30 dic 2007

Proyectan descontaminar sus ríos

La Voz del Interior (30/12/2007)
El sur proyecta descontaminar sus ríos

El río Ctalamochita se ha venido pareciendo cada vez más a una gran cloaca a cielo abierto que atraviesa cientos de kilómetros de la pampa gringa cordobesa. Un canal que serpentea los campos de soja y trigo, y que de cada localidad costera, grande o pequeña va recibiendo su cuota de contaminación creciente.
Desde botellas, pañales, residuos domiciliarios, latas, hasta el vertido sin tratamiento de los desechos cloacales que generan cientos de miles de habitantes e industrias de todo tipo. Todo eso puede encontrase en el agua de este río que nace en el Embalse de Río Tercero y muere, después de una lenta agonía, en el Carcarañá, cuando se une con el río Cuarto.
Más vale tarde que nunca, dos de los municipios que más contaminación provocan en su cuenca media están avanzando en sendos proyectos para dejar de verter todas sus cloacas al agua en forma directa. También, junto a la Dirección Provincial de Aguas y Saneamiento (Dipas), empezarán a revisar los desechos industriales, exigiendo que sean tratados como corresponde antes de que ingresen al sistema cloacal.
El ex intendente de Bell Ville, Nelson Ipérico, se retiró de su gobierno lamentando no haber podido terminar la planta de tratamiento cloacal para su ciudad. Pero la construcción de las lagunas sanitarias está en marcha, junto con el caño de tres kilómetros que llevará los desechos desde la planta elevadora.
Adrián Giuzio, titular de Medio Ambiente de Bell Ville, atiende el llamado de La Voz del Interior en pleno recorrido por las lagunas en construcción. “Venimos trabajando en conjunto con la Dipas para que las industrias vayan haciendo los tratamientos primarios de los efluentes en sus mismas plantas, antes de verterlos a la red cloacal”, comenta. “Queremos que recién cuando lleguen a los parámetros adecuados los ingresen a la red”, indicó. De todos modos, salvo un frigorífico que ya trabaja en su planta de tratamiento con inyección de aire, Bell Ville no tiene industrias muy contaminantes.
“En cuanto al río en sí yo veo que no hay conciencia. No pasa en forma alarmante, pero es preocupante que gente con cultura, que viene con su vehículo, arroje basura en la barranca. Hay falta de conciencia ciudadana”, lamentó el funcionario.
Los bellvillenses ya no usan tanto el río como balneario a partir de la proliferación de piletas particulares o en clubes. Pero hay una porción de la ciudadanía que no tiene otra alternativa para refrescarse en verano y deben padecer la contaminación del agua en su piel.

Nueva planta
Villa María también inició en 2007 una obra de 20 millones de pesos para construir una nueva planta, un caño colector máximo y la red cloacal en seis barrios que tiene pozos negros. El proyecto original debió ser reformulado porque presentaba problemas de seguridad, ya que el municipio quería instalar la planta dentro de la Fábrica de Pólvoras. Finalmente la Nación rechazó esa idea y mudó el proyecto hacia las afueras de la ciudad.
Con las modificaciones, el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) desembolsará casi 30 millones de pesos para cubrir un bache de más de 40 años en los que la ciudad arrojó todos sus desechos cloacales sin tratar al río Ctalamochita.
Mariana Guardia, subsecretaria de Saneamiento de Villa María, dice que en la región aún “queda muchísimo por hacer en materia de saneamiento. Hay muchas ciudades que hicieron sus redes de cloacas, con lo que sanearon sus barrios, pero trasladaron el problema a un cuerpo receptor, como un río, una laguna o un pantano”.
La funcionaria advirtió además que “todas las ciudades que están cerca del río y no tienen cloacas terminan perjudicando las napas subterráneas con las filtraciones de los pozos absorbentes”.

Marcos Juárez, un ejemplo
Desde los municipios de los departamentos Unión y San Martín rescatan el ejemplo de Marcos Juárez, una ciudad que hizo su red de cloacas junto con su planta depuradora. De esta manera se hizo cargo y se responsabilizó del problema de saneamiento en forma integral. Pero para llegar a esto, antes tuvo que pasar por un serio problema de contaminación en sus napas, hace más de 10 años. Eso motivó que hicieran una nueva red cloacal y se dejara de contaminar el suelo con los desechos.
Villa María también fue un ejemplo en su momento, cuando en la primera mitad del siglo 20 inauguró la planta depuradora que ahora está fuera de servicio. Fue un modelo para su época, pero su diseño de los años ’40 colapsó en un par de décadas y el crecimiento de la ciudad la superó ampliamente, volviéndola inútil.

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