21 sept 2012
Informan sobre los riesgos de Monsanto
9:03 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Mañana de Córdoba (21/09/2012)
Dan a conocer informe sobre los riesgos de la planta de Monsanto
Funam y una cátedra universitaria entregaron ayer a la Asamblea “Malvinas Lucha por la Vida” un estudio que alerta sobre el impacto sanitario y ambiental futuros en Malvinas Argentinas.
En la mañana de ayer, el biólogo Raúl Montenegro entregó a vecinos de la localidad de Malvinas Argentinas agrupados en la Asamblea “Malvinas Lucha por la Vida”, un informe técnico en el que advierte sobre los riesgos sanitarios y ambientales de la instalación de planta acondicionadora de granos de maíz de Monsanto en esa localidad.
El estudio se basa en el aviso de proyecto presentado por la multinacional ante el Gobierno provincial y obtuvo recientemente la aprobación del Ministerio de Agua, Ambiente y Energía.
El informe cuanta con 31 páginas, y fue elaborado en forma conjunta por la Cátedra de Biología Evolutiva de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Fundación para la defensa del ambiente (Funam), siendo escrito por el propio Montenegro.
El mismo asegura que “prácticamente todas las etapas que comprende el acondicionamiento de semillas transgénicas generan serios riesgos sanitarios y ambientales, pues manejan o descargan tóxicos que pueden contaminar el agua, el aire y el suelo. Esto ocurre durante el manejo de las espigas de maíz, que ya vienen contaminadas con residuos de plaguicidas; durante la extracción y el descarte de chalas, marlos y granza, también contaminadas, cuyo destino no se aclara; durante el secado de las espigas, que por tratarse de un proceso térmico libera residuos de plaguicidas y sustancias químicas no identificadas; y durante el importante uso de insecticidas y funguicidas en la propia planta, a lo que se agregan otros impactos, como la producción de residuos peligrosos y el uso significativo de agua en un ambiente semiárido”, indica Montenegro en ese documento.
“En las plantas con depósitos de granos y sustancias químicas tóxicas la posibilidad de incendio y explosión es relativamente alta, sobre todo por sus dimensiones, pues sería la segunda planta acondicionadora de semillas más grande del mundo. Insólitamente, este riesgo no fue analizado técnicamente por el Aviso de Proyecto que presentó Monsanto”, asegura el informe.
Según el estudio, la planta “utilizará grandes volúmenes de plaguicidas altamente tóxicos en sus tareas de precurado y curado de semillas, en particular los insecticidas clothianidin, metil pirimifós, cipermetrina, deltametrina y propoxur, y los funguicidas tryfloxistrobin, metalaxyl e ipconazole. Ninguno de estos principios activos es analizado en el Aviso de Proyecto presentado por Monsanto al Gobierno. Prevé utilizar inicialmente unos 250.000 litros de plaguicidas al año, cifra que aumentaría significativamente al alcanzar su máximo tamaño previsto, con un máximo de 6 secadoras y 216 silos”, aseguró Montenegro.
El informe también analiza los sistemas productivos de Argentina en el actual contexto de destrucción de los ambientes naturales y de ausencia de controles del Estado. Aborda los derechos de propiedad, fundamentalmente en manos extranjeras, y ahonda el análisis de los cultivos transgénicos.
Montenegro señala que la planta de Monsanto “al profundizar el modelo extractivo y dependiente también aumentaría el uso de plaguicidas, entre ellos los herbicidas glifosato y glufosinato, exponiendo así a decenas de miles de personas a estos y otros residuos tóxicos, con su secuela de enfermedades, suelos empobrecidos, contaminación y menor disponibilidad de agua, pues para producir un kilogramo de porotos de soja deben pasar por la planta unos 2.000 litros de agua que no se recuperan”.
“Todo parece indicar que Monsanto hizo hacer un trabajo de consultoría rápido e incompleto para cubrir formalidades, pues al visto bueno de los gobiernos ya lo tenía. Pero la salud y el ambiente de quienes viven en Malvinas Argentinas y otros lugares de Argentina vale más que 300 puestos de trabajo y que el dudoso rédito político de traer inversiones extranjeras”, concluye Montenegro.
En diálogo con LA MAÑANA, el titular de Funam señaló que, además del informe, les entregó a los vecinos de Malvinas Argentinas, una copia del anteproyecto de la planta, ya que los vecinos no contaba con esa documentación para su análisis.
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El estudio se basa en el aviso de proyecto presentado por la multinacional ante el Gobierno provincial y obtuvo recientemente la aprobación del Ministerio de Agua, Ambiente y Energía.
El informe cuanta con 31 páginas, y fue elaborado en forma conjunta por la Cátedra de Biología Evolutiva de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Fundación para la defensa del ambiente (Funam), siendo escrito por el propio Montenegro.
El mismo asegura que “prácticamente todas las etapas que comprende el acondicionamiento de semillas transgénicas generan serios riesgos sanitarios y ambientales, pues manejan o descargan tóxicos que pueden contaminar el agua, el aire y el suelo. Esto ocurre durante el manejo de las espigas de maíz, que ya vienen contaminadas con residuos de plaguicidas; durante la extracción y el descarte de chalas, marlos y granza, también contaminadas, cuyo destino no se aclara; durante el secado de las espigas, que por tratarse de un proceso térmico libera residuos de plaguicidas y sustancias químicas no identificadas; y durante el importante uso de insecticidas y funguicidas en la propia planta, a lo que se agregan otros impactos, como la producción de residuos peligrosos y el uso significativo de agua en un ambiente semiárido”, indica Montenegro en ese documento.
“En las plantas con depósitos de granos y sustancias químicas tóxicas la posibilidad de incendio y explosión es relativamente alta, sobre todo por sus dimensiones, pues sería la segunda planta acondicionadora de semillas más grande del mundo. Insólitamente, este riesgo no fue analizado técnicamente por el Aviso de Proyecto que presentó Monsanto”, asegura el informe.
Según el estudio, la planta “utilizará grandes volúmenes de plaguicidas altamente tóxicos en sus tareas de precurado y curado de semillas, en particular los insecticidas clothianidin, metil pirimifós, cipermetrina, deltametrina y propoxur, y los funguicidas tryfloxistrobin, metalaxyl e ipconazole. Ninguno de estos principios activos es analizado en el Aviso de Proyecto presentado por Monsanto al Gobierno. Prevé utilizar inicialmente unos 250.000 litros de plaguicidas al año, cifra que aumentaría significativamente al alcanzar su máximo tamaño previsto, con un máximo de 6 secadoras y 216 silos”, aseguró Montenegro.
El informe también analiza los sistemas productivos de Argentina en el actual contexto de destrucción de los ambientes naturales y de ausencia de controles del Estado. Aborda los derechos de propiedad, fundamentalmente en manos extranjeras, y ahonda el análisis de los cultivos transgénicos.
Montenegro señala que la planta de Monsanto “al profundizar el modelo extractivo y dependiente también aumentaría el uso de plaguicidas, entre ellos los herbicidas glifosato y glufosinato, exponiendo así a decenas de miles de personas a estos y otros residuos tóxicos, con su secuela de enfermedades, suelos empobrecidos, contaminación y menor disponibilidad de agua, pues para producir un kilogramo de porotos de soja deben pasar por la planta unos 2.000 litros de agua que no se recuperan”.
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