25 sept 2011
"No existe la cultura de usar la bicicleta"
7:54 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (25/09/2011)
"En Córdoba, no existe la cultura de usar la bicicleta"
Lo dice el especialista colombiano Carlos Felipe Pardo. Cree que 5% de los cordobeses podría adquirir la costumbre de utilizarlas, como ocurre en Bogotá.
Pensar que en la ciudad de Córdoba el cinco por ciento de la población podría utilizar la bicicleta como medio de transporte alternativo no es una idea imposible para Carlos Felipe Pardo, especialista colombiano en movilidad sustentable. Sin embargo, por ahora eso es una utopía.
Según Pardo –que visitó Córdoba para dictar un taller sobre el transporte no motorizado–, “en Córdoba no existe la cultura del uso de la bicicleta”.
El experto justifica su opinión en que hoy apenas se hacen 2,4 por ciento de viajes en bicicleta en Córdoba en relación con el total de los tipos de transporte requeridos (automóvil, motocicleta, ómnibus urbano, utilitario). Esta cifra representa la mitad de los viajes en bici que se efectúan en Bogotá. Y es inexistente si la comparación es con ciudades como Copenhague (Dinamarca) y Amsterdam (Holanda), donde 37 por ciento de los viajes se hacen en biciclos.
La saturación de vehículos motorizados provoca innumerables inconvenientes de tránsito, sobre todo en el centro.
Expertos en tránsito sugieren que el municipio debería pensar –de hecho lo hace, pero sin adoptar medidas correctivas– en buscar alternativas para descomprimir el caos vehicular de las horas pico.
Para acrecentar el porcentaje de viajes en bicicleta, Pardo entiende que la forma es mejorar el sistema de ciclovías, con más infraestructura. “Así se generarían más usuarios que podrían ir en bici al trabajo, al club y a la universidad, por ejemplo”, planteó en diálogo con La Voz del Interior .
–¿Qué beneficios reportaría un mayor uso de la bicicleta en la ciudad?
–Muchos. En Córdoba ayudaría a descomprimir el tránsito excesivo; reduciría el índice de accidentes; disminuiría la contaminación ambiental y mejoraría la salud de la gente, ya que es un ejercicio físico óptimo. Además, la promoción del uso de la bicicleta tiene bajos costos en infraestructura.
–¿Cómo se hace para fomentar su utilización?
–Es un proceso educativo en el que es indispensable que intervenga el Estado. Y también es una elección personal. Igual, en Córdoba no existe la cultura del uso de la bicicleta, no está arraigada. En distintas universidades del mundo los estudiantes la usan con normalidad, y acá no. Se debería promover su uso entre los universitarios, aprovechando que hay tantos en Córdoba, y buscar que dejen el ómnibus progresivamente.
–¿Es posible cambiar esas costumbres?
–No es descabellado pensar que un cinco por ciento de la población cordobesa podría a utilizar la bicicleta, para lo cual hay que realizar una buena promoción de sus aspectos favorables. Esto, siempre y cuando el Estado tenga una política en ese sentido, más allá de los grupos como Biciurbanos que promueven el uso de la bicicleta.
–¿Y qué rol cumple la Municipalidad de Córdoba?
–Junto con otras ciudades, Córdoba participó en un proceso de selección para ejecutar un proyecto de desarrollo de ciclovías del Fondo de Medio Ambiente Global, del Banco Mundial. Desde esta institución apoyamos con asistencia técnica y financiación. A las ciudades elegidas se les regala 750 mil dólares para que mejoren y amplíen las ciclovías. En Córdoba hay 105 kilómetros de ciclovías y la Municipalidad quiere vincularlos, además de crear otras en la zona c
éntrica. El dinero lo tiene la Nación y se enviará cuando Córdoba finalice los planos de conexión de ciclovías. Después tendrá que contratar a la constructora.
–Córdoba tiene un ejido municipal extenso para desplazarse. ¿Aun así es conveniente usar bicicletas?
–En Córdoba, un viaje promedio en bicicleta es de cuatro kilómetros. Y se la puede usar para trasladarse hasta ocho kilómetros. Para viajes de mayor distancia, conviene hacerlos en medios motorizados.
–¿Por qué hay que adoptar la bicicleta?
–Las reservas de petróleo están llegando a un límite. Hay que buscar medios alternativos como la bicicleta. Las ciudades deben pensarse para las personas, no para los automóviles.
