2 mar 2010
Plastibloques con chatarra electrónica
7:53 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
Día a Día (02/03/2010)
Plastibloques con chatarra electrónica
Un proyecto busca reducir computadoras e impresoras en desuso para fabricar ladrillos.
Hasta ahora, cuando una computadora o una impresora cumplían su vida útil su destino era terminar debajo de un mueble o en el cesto de la vereda, para que se las llevara el basurero. ¿Pero alguien imaginó que con parte de sus componentes podían crearse “plastibloques” que sirvieran para construir medianeras, tapias o hasta viviendas?
Créase o no, un grupo de investigadores que integran el Simposio Argentino de Riesgo Ambiental, Comunicación de Riesgos (SARA CR), lo logró. Se trata del Proyecto de Responsabilidad Tecnológica Ambiental-Gestión Integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que intenta disminuir la cantidad de basura electrónica que se produce en nuestra ciudad, promoviendo también la inclusión social de sectores vulnerables por medio del trabajo digno y autosustentable.
El doctor Javier Britch, coordinador de SARA CR, explicó: “la chatarra electrónica es un problema social por los residuos peligrosos que genera. Todos tenemos algún televisor o monitor viejo, y no sabemos que hacer con ellos. Además el recambio tecnológico nos hace pensar que tenemos que hacer algo ”.
Mario Barrientos, subsecretario de Vinculación con la Comunidad de la Secretaría de Extensión de la UNC, también explicó cómo se fabrican los plastibloques. “El proceso consiste en moler el plástico con el que se fabrican las impresoras y mezclarlo con cemento. Es un bloque similar al ladrillo de cemento, pero en vez de mezclarse con arena se hace con plástico molido. La única limitante que encontramos hasta ahora es que como el plástico es un material inflamable, deberán hacerse otras pruebas para evaluar sus probables usos”, señaló. También resta realizar otras pruebas de resistencia constructiva, aislación térmica y control de humedad. No obstante ello, uno de los usos ya confirmados es su utilización en la construcción de tapias y medianeras, indispensables para cercar terrenos y evitar la formación de baldíos y posibles basurales. La materia prima serán las impresoras en desuso recolectadas de los contenedores que se instalarán en los CPC de la ciudad. Se separarán sus materiales en plásticos, metales y componentes eléctricos y electrónicos. Ese proceso permitirá que los cartuchos de tinta, que son residuos peligrosos, sean separados evitando así que se los mezcle con la basura común. El cromo, el cadmio y el mercurio son algunas de las varias sustancias tóxicas presentes en los cartuchos de tinta y cuando se descomponen son tóxicas para el ambiente y la salud de las personas.
Los especialistas advierten que estas sustancias demoran su descomposición y hasta pueden ser resistentes al ser enterradas o incineradas. Además, existe la posibilidad que se transformen en otros elementos también nocivos, como furanos y dioxinas que aún en concentraciones muy bajas tienden a acumularse en los tejidos grasos de los seres vivos.
Económicos. Si bien aún resta definir la fuente de financiamiento de este proyecto que tiene altas probabilidades de ser financiado en el corto plazo, Barrientos destacó que el costo de elaboración que tendrán los plastibloques será similar o levemente superior al de los bloques de cemento común. “No obstante, lo que se puede gastar de más en hacer el bloque se ahorrará en costos tanto ambientales como sociales para todos”, espresó. En una primera etapa se comenzó con las impresoras y en una segunda se reciclarán CPU.
El éxito del proyecto, dijo Barrientos, dependerá no sólo de la originalidad de la iniciativa y de la coordinación con los actores involucrados, sino también de la concientización que tengamos para hacer algo con la basura electrónica que generamos.
Promotores. SARA CR. Es un espacio interinstitucional para la comunicación del riesgo ambiental creado en 2009. Lo integran las Secretarías de Ambiente de la Provincia y de la Municipalidad de Córdoba, la UTN, la UNC y el Colegio de Ingenieros Especialistas. Participan el Cluster Córdoba Technology, Neyra, Taym y Crese.
