciones pudo detectar la existencia de galpones y depósitos con todo tipo de productos en pleno centro urbanizado.
Las autoridades admiten que les es imposible controlarlos, pero cuentan con la herramienta de la ley para hacerlo.
La reglamentación provincial está bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura provincial que, a su vez, delega el poder de policía a los municipios, los que -también a su vez- dicen que no cuentan con recursos suficientes para hacer los controles.
Días atrás sorprendieron las declaraciones del intendente de Las Perdices, Fabio Torre, quien ante la denuncia de un vecino señaló que es “imposible controlar el acopio de estos productos” y señaló a los productores como responsables de la situación diciendo que ante el temor de robos en campos, terminan guardando todos estos elementos en sus casas o galpones.
Así también desde el Departamento Roca, donde los pueblos adhirieron a la ley, sostienen que no pueden ajustarse a ésta pues carecen de recursos para reubicaciones o traslados de acopios.
Y en medio del debate queda la gente y el temor de estar siendo víctimas de una contaminación silenciosa.
Pero en esta situación también existe responsabilidad de los propios vecinos, que en ocasiones terminan almacenando estos productos en garajes o galpones de sus viviendas.

En Sampacho

El coordinador del Departamento de Defensa Civil de esta localidad, Marcelo Piñero, aseguró que de todos los depósitos de agroquímicos existentes (una media docena), solamente uno está autorizado. El resto está allí, sin la debida legalización y en plena zona céntrica de una población que hoy está en franco crecimiento.
La situación que a primera vista aparece como algo cotidiano, está preocupando a distintos organismos de prevención como son los Bomberos Voluntarios o Defensa Civil. Cuando surgió la ley provincial de manejo de agroquímicos y la Provincia sugirió a los municipios a adherirse, esta localidad fue una de ellas.
De todos los existentes en el radio urbano solamente uno está autorizado porque guarda las normas respectivas; del resto, ninguno tiene la autorización de Defensa Civil”, graficó el funcionario.
Como para brindar una idea de cuál es la situación en Sampacho, Marcelo Piñero sostuvo que uno de los depósitos se encuentra a solamente 20 metros de un supermercado, hay otro que se encuentra muy cerca de una boca de tormenta. Si hubiera un derrame de esos líquidos los residuos van a parar al arroyo, generando un caos ecológico e incluso hay otro sitio de almacenaje cerca de una clínica.
Sin embargo, aún se observa cierta lentitud en el proceso de control que deben ejercer muchos municipios.
Otra problemática es la circulación y lavado de los denominados equipos “mosquitos” que se utilizan en fumigación, en lavaderos del pueblo o frente a viviendas. Así también las avionetas pasan a vuelo rasante por populosas barriadas en su trayecto hacia los campos, esparciendo restos de productos agroquímicos.

Pocos controles

En distintas poblaciones la compra de herbicidas para la fumigación de campos hace que también se manifieste cierta especulación.
Los productores buscan los mejores precios y si bien estos productos tienen fecha de vencimiento, es común que en los galpones particulares, varios de ellos situados en la zona urbana, existan importantes cantidades de estos líquidos, lógicamente sin declarar ante los órganos de control.
Los intentos por llevarlos lejos, hasta los parques industriales, se topa con otra realidad: en dichos predios existen industrias alimenticias, lo que acarrearía otros problemas.

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