2 dic 2007

Espacios verdes de la Capital

La Voz del Interior (02/12/2007)
El verde, en rojo

La acción municipal más importante de la gestión de Luis Juez en lo que respecta a los espacios verdes de la ciudad de Córdoba ocurrió la semana pasada, cuando el Concejo Deliberante dispuso que las tierras del ex Batallón 141 deben destinarse a un área verde. No fue una decisión con fundamento urbanístico sino político: la medida está destinada a complicar la megaoperación inmobiliaria preanunciada por la enajenación de las tierras públicas (mal)vendidas sobre el final de la gobernación de José Manuel de la Sota.
Antes de eso, pasaron cuatro años en que la ciudad no sumó más espacios verdes que las transitorias canchitas de fútbol instaladas en baldíos, y tampoco mejoró los parques existentes. Todo lo contrario: el Parque Sarmiento perdió buena parte de las mejoras introducidas durante la gestión de Germán Kammerath, el Parque de la Vida se desdibuja del mapa debido al vandalismo y la inacción municipal, y los proyectos de revalorización del Parque Las Heras y el Parque General San Martín fueron descartados debido a que el intendente entendió que gastar en espacios verdes era una frivolidad frente a otras carencias urbanas más básicas.
A Córdoba le faltan plazas y parques. La disponibilidad de espacios verdes por habitante está muy por debajo de lo que los organismos internacionales consideran que hace falta para garantizar que cada persona disponga de un lugar donde pasarla bien al aire libre. En una ciudad donde los edificios están aumentando rápidamente la densidad poblacional de muchos barrios, la carencia se acentúa.
Si procurar la disponibilidad de más espacios verdes es una obligación para el municipio, garantizar la vida de quienes concurren a los parques ya existentes está antes. El espacio verde más tradicional de la Capital no puede estar descuidado al punto de atentar contra la integridad de sus visitantes. El problema es que eso no se soluciona por ordenanza.

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El lago sigue sucio, la pileta está cerrada y el teatro, abandonado

La majestuosa pileta olímpica del Parque Sarmiento funcionó por última vez en el verano de 2000. El Teatro Griego cerró sus puertas unos años antes y el agua del lago se va poniendo cada vez más verde y más espesa, pese a que hace pocos meses se anunció que antes del fin de la gestión del intendente Luis Juez estarían en marcha los trabajos tendientes a sanearlo.
Las intervenciones que hacen falta para devolverles la pileta y el Teatro Griego a los cordobeses fueron anunciadas reiteradamente en el transcurso de las dos últimas gestiones municipales, al punto de que ambas obras figuran casi por costumbre en el presupuesto de cada año desde 2001. También se hizo costumbre que las partidas correspondientes sean redireccionadas a otros rubros del gasto.
No obstante, en ambos casos existen proyectos técnicos listos para ser ejecutados en cuanto se tome la decisión política de realizarlos. El caso del lago del Parque Sarmiento es distinto: hace años que el municipio no sabe qué hacer con ese espejo de agua saturado de algas y carente de oxígeno, que cada vez tiene peor olor.
La gestión de Rubén Martí probó con la instalación de unos caños que inyectaban oxígeno al fondo del lago, pero hoy todas las instalaciones está inutilizadas. En los años de Germán Kammerath el plan fue otro: se anunció que el lago sería vaciado por completo, que se removerían los desagües pluviales –y se sospecha que cloacales– que dan a ese pozo y que se retirarían barros del fondo. No se hizo nada de nada.
La gestión Juez le prestó poca atención al Parque Sarmiento. Pero a principios de este año sí hubo un anuncio llamativo: un envío de fondos de la Nación para sanear el lago. Después, se informó que en realidad los más de 300 mil pesos eran mayoritariamente para tareas de consultoría, a los fines de que alguien diga qué hacer. Finalmente, esos fondos terminaron en medio de un escándalo político y el lago sigue igual.

