18 jul 2007

Polémica por una cantera

La Voz del Interior (18/07/2007)
Polémica por una cantera en Tercera Usina

Una denuncia que presentó Epec ante la Secretaría de Minería de la Provincia vinculada a una actividad de una cantera en Tercera Usina (ubicada entre Almafuerte y Embalse) provocó que ayer se realizaran inspecciones para comprobar si la actividad molestaba o no a los vecinos de ese sector.
El geólogo Raúl Paredes, de la Secretaría de Minería, contó a este diario que el conflicto no está cerrado, ya que los vecinos piden que la empresa se vaya del lugar, mientras la cantera -según las mediciones de ayer- trabaja con las vibraciones y las ondas sonoras exigidas por las normativas provinciales. Admitió que el problema sigue abierto y opinó: "Mientras los vecinos sigan pidiendo el cierre de la firma se hace difícil el diálogo".
Por el momento la cantera de piedra granítica, utilizada para obras viales, puede seguir con su actividad, según rubricó la Provincia. Se le había notificado a la empresa que no podía hacer voladuras hasta la inspección de ayer.
En coincidencia con lo que planteaba Miguel Calderón -dueño de la cantera Blancaley- Paredes contó que de acuerdo a las pruebas realizadas, los niveles en una voladura eran de dos milímetros, mientras que se permite hasta 50 milímetros por segundo cada 50 metros.
Respecto a si la firma expulsaba material, por ejemplo restos de piedra, Paredes comentó que en el momento que eso sucedió -según los vecinos un mes atrás- no había técnicos de la Provincia presentes.
Calderón, por su parte, explicó que sólo hacen dos voladuras por mes y cuentan con sismógrafos para medir en forma permanente, cerca de las casas y del dique, para saber si están los valores autorizados: "Estamos controlados por Minería y Medio Ambiente", acotó. Y un asistente técnico de la privada, Marcelo Solís, profundizó en que la distancia de la cantera a las casas es de 300 y 400 metros y del dique 600 metros y que toda la actividad es sumamente controlada.
Otras dudas que plantearon los vecinos fue que el dique corría peligro de posible perforación. Según las mediciones de ayer nada haría presumir que eso ocurra, según adelantaban desde Minería, aunque los controles posiblemente seguirían.
Unas 100 personas viven en un barrio de Tercera Usina y trabajan en ese lugar. Uno de los vecinos, Diego Brizuela, explicó que la gota que colmó el vaso fue una detonación de hace un mes que derivó en una piedra que tras volar unos 400 metros cayó adentro del predio de una casa. Afirma que las vibraciones afectan las estructuras de sus viviendas y hasta las de una escuela rural que hay en ese sector.

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