22 mar 2007

Alta Gracia y bonos de carbono

La Voz del Interior (22/03/2007)
Alta Gracia quiere bonos de carbono para convertir agua sucia en energía

La ciudad de Alta Gracia podría ser la primera del país en generar bonos de carbono (también llamados bonos de carbono o bonos verdes), el mecanismo previsto por el Protocolo de Kioto para incentivar la inversión en proyectos ambientales sustentables.
Si lo que por ahora es sólo un plan se concretara, el esquema permitiría: depurar los efluentes cloacales de la Cooperativa de Trabajo Aguas Sanitarias de Alta Gracia (Cosag); generar gas a partir de los desechos; generar electricidad a partir del gas.
En esto tendría un rol fundamental la empresa canadiense Versus Goliath Project Solutions, cuyo presidente, David Hajesz, visitó Alta Gracia hace unos dos meses.
"Después de la visita de Hajesz determinamos que se puede hacer un rediseño y expansión de la planta cloacal, creando una instalación de categoría mundial en cuanto a tecnología y beneficios ambientales", confirmó José David, responsable local del proyecto para Versus Goliath.
La tecnología llegaría desde Canadá –al igual que el resto de la inversión– y se construirían nuevas lagunas de tratamiento para líquidos de la red cloacal, captando el gas metano que se produce en las lagunas anaeróbicas. Con el metano se generaría electricidad en pequeña escala, a partir de un recurso renovable. Una vez en marcha, el esquema da derecho a quienes lo operan a emitir los llamados bonos de carbono en el marco del Protocolo de Kioto. Esos bonos cotizan en el mercado y son comprados por industrias contaminantes de países desarrollados que exceden los límites impuestos por sus gobiernos para la emisión de dióxido de carbono. Con los bonos compensan la emisión en exceso.
Por supuesto que por ahora todo está en un nivel preliminar. Estos proyectos no son fáciles de conciliar porque requieren inversiones. Justamente, los bonos ayudan a abaratar el costo de la inversión.
Por lo pronto, Versus Goliath solicitó a la Municipalidad la sesión de los derechos de emisión de los bonos de carbono durante 22 años. Con eso recuperaría su inversión y obtendría dividendos. Y, según David, ya está en tratativas con la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) para determinar el destino de la electricidad.
En diálogo con La Voz del Interior, David explicó el objetivo del emprendimiento: "El Mecanismo para un Desarrollo Limpio posibilita que un país desarrollado pueda transferir tecnología e inversiones a un país en vías de desarrollo para que la reducción (de contaminación) se haga acá, pero también lo pueda aprovechar la empresa de Canadá. La intención es expandir estos proyectos en el país", dijo.
En la etapa preliminar los inversionistas solicitarán autorización al gobierno local para luego efectuar un estudio que determinará el nivel de productividad que se puede obtener y qué porcentajes de ganancias se distribuirán entre los inversores, la cooperativa y el municipio.
Según este proyecto, sin costos la Municipalidad estaría recibiendo energía eléctrica para alumbrado público o un porcentaje de los bonos de carbono y además la cooperativa optimizaría el servicio de expansión en la red de cloacas.
El vicepresidente de Cosag, Ennio Manzini, se manifestó a favor. "Esto mejoraría las condiciones ambientales, va a emplear las lagunas sanitarias, a generar energía y toda la inversión correrá por cuenta de ellos".
El Concejo Deliberante anticipó su intención de dar curso a la propuesta si se ratifican los términos en un convenio.
El plazo de construcción tendría un máximo de un año. Y en dos años tendría que estar listo el trámite administrativo, que incluye la autorización de la Secretaría de Ambiente de la Nación y de la Organización de las Naciones Unidas. Sólo con esos avales los bonos son comercializables.
Si todo converge, Alta Gracia podría contribuir así a reducir las emisiones de dióxido de carbono que generan el efecto invernadero y el consecuente calentamiento global.