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Plastibloques con chatarra electrónica
Un proyecto busca reducir computadoras e impresoras en desuso para fabricar ladrillos.
Hasta ahora, cuando una computadora o una impresora cumplían su vida útil su destino era terminar debajo de un mueble o en el cesto de la vereda, para que se las llevara el basurero. ¿Pero alguien imaginó que con parte de sus componentes podían crearse “plastibloques” que sirvieran para construir medianeras, tapias o hasta viviendas?
Créase o no, un grupo de investigadores que integran el Simposio Argentino de Riesgo Ambiental, Comunicación de Riesgos (SARA CR), lo logró. Se trata del Proyecto de Responsabilidad Tecnológica Ambiental-Gestión Integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que intenta disminuir la cantidad de basura electrónica que se produce en nuestra ciudad, promoviendo también la inclusión social de sectores vulnerables por medio del trabajo digno y autosustentable.
El doctor Javier Britch, coordinador de SARA CR, explicó: “la chatarra electrónica es un problema social por los residuos peligrosos que genera. Todos tenemos algún televisor o monitor viejo, y no sabemos que hacer con ellos. Además el recambio tecnológico nos hace pensar que tenemos que hacer algo ”.
Mario Barrientos, subsecretario de Vinculación con la Comunidad de la Secretaría de Extensión de la UNC, también explicó cómo se fabrican los plastibloques. “El proceso consiste en moler el plástico con el que se fabrican las impresoras y mezclarlo con cemento. Es un bloque similar al ladrillo de cemento, pero en vez de mezclarse con arena se hace con plástico molido. La única limitante que encontramos hasta ahora es que como el plástico es un material inflamable, deberán hacerse otras pruebas para evaluar sus probables usos”, señaló. También resta realizar otras pruebas de resistencia constructiva, aislación térmica y control de humedad. No obstante ello, uno de los usos ya confirmados es su utilización en la construcción de tapias y medianeras, indispensables para cercar terrenos y evitar la formación de baldíos y posibles basurales. La materia prima serán las impresoras en desuso recolectadas de los contenedores que se instalarán en los CPC de la ciudad. Se separarán sus materiales en plásticos, metales y componentes eléctricos y electrónicos. Ese proceso permitirá que los cartuchos de tinta, que son residuos peligrosos, sean separados evitando así que se los mezcle con la basura común. El cromo, el cadmio y el mercurio son algunas de las varias sustancias tóxicas presentes en los cartuchos de tinta y cuando se descomponen son tóxicas para el ambiente y la salud de las personas.
Los especialistas advierten que estas sustancias demoran su descomposición y hasta pueden ser resistentes al ser enterradas o incineradas. Además, existe la posibilidad que se transformen en otros elementos también nocivos, como furanos y dioxinas que aún en concentraciones muy bajas tienden a acumularse en los tejidos grasos de los seres vivos.
Económicos. Si bien aún resta definir la fuente de financiamiento de este proyecto que tiene altas probabilidades de ser financiado en el corto plazo, Barrientos destacó que el costo de elaboración que tendrán los plastibloques será similar o levemente superior al de los bloques de cemento común. “No obstante, lo que se puede gastar de más en hacer el bloque se ahorrará en costos tanto ambientales como sociales para todos”, espresó. En una primera etapa se comenzó con las impresoras y en una segunda se reciclarán CPU.
El éxito del proyecto, dijo Barrientos, dependerá no sólo de la originalidad de la iniciativa y de la coordinación con los actores involucrados, sino también de la concientización que tengamos para hacer algo con la basura electrónica que generamos.
Promotores. SARA CR. Es un espacio interinstitucional para la comunicación del riesgo ambiental creado en 2009. Lo integran las Secretarías de Ambiente de la Provincia y de la Municipalidad de Córdoba, la UTN, la UNC y el Colegio de Ingenieros Especialistas. Participan el Cluster Córdoba Technology, Neyra, Taym y Crese.
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