5 nov 2006

Denuncian a empresas de celulares

El Puntal de Villa María (05/11/2006)
Ambientalistas volvieron a denunciar a las empresas de telefonía móvil

La organización Eco Sitio volvió a plantear la falta de cumplimiento a la ordenanza villamariense que regula la instalación y ubicación de antenas de telefonía celular. Dirigentes advirtieron sobre los riesgos que esto puede significar.
La organización ambientalista regional Eco Sitio, miembro de la Red nacional de Acción Ecologista, realizó una importante denuncia a nivel país, al sostener que las empresas de telefonía celular no cumplen con la normativa existente en esta ciudad, que regula la actividad. La regulación de la instalación de equipos de transmisión de telefonía celular está regulado por la Ordenanza Nº 4.797, que estable que solo se podrán situar fuera del ejido urbano de esta comuna.
Hace un mes fueron descubiertos tres equipos de telefonía celular dentro del radio urbano y se estima que hay otras en la misma situación. Eco Sitio, que pertenece a la RENACE, presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo de Villa María, que respondido en tiempo y forma por el secretario de Gobierno Municipal, Martín Gill, informó a los ambientalistas locales que “se remitieron cartas documentos para que tanto las empresas que presuntamente estarían involucradas Telefónica Argentina S.A., Telecom Argentina S.A., CTI S.A., Telecom Personal y Nextel Argentina y los dueños de los inmuebles sobre las que están colocadas, presenten la documentación correspondiente para la habilitación”.
Luis Tuninetti, director de la organización ambientalista denunciante, en diálogo con PUNTAL VILLA MARIA estimó que dicha documentación no existe ya que al estar en lugares vedados por la Ordenanza 4.797, carecerían de cualquier papel que los habilite localmente. Además de este nuevo conflicto, existe otro de vieja data en esta ciudad por el cual la empresa CTI fue intimadA a desmantelar una antena ubicada dentro del radio urbano, instalada frente a un jardín de infantes y a 200 metros de otra institución educativa, y que luego de 3 años hasta el momento no se efectivizó tal acción. Este conflicto se halla en la justicia. “Queremos recordarle a la población que este tipo de antenas podría poner en riesgo la salud de la comunidad y por eso venimos alertando a través de los medios locales sobre sus efectos”. Con respecto a esto, recientemente visitó esta ciudad un esepcialista en el tema que disertó sobre el mismo, el ingeniero Néstor Hugo Matta, invitado por el concejal Daniel Climaco de Unión por Villa María, el cual puso de manifiesto los peligros de este tipo de tecnología.
“Eco Sitio reclama al Poder Ejecutivo que basado en la Ordenanza 4.797 y en el principio precautorio de la Ley General del Ambiente Nº 25.675, artículo 4º, se desmantelen dichas instalaciones de inmediato”, precisaron. También desde la entidad se instó a los centros vecinales a actuar preventivamente al respecto y hacer escuchar su voz sobre el tema.

Contaminación electromagnética
Según se explicó, una antena instalada en un punto cubre una zona determinada, enviando y recibiendo señales de todos los teléfonos móviles que se desplazan por su zona. Estas señales que recibe y emite se denominan ondas electromagnéticas, las cuales son absorbidas fácilmente por el cuerpo humano, en el que producen determinados efectos biológicos.
“¿Qué sucede cuando una persona vive, duerme, trabaja, juega o estudia, mestras mes y año tras año, cerca de una antena de telefonía móvil?”, preguntó Tuninnetti. Por lo indicado por el ingeniero Matta, en su paso por esta ciudad, la respuesta sería la siguiente: su cuerpo se va a ver expuesto de manera continua a niveles de emisión mucho más bajos que los que recomiendan las normas de protección, que solo tienen en cuenta exposiciones cortas, por ejemplo de 6 minutos. No se van a producir quemaduras ni calentamiento que requieren niveles muy altos, pero muchos científicos alertan que se pueden producir otro tipo de efectos no térmicos, derivados de niveles mucho más bajos y de una exposición a largo plazo, en las personas que pasan largos períodos de tiempo en un radio de hasta 300 o 500 metros de una antena.
En este sentido hay que decir que muchos países y ciudades, como Suiza, Italia, Suecia, naciones de Europa oriental que llevan décadas investigando este tema, y ciudades australianas, la ciudad de Toronto en Canadá, Salzburgo en Austria, y últimamente algunas comunas españolas, han establecido normas que obligan a situar las antenas a 100, 200 e incluso 500 metros de lugares habitados. “En estos países y ciudades, se está aplicando actualmente una política de precaución, ya que algunas investigaciones científicas han establecido que la población expuesta de forma continuada a niveles de radiación similares a los emitidos por las antenas de telefonía móvil podría experimentar un incremento de abortos, daños en el ADN, cambios en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea, descenso de los niveles de melatonina, depresiones, insomnio, dolores de cabeza, síndrome de fatiga crónica, afección del sistema inmunológico, cáncer, tumores cerebrales y leucemia infantil”, manifestó el directivo de la entidad ambientalista denunciante.

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