21 feb 2010

La nueva planta dará una solución a 30 años

Día a Día (21/02/2010)
“La nueva planta dará una solución a 30 años”

Entrevista a Eduardo García, presidente de Crese. El jueves, la Muni licita el sistema de tratamiento de residuos. Dicen que está a la vanguardia mundial.
Está viviendo un verano a full. Pero se lo ve pálido. Es que los mejores meses para el descanso él los usó para atender dos temas “sucios” de la Crese, la empresa que conduce: el cierre del enterramiento sanitario de Bouwer y la licitación del nuevo sistema de tratamiento de la basura, trámite, éste último, que se hará el jueves. Eduardo “el Pato” García está agotado, pero se entusiasma, a medida que la entrevista avanza, al dar los detalles de lo que será, según promete, la más moderna planta de tratamiento de residuos domiciliarios del país.
Antes de meterse de lleno en los detalles del proyecto, aclara que “es fundamental” dialogar con los vecinos de la zona sur. “Hay que explicarles que (el nuevo predio de enteramiento sanitario) no será Chernobyl”, advierte.

–El objetivo anunciado por la Municipalidad es llegar al “enterramiento cero”, ¿cómo lo harán?
–En un año, Crese redujo 20 mil toneladas mensuales. Por mes se enterraban 75 a 85 mil toneladas, y hoy estamos entre 55 mil a 62 mil. Eso se logró, principalmente, dejando de enterrar escombros en Bouwer. También incidió, en menor medida, la recolección diferenciada: son nueve toneladas diarias que tampoco se entierran más.

–¿Por qué se desmadró el sistema de basura de la ciudad?
–Cliba dio un muy buen servicio hasta un determinado momento. En el ‘95, cuando ganó la licitación, la tasa inmobiliaria, que es la que genera recursos para financiar el tratamiento de residuos, recaudaba entre dos y tres veces más del monto del servicio. Había plata para pagar. Pero con la reducción impositiva del 30 por ciento que dispuso (Germán) Kammerath y la decisión de los gobernantes que siguieron de no asumir costos políticos actualizando la tasa inmobiliaria al valor que corresponde, se llegó a que ese impuesto no financiara el valor del servicio. Como la Municipalidad no podía pagarle a Cliba, se le permitió que en vez de enterrar a 17 metros de profundidad lo haga a 30 metros de altura. Como con eso no alcanzó, dejó de levantar ramas y escombros, lo que disparó los basurales a cielo abierto: ahora hay 95.

–¿Qué cambiará con la licitación del jueves?
–Se licitan tres cosas: la operación de la escombrera, la planta de transferencia y, lo más importante, el proceso de tratamiento de basura con tendencia a enterramiento cero.

–Vamos por bolsa. ¿Qué harán con la escombrera de camino a Monte Cristo?
–Aspiramos a no enterrar más escombros. Queremos transformarlos un producto árido que pueda re usarse para la construcción.

–¿Qué es y para qué servirá una planta de transferencia de residuos?
–Será la primera ciudad del interior en tener una. Si el enterramiento permanece en el sur, va a funcionar en la zona norte; si cambia la ubicación del predio, será a la inversa. Se trata de un galpón con una gran máquina compactadora en la que el camión “recolector” descarga en una tolva. El material recompactado se lleva desde ahí en un camión de gran porte hasta la planta de tratamiento. Eso permitirá disminuir los costos y, sobre todo, la cantidad de horas que una dotación (de personal) que trabaja en la zona norte pierde llevando lo recolectado hasta el predio de tratamiento.

–Queda lo que la Crese y la Muni consideran central: la planta de tratamiento de residuos.
–Aspiramos al procesamiento de basura con tendencia al enterramiento cero. Esto no existe en Argentina. Es un procedimiento que es lo más avanzado en el mundo, pensando en una solución a 30 años (ver: “Cómo funcionará”, en página 5). Esto llevará a que sólo se entierre el 10 por ciento de la basura, estamos hablando de unas 200 toneladas diarias.

–¿De cuánto es la inversión prevista?
–Mínimo, 50 millones de dólares.

–¿Y cuál será el esquema de negocios que hace que la inversión sea atractiva para un privado?
–Tiene cinco rubros para explotar:
1- El valor tonelada que Crese le pagará por el tratamiento.
2- La recuperación de lo “seco”: plástico, metal, papel. La empresa que gane será la dueña absoluta de 3- El “compost” (abono orgánico).
4- Generación de energía por utilización del gas metano.
y 5- Bonos de carbono (beneficios económicos internacionales por reducción de la contaminación). Ese es el esquema de recuperación de la inversión.

–¿Cuánto tiempo demandará levantar la planta?
–Unos ocho meses. Luego habrá un período para ponerla a punto. La idea es que esté funcionando en enero o febrero del año próximo.

–¿Dónde estará emplazada? ¿El predio de Lozada sigue en pie?
–Lozada está cada vez más lejos. Hasta ahora, el gobernador Schiaretti no firmó el comodato de ese terreno a la Municipalidad. Hace falta del decreto, el biri biri no sirve. Creo que, finalmente, el predio que se use estará dentro del ejido de la ciudad.

–¿Cuál es el Plan B si la licitación queda desierta?
–Puede haber dos caminos. Crese puede hacer una contratación directa o elegir un camino de menos avanzada: el sistema de enfardamiento con envoltura de polietileno y un enterramiento mucho más controlado. Tiene un menor costo y es el sistema que se está usando en Nueva York. Ese es el “Plan B”.

La Muni quiere comprar el terreno que alquiló
El martes último, la Municipalidad anunció que el 1º de abril dejará de utilizar el predio Bouwer y que el enterramiento se hará en un terreno ubicado dentro del ejido, a 2,5 kilómetros de Nuestro Hogar III, un loteo irregular del extremo sur de la ciudad. La noticia generó “resistencia” entre los vecinos de ese sector y barrios aledaños. “El predio está a una distancia equivalente entre la Plaza San Martín y el club Universitario”, asegura García, anticipando que desde mañana comenzará una serie de reuniones informativas con los vecinos.
La Muni alquiló ese lote por dos años, pero negocia con el dueño su compra. Si la concreta, se desatará el “nudo gordiano” de la compleja licitación para la nueva planta de tratamiento: su ubicación.
García afirma que el predio está en un “lugar ideal” para la instalación de la planta. “En algún lugar hay que poner la basura, y ese es un buen lugar. Está dentro del ejido, es la Municipalidad la que da el uso del suelo y está a más de 2,2 kilómetros de un barrio, que es la distancia que establecen los protocolos internacionales”, afirma el titular de Crese.
Aún le quedará a la Muni resolver otro tema de extrema complejidad: la “remediación” de Bouwer. Ese trabajo no está incluido en la licitación, y el responsable de hacerlo es la comuna capitalina.
La remediación trae consigo un negocio: la captación de gas metano y los bonos de carbono. Ambos van de la mano. Es que a mayor captación de gas más bonos de carbono.
Además, queda otro punto polémico en la remediación: cerrar la última fosa que se usará hasta el 31 de marzo. García estima que se necesitarán 50 mil toneladas de áridos o de... basura.

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