3 mar 2007

Miel: a la soja se le suman las lluvias

El Puntal de Río Cuarto (03/03/2007)
Peligra la producción de miel regional: a la soja se le suman ahora las lluvias

De 50 kilos que producía años atrás una colmena hoy se juntan sólo 10. A la extinción de las praderas florales, se agregan las precipitaciones cada vez más frecuentes. Temen que desaparezcan apicultores
Primero fue la soja y ahora las lluvias que no dan respiro. Los productores apícolas están sumamente preocupados porque la producción de miel cae estrepitosamente.
Según estimaciones, de 50 kilos que producía años atrás una colmena hoy se juntan sólo 10.
Los apicultores responsabilizan primero al fenómeno de la sojización que borró de un plumazo los territorios ganaderos y con ellos las praderas florales.
Y en segundo término a las lluvias cada vez más frecuentes que lavan las flores e impiden que las abejas trabajen.
El panorama es dramático porque se teme que desaparezcan muchos productores apícolas.
“Río Cuarto históricamente fue una zona muy apta para la producción apícola. Nuestra apicultura es moderna porque los productores se adaptaron a los tiempos. Pero de la producción promedio que normalmente había en toda esta zona que rondaba los 50 kilos por colmena por año se cayó a 10”, dijo ayer a PUNTAL el productor y acopiador de miel Leandro Narvaja Luque.
“A medida que se fue terminando la producción pecuaria, por el fenómeno de la soja, desaparecieron las praderas que dominaban estas zonas, con alfalfa, melilotus, cardo y trébol. Por ende se fue reduciendo la producción por colmena en forma sensible al haber menos campos aptos para la producción apícola”, explicó.
Narvaja Luque dijo que “en estos últimos años la producción apícola cayó a la mitad: 25 kilos por colmena”.
Y añadió: “Esto obligó al apicultor a diseñar otras estrategias como la de mudar las colmenas de acuerdo con la floración”.
Pero sostuvo a continuación que “a esa baja significativa del promedio, este último año se ha dado un fenómeno que pone en peligro la producción apícola: las lluvias”.
“Tenemos un verano muy llovedor con muy poco espacio entre lluvia y lluvia. Lo que no sólo perjudica el acceso del apicultor a su colmenar sino también el trabajo de las abejas. Además, la frecuencia de las precipitaciones hace que la flor se lave”, señaló.
Narvaja Luque también dijo que otro factor que influyó en el escaso rendimiento fue el invierno tremendamente seco que derivó en una primavera tardía.
“El país exporta, de lo que produce, que ronda las 80 mil toneladas por año, el 98 por ciento. Dependemos fundamentalmente del mercado mundial”, acotó.
“Nos compran Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, España, Japón y los países árabes”, enumeró.
Narvaja Luque dijo también: “Además nos tenemos que adaptar a las exigencias del mercado en cuanto a la calidad. Los mecanismos de medición nos obligan a ponernos bajo las normas que nos imponen los compradores. Es así que en los últimos años nos piden para controlar las pestes una sala de extracción aprobada por el Senasa que ronda los 100 mil pesos”.
Finalmente, el productor apícola señaló que se están buscando las vías de solución pertinentes para evitar la desaparición de apicultores.

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