Cómo es el sistema de bonos de carbono

- El Protocolo de Kioto obliga a los países desarrollados a emitir menos dióxido de carbono. Luego cada país limita a sus industrias.
- Una industria que excede la emisión permitida tiene que compensar con bonos de carbono, que debe comprar en el mercado.
- Venden bonos de carbono las empresas u organizaciones que los han recibido por invertir en proyectos industriales "limpios". Los bonos reflejan la cantidad de dióxido de carbono que deja de liberarse a la atmósfera por la puesta en marcha de determinado proyecto. En este caso, equivale a la cantidad de petróleo que no se quemará dado que se generará energía con gas metano.

Un objetivo para el milenio

La humanidad se enfrenta a una civilización cada vez más desarrollada en la que la escasez de recursos esenciales es cada vez mayor, tal el caso del agua dulce o continental. La declaración del milenio de Naciones Unidas propuso como una meta "reducir a la mitad, para el año 2015, la proporción de personas que viven en extrema pobreza, y reducir a la mitad la proporción de personas que padecen de hambre y que no pueden alcanzar o pagar recursos de agua potable para consumo propio". Y el comité de derechos económicos sociales y culturales de ONU sostuvo que "el derecho humano a disponer de agua (...) es un requisito para la realización de todos los demás derechos humanos".
Este recurso que parece abundante no es tal: sólo un tres por ciento del agua del planeta es dulce y sólo uno por ciento es lo que vemos fluir en ríos y lagos. Estos últimos son una fuente fácilmente accesible para su uso doméstico y serán un campo crítico de intervención de fuerzas de poder, en una sociedad que aspira a mantener sin degradar y agotar su propia fuente, en la necesidad de mantener la cantidad y calidad del agua dulce necesaria para las poblaciones humanas y para mantener ecosistemas vitales.
Según el informe de desarrollo humano 2006 Más allá de la escasez: poder, pobreza y la crisis mundial del agua, en muchos de los países en desarrollo el agua sucia es una amenaza infinitamente mayor que los conflictos violentos. Por año, 1,8 millón de niños mueren por diarreas que podrían evitarse con el acceso al agua limpia e instalaciones básicas.
El administrador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Kenal Dervis, dijo: "Si no alcanzamos la meta del agua y saneamiento, se verá reducida automáticamente la esperanza de alcanzar las otras siete metas". Cada objetivo del milenio está unido al siguiente: "Por lo tanto podemos adoptar medidas coordinadas para proporcionar agua limpia y saneamiento a la población pobre del mundo o condenar a millones de personas a vivir en una situación evitable de insalubridad, pobreza y disminución de oportunidades".
Reflexionemos: si hemos hecho uso permanente de los recursos naturales para el desarrollo y hoy lo vemos en crisis porque más del 50 por ciento de la población mundial está en la pobreza, ¿qué podemos esperar para el futuro con escasez de recursos naturales?
Por todo esto se estima que el cumplimiento del objetivo del desarrollo en el acceso al agua y saneamiento tendrá un costo de 10 mil millones de dólares anuales, que tendrán que asumir los gobiernos en los ámbitos nacionales y a través de organismos internacionales. Parece una suma considerable, pero se ha de tener en cuenta el contexto. Representa menos que los gastos militares realizados en cinco días en el mundo y menos de la mitad de lo que gastan los países desarrollados al año en agua mineral.
Por todo esto, si todos los animales beben agua y la liberan cuando exhalan sudan o excretan, si las plantas la toman por raíces y transpiran por las hojas, si sólo cuando es potable es apta para el consumo humano, si esta potabilización necesita de infraestructura y consume mucha energía, si el 80 por ciento de las enfermedades son causadas por el consumo de agua no potable, este recurso, del que el 22 de marzo hemos declarado su día mundial, debe protegerse, cuidarse y, por sobre, todo conocerse.

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