6 mar 2007

Monitorearán el aire

La Mañana de Córdoba (06/03/2007)
Villa María: monitorearán el aire de la escuela 20

Medirán la posible presencia de toxinas en el moderno edificio. Si no surgen problemas, se pedirá a los docentes que retornen al lugar. Luego, si persisten las dificultades, se harán análisis a los profesores.
Autoridades del Ministerio de Salud de la Provincia anticiparon a la directora y algunos docentes de la Escuela 20 que se se realizarán monitoreos de aire en las instalaciones del moderno edificio que fuera inaugurado a fines de 2005 y que lamentablemente no puede ser utilizado por los problemas de salud que genera en alumnos y profesores.
Si estos estudios resultan satisfactorios y no se detectan sustancias nocivas para el cuerpo humano, se pedirá a los docentes que retornen al lugar, para luego someterse a una serie de análisis que incluyen el de orina. De esta forma se espera clarificar definitivamente la situación y determinar cuál es la causa de los problemas físicos que genera la nueva estructura edicilia.
A horas de comenzar el ciclo lectivo, la directora Clelia Velazco recibió ayer a LA MAÑANA y narró el diálogo entablado recientemente con funcionarios provinciales, sobre el interminable problema del edificio inaugurado por la Provincia que no se puede utilizar por las emanaciones tóxicas que surgen del mismo.
“Es la primera vez que nos dicen que van a hacer este análisis con seriedad para saber definitivamente si se puede utilizar el edificio o si tenemos que dejar de pensar en él”, relató la docente.
Luego de varios meses de haber trabajado desde Córdoba Ciencia con instrumental de alta complejidad, desde la cartera de Salud se decidió realizar nuevos estudios divididos en dos etapas, para verificar si la experiencia ha dado resultado o se vuelve a repetir el fracaso.
“Primero se hará la parte cuantitativa, es decir saber con certeza qué porcentaje de toxicidad hay en el lugar, para verificar si los niveles son aceptables o no para el cuerpo humano. Esto se llevará a cabo por medio de monitoreo de aire”, sostuvo Velazco. Si la muestra deja evidenciado que los niveles de toxicidad son aptos para la exposición humana, algunos docentes realizarán la experiencia de instalarse en el edificio por varias horas una decena de veces, para luego someterse a análisis de orina.
“Hay que llegar al fondo de la cuestión de manera científica y seria, no sólo por los síntomas sino por lo que realmente le sucede al cuerpo”, fueron algunas de las palabras de los funcionarios de salud que Velazco resumió.
Sobre los tiempos reales que implicarían la realización de estos análisis, no se dieron mayores precisiones pero si se aseguró que “desde el Ministerio de Salud no se firmaría nada hasta tener la certeza de que no existe toxicidad”.
Aunque no se ahondó sobre la suerte definitiva del moderno inmueble, “es la primera vez que se deja la puerta abierta a que el edificio no tenga solución”, sostuvo la directora.
Velazco evitó hablar del desgano producido por las idas y venidas en relación a esta cuestión pero aseguró que “no es un capricho la necesidad de un nuevo edificio, y hoy más que nunca resulta algo imperioso por el notable incremento de matrícula que tiene el colegio y el reducio espacio que posee en las antiguas instalaciones”.

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