28 oct 2007

Hartos de convivir con la polución

El Puntal de Río Cuarto (28/10/2007)
Vecinos de Cabrera, hartos de convivir con la polución de las industrias

En esta población los reclamos por contaminación se reiteran a diario. Al problema del plomo ahora se suma la queja de los vecinos por el humo, el polvillo, el agua servida y ruidos molestos de la aceitera Olca
Los problemas ambientales y de contaminación provocan continuos reclamos de los habitantes cabrerenses ya cansados de convivir con el hollín y respirar aire contaminado por restos de polvillo.
Es que la industrialización que genera importantes beneficios económicos a la comunidad, también trae sus perjudicios por los innumerables problemas de polución.
En los últimos días las condiciones climáticas reinantes con el fuerte viento norte soplando reavivaron reclamos, esta vez de aquellos que habitan el sector próximo a la aceitera Olca, quienes dicen que viven “encarcelados” al no poder abrir sus casas por caer sobre éstas gan cantidad de hollín, polvillo, y hasta agua servida que sale de esa empresa.
Si bien la situación no es nueva, dado que cuando se incrementan los procesos productivos en esta aceitera se producen los mismos reclamos, durante los últimos días las inclemencias climáticas generaron mayores problemas ambientales para los vecinos del sector, incluso hasta más de 100 metros a la redonda, quienes manifestaron sus quejas abiertamente.
"Hay días en que directamente no se puede respirar" dijo una vecina, quien tiene su domicilio a escasos 50 metros de la aceitera en cuestión. "No podés tender ropa, no podés salir al patio, vuela polvillo y ollín, es una cárcel, en particular en los días de viento norte", agregó.
Otra vecina opinaba en tono similar y muy molesta: "Hace años que reclamamos y reclamamos, pero nadie parece escucharnos, no digo que cierre porque sería algo ilógico, pero al menos que se tomen algunas medidas para que podamos convivir. ¿Será mucho pedir?", se preguntó la mujer, quien indicó que en varias ocasiones se acercaron al municipio a plantear la situación que padecen, pero no vieron cambios importantes en la aceitera local.
Para colmo de males, problemas de niveles y de funcionamiento interno hacen que en reiteradas ocasiones, aguas servidas fluyan por los costados de la aceitera, desde donde emana un olor insorpotable, por lo que operarios, escoba en mano, deben aligerar el paso de las mismas, para evitar el reclamo constante de los vecinos.
Otras voces escuchadas en reclamo de esta situación aportaban también problemáticas como la falta de estacionamiento propio de la aceitera y también, sobre los constantes ruidos que los procesos productivos provocan. Otra aseguró que "por culpa de esta aceitera me he tenido que acostumbrar a convivir con lauchas, ratones y murciélagos; éste no es un reclamo nuevo, viene desde hace varios años, pero nadie parece estar dispuesto a hacer algo. Aquí los únicos perjudicados y preocupados, somos las familias que vivimos cerca de la aceitera", agregó la mujer.
En varias poblaciones, como en General Cabrera, el crecimiento demográfico ha "encerrado" grandes empresas e industrias, las cuales, al no tomarse los recaudos necesarios en cuestiones de límites y ambientales, terminan por perjudicar a los vecinos que residen a pocos metros de la misma. Una problemática que parece, por el momento, no tener solución.

El plomo

Fue esta localidad también la que alzó la voz de alerta sobre la contaminación con plomo, manipulado en una industria local.
Así la ciudad se convirtió en un ejemplo de lucha para el cuidado del medio ambiente, logrando hace sólo 15 días un fallo de la Justicia apoyando el reclamo de los habitantes.

En otras localidades

Vecinos de la localidad de Etruria siguen adelante con sus reclamos y quejas por los inconvenientes que vienen padeciendo debido al humo que emana desde una cerealera local al realizarse la quema de la cáscara de maní.
La problemática aqueja a los vecinos desde hace varios años, incrementándose en los últimos días, en particular durante los días de viento norte, que hace irrespirable el aire, e incluso, los niños de distintos barrios no pueden salir a jugar a los espacios abiertos durante largas horas, hasta que el humo se disipa.
Ante esta situación, los vecinos se autoconvocaron para iniciar acciones concretas, dado que exigen ser escuchados y comenzaron con la recolección de firmas para que quienes tengan la responsabilidad "se hagan cargo" y den una solución a dicha problemática.
Los vecinos elevaron una nota al municipio, a la empresa cerealera y a la Agencia Córdoba Ambiente, en la que hacen conocer la problemática y exigen que se tomen cartas en el asunto.
Idéntico reclamo se viene repitiendo entre vecinos de la localidad de Tancacha, quienes se quejan por el humo y la cáscara que vuela por sobre sus viviendas, provenientes de una cerealera local.

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