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Recorrido de riesgo por el Parque Sarmiento

El espacio verde más importante de la ciudad tiene muchas zonas peligrosas. A 14 días de un grave accidente, muy poco cambió.
Las más de 90 hectáreas del Parque Sarmiento ofrecen muchos itinerarios posibles a los miles de cordobeses que cada día lo visitan. En casi todos los recorridos se observan situaciones de riesgo propiciadas por las características del terreno, la ausencia de vallas o medidas de seguridad y, sobre todo, la falta de una mirada atenta al hecho de que ese parque –más que ningún otro de la ciudad– suele estar lleno de chicos.
De los muchos itinerarios posibles, el siguiente es el que conviene evitar por los peligros que implica. Es, también, el que la Municipalidad de Córdoba debería revisar con urgencia para evitar siniestros.
La zona que rodea al Teatro Griego es la que mayor deterioro presenta. En un radio de 100 metros, con el centro en el abandonado coliseo, se encuentra un sinfín de lugares donde el peligro es constante. La topografía del sector presenta un gran cañadón, con un laberinto de senderos sin ningún tipo de protección que lo recorren pegados a profundos precipicios.

De la pasión al peligro
Allí también se encuentran el túnel y la Cueva del Oso, que presentan en completo estado de abandono, conjugados en un paisaje desolador y peligroso, ya que cualquier persona que se atreva a pasar por allí es presa para el accionar delictivo.
La mítica cueva –que pasó de ser el histórico refugio de los visitantes apasionados para ser un rincón tenebroso e inseguro– literalmente se está viniendo abajo. La mampostería de sus paredes, que imitaba la textura de las rocas, está muy deteriorada y deja ver la estructura de ladrillos. El interior funciona como un baño público, creando un paisaje propicio para la reproducción de todo tipo de alimañas.
Los senderos del sector que conducen a la terraza del túnel también carecen de protección, dejando sin barreras una caída de al menos cinco metros. El camino de adoquines que conduce hasta el ingreso tiene en uno de sus laterales grandes barrancas. Y el interior del túnel también está abandonado, con profundos hedores brotando entre la basura tirada en el lugar.
A pocos metros de allí, otro sendero se cruza con un desagüe. La baranda de protección está muy dañada y permite una caída libre de unos tres metros.
En el sector que limita con la parte posterior del Teatro Griego, se erige un depósito de escombros, con el suelo cubierto de cal. Unos pasos más adelante, a una pileta de 10 metros de largo y un metro y medio de profundidad le falta el enrejado perimetral en un importante tramo, y una profunda cisterna tiene su tapa de cemento rota.
Al norte de ese punto, entre un pequeño monte de espinillos, un sendero conduce directamente a un precipicio de cuatro metros. De manera perpendicular, se erige un puente que carece de una de sus barandas y con sus accesos derrumbados.
Al frente, en el sector conocido como el Mangrullo, los restos de una pérgola se sostienen sobre cuatro hierros oxidados, y con las ruinas de un pequeño puente componen un paisaje digno de un yacimiento arqueológico.
En la Isla de la Fantasía, un viejo puente de hierro presenta en su base caños oxidados que terminan en peligrosas puntas, y una plataforma que termina abruptamente sobre el lago.

Espacios habitados
Cruzando la calle, en el sector conocido como Jardín Central, enormes troncos fueron dejados luego de ser talados. Y un tanque se encuentra habitado, ya que fue usurpado hace meses.
Doscientos metros hacia el sector de la plaza España, en el monumento a la Infanta Isabel, los sótanos de la plazoleta también fueron usurpados.
La pista de patinaje, ubicada en el sector que colinda con la avenida Leopoldo Lugones, también presenta un paisaje desolador. En el lugar, patinar puede ser una pesadilla, ya que la superficie está totalmente dañada, y se complementa con un panorama de decenas de árboles secos víctimas de las plantas parasitarias y basura por todos lados.

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Corte de césped y poco más

Hace dos semanas, Candela, una beba de 1 año y medio, cayó cuatro metros por la fosa de una escalera que conduce a un túnel en desuso del Parque Sarmiento. La nena se recupera de un cuadro gravísimo en el Hospital de Niños, pero en estos 14 días muy pocas cosas cambiaron en el espacio verde más importante de la Capital: apenas se vallaron y cubrieron esa escalera y otra similar.
Sigue pendiente, en cambio, la instalación de vallas y cartelería de advertencia en numerosos sectores de riesgo.
El mantenimiento del espacio verde es realizado desde hace algunas semanas por cuadrillas municipales, luego de muchos años de concesiones a diferentes empresas privadas. Durante toda la gestión Juez, las tareas se limitaron a lo mínimo indispensable en materia de higiene y conservación. El viernes pasado, por ejemplo, una gacetilla de prensa titulada "Aplican mejoras en el Parque Sarmiento" informaba que una cuadrilla estaba cortando el césped.

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