17 mar 2007

Antenas del microcentro

La Mañana de Córdoba (17/03/2007)
Preocupa el aumento de radiación en antenas del microcentro

Si bien la medición que realizaron técnicos de la UNC en un radio de 203 manzanas detectó índices electromagnéticos por debajo de los permitidos, el debate de los especialistas está centrado en la indiferencia de los organismos de control para frenar el impacto que éstas pueden traer. En la provincia de Córdoba hay 759 antenas declaradas, aunque se especula que esa cantidad se duplicaría contando las que funcionan en forma ilegal.
Directamente relacionado con el aumento de la cantidad de servicios inalámbricos que se ofrecen a través de ellas, en los últimos cuatro años creció un 120 por ciento el nivel de radiación electromagnética que emiten las antenas ubicadas en el centro de la ciudad. Y si bien los indicadores se encuentran por debajo de los límites establecidos por el Ministerio de Salud de la Nación, la preocupación de los especialistas que trabajaron en el relevamiento está centrada en la falta de control de estos sistemas.
El nivel de densidad de potencia pasó de 0,00007 mW/cm2 en 2002 a 0,00013 en 2006. Al respecto, se debe tener en cuenta que la cantidad se encuentra muy por debajo del límite más restrictivo avalado por Argentina, siguiendo a la Organización Mundial de la Salud, de 0,2 mW/cm2.
Pero lo cierto es que, desde la aparición de los teléfonos celulares, se tejieron numerosos mitos y miedos sobre los efectos que las radiaciones emitidas por las antenas pueden llegar a provocar sobre la salud humana. Conscientes de ello, los integrantes del Laboratorio de Investigación Aplicada y Desarrollo de la UNC (LIADE) realizaron mediciones de los niveles de radiación electromagnética de las antenas declaradas ubicadas en el microcentro de la ciudad.
Según especificaron los técnicos, las torres controladas dieron muy por debajo de los niveles permitidos y ello llevaría tranquilidad a los habitantes del lugar más densamente poblado de la provincia. Sin embargo, se mostraron preocupados por la inacción de los organismos de control ante el desmesurado crecimiento de la cantidad radiación que reciben las personas.
“Hoy los niveles no son nocivos para la gente, pero van a seguir avanzando y nadie hace nada”, explicó a LA MAÑANA Oscar Vanella, integrante del LIADE.
El experto ponderó que “si llegan a Córdoba los teléfonos que ofrecen el servicio de videoconferencia -es decir la cuarta generación de celulares- va a haber problemas sino eliminan la primera. Ahora, desde cualquier lado uno se puede conectar a internet o a otro celular y ese desarrollo tecnológico tiene un costo”.
Para la medición, el LIADE tomó el área comprendida por los límites del río Suquía, La Cañada y la Avenida Poeta Lugones del Parque Sarmiento. Sin embargo, destacó que en la provincia hay actualmente 759 antenas declaradas, aunque se especula que esa cantidad se duplicaría contando aquellas que funcionan en forma ilegal.
Vale aclarar que el Laboratorio dependiente de la Universidad Nacional está conformado por uno de los equipos técnicos más reconocidos en la tarea de monitoreo de antenas en todo el país y el exterior.
Según explicó Ricardo Taborda, director del Laboratorio de Investigación, “diariamente, todos estamos expuestos a una gran cantidad de campos electromagnéticos mientras estamos en nuestras casas o en el trabajo”.
El referente explicó que, lejos del imaginario popular que asegura que las frecuencias emanadas por las antenas de celulares son las más nocivas, el cuerpo humano es más sensible a las emitidas por la de una radio FM o de televisión.
De hecho, la OMS sostiene que, a diferencia de las radiaciones ionizantes (como los rayos X) encontrados en la parte más alta del espectro electromagnético, las frecuencias emanadas por las antenas de celulares son muy débiles como para romper los enlaces que unen las moléculas que forman las células. Y en ello funda la afirmación de que no pueden producir efectos cancerígenos.

Antenas camufladas
Tratando de sortear las protestas y los miedos de los vecinos, la nueva tendencia adoptada por las empresas de telefonía celular es la de camuflar las antenas debajo de objetos. Así, el ojo de la persona común no percibirá que ese objeto está allí y no tendrá temor de su exposición.
Un simple recorrido por el centro de la ciudad permitió a los técnicos detectar estos aparatos prolijamente disimulados. Con la finalidad de disminuir el impacto visual y psicológico, lo que a simple vista parecen detectores de incendio en un centro comercial o carteles publicitarios en la vía pública son, en realidad “picoceldas”, antenas muy pequeñas que optimizan el servicio. También es frecuente encontrarlas en los espacios verdes de los barrios cerrados, simulando frondosos árboles en cuyo tronco se esconde una barra de hierro que sostiene las antenas.
No obstante, las empresas que instalen esta tecnología de altura están obligadas a pintarlas de rojo y blanco por una cuestión de seguridad aérea. Y en caso que alguna quiera disimular esas terminales, deben contar con la autorización del Comando de Regiones Aéreas.

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