24 ene 2010

Los insecticidas “amigables”

El Diario de Villa María (24/01/2010)
Los insecticidas “amigables” con el medio ambiente

Dos agrónomos explican la eficiencia de los insecticidas “banda verde”, que se pueden aplicar sin riesgo de toxicidad para el ambiente y para la salud humana
¿Cómo controlar las plagas sin dañar el ambiente? A partir de esta pregunta es que EL DIARIO consultó a dos especialistas en protección vegetal, los ingenieros agrónomos Diego López y Daniel Calpanchay.
Ellos coincidieron en señalar que es sustentable la aplicación de insecticidas “amigables con el ambiente”, que son eficientes para el control de insectos dañinos y que además, permiten la supervivencia de otros insectos que son beneficiosos para los cultivos porque actúan como controladores naturales de las plagas.
El tema es de especial interés con un clima que combina las altas temperaturas y las lluvias continuas, lo que ha provocado un crecimiento de las colonias de especies que atacan a los cultivos estivales, acortando además los ciclos de vida y reproductivos.
Esta combinación coloca en situación de gran riesgo a los rindes en cosechas de grano grueso, maíz, soja, sorgo, alfalfas y otras forrajeras y en algunos casos, también el girasol.
Laboratorios dedicados a la ciencia aplicada a la producción, han logrado lanzar al mercado, insecticidas denominados de Banda Verde, que carecen de todo tipo de toxicidad para los seres humanos y animales, por lo que se pueden aplicar sin problemas en zonas lindantes a viviendas, escuelas y cualquier zona urbana para el control de insectos.

López habla de protección efectiva
Diego López explicó que hace alrededor de diez años que se estudia esta temática, y como resultado de esas investigaciones “han descubierto moléculas que son muy amigables con el ambiente”, que permite una efectiva protección del cultivo a las dos horas de su aplicación.
Ensayos anteriores habían logrado cierta efectividad, pero con los inconvenientes de que no eran totalmente bandas verdes, o demoraban la actuación en el sistema alimentario de los insectos de hasta dos días, y ello producía defoliación, explicó.
Una experiencia importante, es la que se llevó a cabo en el valle de Río Negro y Mendoza, en frutales, con óptimos resultados y mejora en las perspectivas exportadoras al Mercado Común Europeo.
“Los nuevos productos aparecidos recientemente en el mercado, hace que a las dos horas de aplicados, detengan la alimentación de las plagas, produciendo una parálisis muscular que impide que el insecto dañino siga comiendo, por lo que se detiene el avance del daño de manera inmediata”, dijo.
Además, estos productos innovadores, tienen gran persistencia residual en el cultivo, ya que van de 21 a 28 días.
Didácticamente, dio a conocer que están hechos a base de una droga llamada Rynaxypir, de la familia química de Diamidas Antranílicas. “No son piretroides ni fosforados, lo que hacen es que inmediatamente se libere todo el reservorio de calcio que posee la célula muscular, entonces la falta de relajación muscular, produce además de la inmovilidad del insecto, la posibilidad de continuar alimentándose, ya que se le inmoviliza inmediatamente la zona mandibular”, detalló.

Control natural
Como estos productos actúan por ingestión, se requieren muy bajas dosis por hectárea, alrededor de 5 a 6 gramos de ingrediente activo por hectárea es suficiente para controlar lepidópteros desfoliadores por casi 28 días.
Los predadores naturales de las plagas no van a consumir hojas, sino los insectos, y la acción por contacto es prácticamente nula, por lo que pueden sobrevivir y consumir los insectos nocivos para el cultivo.
Al encontrarse los gusanos paralizados y no envenenados, no producen ningún daño a las plagas benéficas, ayudando a mantener los ecosistemas agronómicos.

