15 sept 2012

Los Molinos también se pone verde

La Voz del Interior (15/09/2012)
Algas, aviso de deterioro en Los Molinos

 
Son un fenómeno frecuente, pero este año aparecieron muchas y antes de lo habitual. Especialistas sugieren la realización de controles.
Villa General Belgrano. Una tonalidad verdosa adquirieron en los últimos días varios sectores del lago Los Molinos, embalse que comparten los departamentos Calamuchita y Santa María y que aporta el 30 por ciento del agua potable que consume la ciudad de Córdoba.
Aunque no es un fenómeno extraño, suele ser habitual que las algas proliferen con más altas temperaturas, cerca del verano. Por caso, el lago San Roque, el más castigado por este fenómeno ligado a la contaminación desde hace décadas, no tiene por estos días más algas de las normales para la época.
“Hace algunos meses se veían ya algas dispersas, pero hacía tiempo que no se veían acumuladas como ahora”, apuntó Enrique Tonón, presidente del Ente Intercomunal Los Molinos, que nuclea a municipios, comunas e instituciones ubicadas en torno al lago.
Dueño de un camping en la costa, el hombre es referente de consultas cuando del lago se trata. Participa, como representante del ente, de los monitoreos mensuales que desde 1999 llevan adelante en forma conjunta la Universidad Nacional de Córdoba, la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia y la empresa Aguas Cordobesas, concesionaria del servicio en la Capital. Según Tonón, en el último monitoreo realizado esta semana, confirmaron una alta acumulación de algas.
Raquel Bazán, ingeniera Química del Instituto Superior de Estudios Ambientales de la UNC, e integrante del equipo que monitorea el lago, explicó a este diario: “Por el tipo de embalse, es un proceso normal, pero a la vez representa una evidencia de un deterioro de la calidad del agua”.
Aunque aún no están los resultados del muestreo tomado días atrás, por su experiencia, Bazán opinó que se trata de “cianobacterias, conocidas como algas verde-azules”.
“No hay que alarmarse”, apuntó, y aclaró que el agua es totalmente potabilizable. “Los inconvenientes son desde el punto de vista estético, por el paisaje y los olores desagradables”, aclaró, aunque advirtió que si una persona o animal la ingiere en forma directa puede tener problemas.
Respecto de las causas, precisó tres factores: la luz, la temperatura y los nutrientes que incrementan su propagación. La materia fecal, humana y animal, es uno de los elementos con alto contenido en fósforo y nitrógeno, que nutren y multiplican las algas.
Bazán aclaró que “este no es un evento aislado, sino consecuencia de presión antrópica que recibe este embalse, por ejemplo por las casas que se multiplican en un desarrollo sin planificación ni control”.
Impactos. Tonón apuntó que a la falta de tratamiento de desechos cloacales en poblaciones ribereñas que registran crecimiento (Potrero de Garay y Villas Ciudad de América), se suma el ganado que pasta en la costa del lago o de sus ríos afluentes. “Una vaca o un caballo se compara a la contaminación que producen 30 personas”, graficó.
Otro factor de aporte de nutrientes que algunos citan es el de las cenizas que bajan de la zona serrana, tras los incendios de montes y pastizales.
“Hace unos 10 días que se ve así, después de las lluvias y el crecimiento de los ríos, las algas salieron a la superficie”, opinó Jorge Alberto Genari, dueño de varios puestos de artículos regionales en inmediaciones de Villa Ciudad Parque. Hace 40 años trabaja en esa zona, y dijo que desde hace años es recurrente la aparición de algas, aunque con variantes según las épocas. “Además, ya se percibe ese olor típico, como a Gamexane”, apuntó.
Hace unos años, preocupaba en Los Molinos la proliferación de otras algas, que algunos llamaron “rojas”, de mayor capacidad tóxica. Junto con su presencia, se observaba la mortandad de pejerreyes.
Luego de investigaciones que determinaron que eran favorecidas por el uso excesivo de agroquímicos en la cuenca, se procedió a prohibir el cultivo de papa, que era típico en la zona cercana al lago. Esa acción generó que en pocos años desapareciera esa especie de alga.

La potabilización
Dos lagos. Que Los Molinos tenga algas representa para Aguas Cordobesas, la empresa que presta el servicio de agua potable en la Capital, un problema menor que cuando proliferan en el San Roque.
Trayectos. “De Los Molinos llega a Córdoba por un acueducto a cielo abierto, de 64 kilómetros, en el que el agua se va oxigenando. Llega casi sin algas. Desde el San Roque la distancia es mucho menor y casi todo entubado”, señaló Marcela Dávila, de Aguas Cordobesas.
Proceso. El agua con algas es potabilizable, pero requiere un tratamiento especial. La mayor presencia suele darse en verano, o desde octubre a abril.

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A tiempo de que no sea otro San Roque

Para muchos, en el dique Los Molinos está buena parte de la solución, al menos en el mediano plazo, a la crisis hídrica que viene complicando al conglomerado urbano del Gran Córdoba. La apuesta es sacar más agua de este embalse con ese destino, para aliviar el dique San Roque, que hoy aporta el 70 por ciento de la que consume la Capital.
Para lograr eso, faltan varios pasos, no menores.
Uno es de infraestructura y requiere muchos recursos: la obra que reconstruya el canal de 64 kilómetros que lleva el agua hasta la ciudad de Córdoba, para que transporte más caudal sin la pérdida actual calculada en 40 por ciento, y entubado para evitar que los agroquímicos de los campos deriven hacia ese acueducto. Para eso, se acumulan anuncios nacionales y provinciales, pero nada se está haciendo hasta ahora.
El otro paso está ligado a la preservación ambiental. Debe evitarse, a tiempo, que Los Molinos sea otro San Roque, el lago más degradado de Córdoba. Para eso, será necesario evitar que las urbanizaciones que crecen en sus costas le aporten desechos cloacales sin tratamiento adecuado, impedir que sus aguas y las de sus afluentes reciban tanto impacto de agroquímicos de campos cercanos, prevenir los incendios en las sierras que le suman cenizas, y oponerse a los desmontes de las montañas de su cuenca serrana, como condiciones para mantener la calidad del agua de sus ríos aportantes. Poco de esto se está haciendo.
Los incendios y desmontes en las sierras agregan sedimentos que restan volumen de agua al dique. Sólo si se evita la degradación ambiental del lago –eso que los técnicos llaman la eutrofización– podrá imaginarse que siga sirviendo como recurso turístico pleno y como proveedor de agua potable de aceptable calidad.

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