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"En Córdoba, no existe la cultura de usar la bicicleta"
Lo dice el especialista colombiano Carlos Felipe Pardo. Cree que 5% de los cordobeses podría adquirir la costumbre de utilizarlas, como ocurre en Bogotá.
Pensar que en la ciudad de Córdoba el cinco por ciento de la población podría utilizar la bicicleta como medio de transporte alternativo no es una idea imposible para Carlos Felipe Pardo, especialista colombiano en movilidad sustentable. Sin embargo, por ahora eso es una utopía.
Según Pardo –que visitó Córdoba para dictar un taller sobre el transporte no motorizado–, “en Córdoba no existe la cultura del uso de la bicicleta”.
El experto justifica su opinión en que hoy apenas se hacen 2,4 por ciento de viajes en bicicleta en Córdoba en relación con el total de los tipos de transporte requeridos (automóvil, motocicleta, ómnibus urbano, utilitario). Esta cifra representa la mitad de los viajes en bici que se efectúan en Bogotá. Y es inexistente si la comparación es con ciudades como Copenhague (Dinamarca) y Amsterdam (Holanda), donde 37 por ciento de los viajes se hacen en biciclos.
La saturación de vehículos motorizados provoca innumerables inconvenientes de tránsito, sobre todo en el centro.
Expertos en tránsito sugieren que el municipio debería pensar –de hecho lo hace, pero sin adoptar medidas correctivas– en buscar alternativas para descomprimir el caos vehicular de las horas pico.
Para acrecentar el porcentaje de viajes en bicicleta, Pardo entiende que la forma es mejorar el sistema de ciclovías, con más infraestructura. “Así se generarían más usuarios que podrían ir en bici al trabajo, al club y a la universidad, por ejemplo”, planteó en diálogo con La Voz del Interior .
–¿Qué beneficios reportaría un mayor uso de la bicicleta en la ciudad?
–Muchos. En Córdoba ayudaría a descomprimir el tránsito excesivo; reduciría el índice de accidentes; disminuiría la contaminación ambiental y mejoraría la salud de la gente, ya que es un ejercicio físico óptimo. Además, la promoción del uso de la bicicleta tiene bajos costos en infraestructura.
–¿Cómo se hace para fomentar su utilización?
–Es un proceso educativo en el que es indispensable que intervenga el Estado. Y también es una elección personal. Igual, en Córdoba no existe la cultura del uso de la bicicleta, no está arraigada. En distintas universidades del mundo los estudiantes la usan con normalidad, y acá no. Se debería promover su uso entre los universitarios, aprovechando que hay tantos en Córdoba, y buscar que dejen el ómnibus progresivamente.
–¿Es posible cambiar esas costumbres?
–No es descabellado pensar que un cinco por ciento de la población cordobesa podría a utilizar la bicicleta, para lo cual hay que realizar una buena promoción de sus aspectos favorables. Esto, siempre y cuando el Estado tenga una política en ese sentido, más allá de los grupos como Biciurbanos que promueven el uso de la bicicleta.
–¿Y qué rol cumple la Municipalidad de Córdoba?
–Junto con otras ciudades, Córdoba participó en un proceso de selección para ejecutar un proyecto de desarrollo de ciclovías del Fondo de Medio Ambiente Global, del Banco Mundial. Desde esta institución apoyamos con asistencia técnica y financiación. A las ciudades elegidas se les regala 750 mil dólares para que mejoren y amplíen las ciclovías. En Córdoba hay 105 kilómetros de ciclovías y la Municipalidad quiere vincularlos, además de crear otras en la zona c
éntrica. El dinero lo tiene la Nación y se enviará cuando Córdoba finalice los planos de conexión de ciclovías. Después tendrá que contratar a la constructora.–Córdoba tiene un ejido municipal extenso para desplazarse. ¿Aun así es conveniente usar bicicletas?
–En Córdoba, un viaje promedio en bicicleta es de cuatro kilómetros. Y se la puede usar para trasladarse hasta ocho kilómetros. Para viajes de mayor distancia, conviene hacerlos en medios motorizados.
–¿Por qué hay que adoptar la bicicleta?
–Las reservas de petróleo están llegando a un límite. Hay que buscar medios alternativos como la bicicleta. Las ciudades deben pensarse para las personas, no para los automóviles.
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