Sin daños colaterales
Los efectos que causa la parálisis muscular en gusanos y larvas, es diez mil veces inferior en los animales de sangre caliente (incluidos los humanos) los que desciende a cero, la posibilidad de algún efecto secundario nocivo al uso de estos productos, aseguró López.
La prueba científica es que la coincidencia espacial de la droga utilizada para tocar el insecto, no tiene coincidencia espacial para pegarse a los animales de sangre caliente, por lo que no produce ningún efecto ni consecuencia que pudiesen comprometer su salud.
“Para que estos productos perjudiquen a los seres humanos, éstos deberían ingerir aproximadamente la cantidad que se utiliza para 200 hectáreas, lo que hace que sea definitivamente inferior a los insecticidas domésticos que se utilizan para combatir moscas y mosquitos, a tal punto que no será necesario para su aplicación el uso de anteojos ni máscaras protectoras”, aseguró López.
Afirmó que “el uso de productos Banda Verde está instalado en la sociedad y las compañías responsables deben responder a las demandas”, aunque señaló que ésa es “una responsabilidad compartida de la sociedad, los productores y los ingenieros agrónomos y técnicos que deben firmar las recetas fitosanitarias tal como lo exige la ley en nuestra provincia”.
“Es bueno recomendarlo porque están autorizados a colocarse en zonas lindantes con casas de familia, escuelas o cualquier lugar habitado, sin ningún tipo de problemas, para el control de los insectos. El contralor de las aplicaciones no estaba siendo correcto, pero está mejorando notablemente, y también es responsabilidad de los profesionales, ser partícipes en esto tratando de hacer escuela, tanto con los productores como con los técnicos, para tener y asumir la responsabilidad social de la aplicación de productos cada vez más amigables con el ambiente”, concluyó López.

Calpanchay y los ensayos
En tanto, Daniel Calpanchay informó que en el año 2009, el INTA de Villa María realizó ensayos a campo con estos productos inocuos en soja y comprobó la efectividad. “Incluso luego de la aplicación llovió, en ocasiones de manera frecuente, por lo que le cayeron literalmente más de 120 milímetros, y siguieron teniendo la persistencia del efecto insecticida; y los controladores biológicos después de los veinte días también comenzaron a actuar”, expresó el profesional.
Y continuó: “Hay en nuestra zona de Villa María, varios agrónomos referentes de la región, que están adoptando estos productos, comprobando la efectividad, corroborando que se puede controlar el avance de plagas e insectos en sembrados sin tóxicos”.
El espoescialista subrayó que “no pasa con éstos lo que pasa habitualmente con los piretroides, la resurgencia de plagas, que demandan tres o cuatro aplicaciones, lo que reduce el costo de estos plaguicidas verdes, que generalmente requieren una sola aplicación y en las evaluaciones de seguimiento, en caso de gran infección de plagas, en algunas escasas ocasiones puede requerirse una segunda aplicación”.
“Los productores se suman al uso de productos no tóxicos -sostuvo Calpanchay- porque además de la falta de toxicidad, la falta de olor desagradable que contienen los fosforados o piretroides, cuidan su salud y la de los aplicadores”.
Dijo luego que “lo ideal sería que los productores fueran probando el producto, para lo cual en algunas empresas se obsequian muestras de prueba para pequeños lotes, y son muchos los que se suman también con conciencia ambientalista”.
“Los productores se van capacitando, asistiendo a charlas y conferencias y vienen escuchando este tema de ser amigables con el ambiente con mucha frecuencia e insistencia, con la fundamentación correspondiente, y el productor se adapta a los cambios y sabe que debe cuidar la tierra con sus plagas benéficas, y ello implica el cuidado del ambiente y también el cambio en el manejo y el manejo en control de insectos con insecticidas que nos sean de volteo, que no maten las plagas benéficas”.

Las plagas no permiten tomarse las vacaciones
El ingeniero agrónomo Daniel Calpanchay también fue consultado acerca de cómo y cuándo efectuar los controles de plagas, de las que se esperan por estos días en cantidades muy altas, inusuales en nuestra zona.
El profesional reveló que las trampas de luz colocadas en la zona de Villa María registraron una cantidad muy importante de plagas (“estamos hablando de dos mil o tres mil adultos por día”, dijo).
Para él, es muy importante el seguimiento, el monitoreo, prestando atención a la semana posterior, para detectar oportunamente la presencia de larvas.
“Las altas temperaturas hacen prever además que en las últimas semanas de enero pueden llegar a detectarse cantidades nunca vistas de isoca medidora y spodoptera”, alertó, para anticipar que “en febrero se debe continuar con estos controles, y sumarle el control de chinches, que hacen su aparición especialmente en sojas de primera al encontrarse en período reproductivo y es el grano el que la atrae”.
Agregó que “la oruga militar tardía, que aparece en febrero, se adelantó y ya está apareciendo, al igual que el barrenador de maíz”.
“Este año es un año particular, que requiere estar arriba del lote permanentemente, no hay posibilidades de saltearse una semana de monitoreo, ya que al acortarse los ciclos de las orugas, hay que tener precaución y monitorear los lotes todas las semanas, para evitar daños”, concluyó Calpanchay en su charla con EL DIARIO Rural.

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