13 mar 2007

Planta de acopio de RSU en Cba

La Mañana de Córdoba (13/03/2007)
Cartoneros denuncian que la Municipalidad no cumplió con la inauguración de una planta de acopio

Debía quedar habilitada el 28 de diciembre pasado, sin embargo aún no está en condiciones para funcionar. Los recolectores de residuos trabajan en condiciones insalubres y sin las medidas de seguridad adecuadas.
“Estamos haciendo lo que podemos. Trabajamos en peores condiciones que antes. La Municipalidad nos prometió una cosa que ahora no está cumpliendo, su actitud es egoísta porque se quiere llevar méritos que no tiene”, denunció Claudia Silva, una joven cartonera que se desempeña en una planta de acopio en barrio San Vicente de la ciudad de Córdoba.
El reclamo alude a que el 28 de diciembre pasado, la planta de la se beneficiarían más de 120 familias de cirujas, debería haber quedado inaugurada oficialmente, a través de un acuerdo entre la Cooperativa de Trabajo Cartoneros Organizados Limitada de barrio Sangre y Sol, el Movimiento Nacional de Cartoneros y Recicladores (MO.CA.R), una importante empresa papelera y la Municipalidad de Córdoba.
Pero por demoras de la propia comuna -tal como lo reconocieron ayer a LA MAÑANA- la inauguración se postergó, y la planta no quedó en condiciones para funcionar.
Sin embargo, debido a que los cartoneros ya se habían comprometido con sus compañeros a comprar el material a un precio superior y a vender el cartón exclusivamente a la papelera Del Plata, debieron continuar trabajando en el galpón, ubicado en la calle Domingo French en barrio San Vicente.
Convencidos de que se trata de un negocio que tiende a crecer cada vez más y que, bien organizado, resulta altamente rentable, los recolectores de residuos sólidos urbanos optaron aceptar esas condiciones de trabajo, y aguardar la inauguración, sin fecha por el momento.
De esta manera, no hubo grandes avances en aquel proyecto original cuyo objetivo es rescatar a los cartoneros de la informalidad para incluirlos en el circuito formal de trabajo: actualmente esas personas se desempeñan en las mismas condiciones insalubres que antes y sin las medidas de seguridad necesarias.
“Nos vimos en la obligación de continuar adelante con nuestro trabajo como sea, no podemos esperar a porque en la Municipalidad está todo parado. El cartonero necesita el dinero del día a día, de eso vive, y nosotros tenemos que poner la cara aunque no nos guste”, dijo Claudia.
Valiéndose de dos mulitas, una báscula y mobiliario que encontraron cirujeando; y sin las computadores, los contenedores y los uniformes prometidos, entre otras cosas, todos los días los cartoneros de la cooperativa de barrio Sangre y Sol, trabajan en el acopio, clasificación y venta de los residuos sólidos urbanos.
“Estamos sacando recursos por nuestro lado, tratamos de pilotearla de esa manera, a los compañeros no les interesa cuáles son los motivos por los que la comuna no cumple, ellos confiaron en una propuesta y exigen respeto”, sentenció la cartonera de apenas 24 años.

Un proyecto a medias
Según explicó Marcelo Iturbe del MO.CA.R: “Hace mucho tiempo que venimos trabajando en la iniciativa. Estaba todo listo -con papeles incluidos- cuando de pronto la Municipalidad no firmó, nadie nos aclaró el porqué, pero es evidente que no les conviene que este movimiento esté presente. Esa falta de apoyo trabó muchas otras cuestiones que nos contó mucho conseguir”.
En el proyecto original propuesto por la Municipalidad de Córdoba a través de la Dirección de Desarrollo Territorial y Economía Social, queda expresamente sentado que “el predio de trabajo será adecuado, cerrado, sin acceso al público, respetando las condiciones de higiene y preservación ambiental de acuerdo a las normas legales vigentes”.
En la práctica ninguno de esos puntos se cumple por lo que el lugar no cuenta con la habilitación correspondiente, pese a que, según los cartoneros, “la Municipalidad se había comprometido a darnos la habilitación, ahora tenemos que trabajar en pésimas condiciones”.
“De todas maneras estamos buscando el certificado de bomberos por nuestro lado, y tratando de cumplir con los requisitos para que, por lo menos, tengamos la habilitación”, señaló Iturbe.
Para muchos trabajadores de la basura, la puesta en marcha de la planta de acopio es una manera de reivindicar el trabajo y funciona como un mecanismo de inclusión, de ahí la ansiedad de que el proyecto se materialice.

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