21 nov 2006

Quieren cambios en la ordenanza

El Diario de Villa Maria (21/11/2006)
Abogados locales quieren cambios en la ordenanza

El proyecto pretende modificar la ordenanza que contempla los niveles de sonido en los boliches bailables. La intención es "determinar el límite sonoro en los 100 decibeles"
Los fines de semana, la “industria sin chimeneas” nocturna, pone a consideración del público villamariense su oferta de esparcimiento.
Pubs, boliches bailables, restaurantes, conciertos en vivo y fiestas privadas conforman un amplio abanico de posibilidades para aquellos que quieren divertirse en la noche de la ciudad.
Durante esas horas, también se ponen en marcha otros resortes, que pretenden en su andar preservar a la ciudadanía de infracciones o actitudes fuera del marco de la ley. De este modo, inspectores y miembros de “Seguridad Ciudadana”, transitan “de boliche en boliche”, intentando captar a los infractores de las disposiciones legales vigentes.
Cristian Ugartemendía y Gustavo Murrugarren, abogados villamarienses presentaron, ante el Concejo Deliberante y el Poder Ejecutivo local, su postura ante las sanciones a las contravenciones que se vienen aplicando en las confiterías bailables por “ruidos molestos”, solicitando la modificación de la Ordenanza 5.429, que establece “que el nivel máximo de ruidos en el interior de locales bailables no podrá superar los 80 decibeles en la escala A.”
Los letrados, que patrocinan a los propietarios de Vinilo, Jet Set y Margarita, aducen en el texto presentado que las medidas “no tienen aplicabilidad práctica y no se ajustan a la realidad de un boliche nocturno.”
Diversos estudios comprueban que 80 decibeles de sonido corresponden a la realidad de una oficina ruidosa, un restaurante con mucha gente o el sonido de una cortadora de pasto, indicando los especialistas que la exposición a este nivel es nociva después de 8 horas de exposición constante.
Con el argumento científico como ariete, Ugartemendía y Murrugarren le apuntaron directamente al espíritu de la normativa asegurando que la ordenanza “es imposible de cumplirse, dadas las características de la actividad que se desarrolla, ya que se desnaturalizaría el objeto de la actividad de boliche bailable, ya que directamente los que concurren a escuchar música y bailar dentro del local, no la apreciarían, dado que el volumen de la música sería mínimo”.
Por otra parte y cubriendo el flanco que tiene ver con la relación con los vecinos, el texto expresa en uno de sus párrafos: “Los sonidos causados por la actividad que se desarrolla, no trasciende al exterior, no se ocasiona molestias a los vecinos, por ende, no hay infracción que se trata de imponer”.
Los autores del manifiesto, por último solicitaron el análisis de la propuesta y su rápida puesta en práctica.

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