8 dic 2023

La Central Nuclear sale a aclarar los niveles de radiación

 


La Voz del Interior - Edición Electrónica (08/12/2023)
La Central Nuclear y el agua del lago de Embalse: dos análisis distintos sobre los mismos datos

Un informe publicado por el Movimiento Antinuclear de la República Argentina, que tuvo circulación en redes y medios, advirtió que según resultados de análisis practicados en laboratorios de Francia y del Reino Unido, se detectó contaminación radiactiva en peces del lago Embalse del río Tercero, a causa de la actividad que desarrolla la Central Nuclear Embalse allí instalada.
Desde la Central, en tanto, se explicó que los datos difundidos, “puestos en contexto” muestran valores “insignificantes” y que no provocan consecuencias negativas, sin superar en ningún caso los máximos permitidos por normas.
El artículo fue escrito por la periodista científica Silvana Buján, de Buenos Aires, y el periodista embalseño Cristian Basualdo. En el texto subrayaron que, con el objetivo de investigar el impacto de las descargas radiactivas de la Central Nuclear Embalse en la fauna ictícola de la cuenca del río Ctalamochita, enviaron una muestra de pescados del lago al laboratorio de la CRIIRAD. La Commission de Recherche et d’Information Indépendantes sur la Radioactivité es una asociación sin fines de lucro con sede en Francia, “que tiene su propio laboratorio de análisis, independiente del Estado francés, de los operadores nucleares y de cualquier partido político”.
“La especie representativa seleccionada fue la tararira (hoplias malabaricus), que ocupa el sitio más alto de la cadena alimenticia del ecosistema lacustre, por ser el predador principal de las otras especies”, indicaron en el trabajo.
Describieron que, en el lenguaje de la industria nuclear, los pescados se denominan “muestras integradas”, son aquellas donde se puede observar un incremento en la concentración de un radionucleido por la operación continuada de una instalación nuclear.
Explican que la Central Nuclear Embalse descarga rutinariamente tritio, el isótopo radiactivo del hidrógeno, en sus efluentes líquidos y gaseosos.
Por un lado, el análisis de la CRIIRAD no reveló contaminación detectable por radionucleidos artificiales emisores gamma (cesio-137, cobalto-60, entre otros). En tanto, para la determinación del tritio ligado biológicamente y del carbono-14, la CRIIRAD envió la muestra de pescado al laboratorio especializado RCD Lockinge, con sede en Reino Unido.
“La actividad de tritio ligado orgánicamente fue de 154 bequerelios por litro (Bq/L) de agua de combustión, un valor más de 70 veces superior al nivel natural típico, que suele ser inferior a 2 Bq/L de agua de combustión”, expresaron. Mientras que la actividad de carbono-14 fue de 323 Bq de carbono-14 por kilogramo de carbono estable, es decir, un valor casi un 50% superior al nivel natural actual, que suele ser de unos 200 a 220 Bq/kg de carbono estable”, señalan. “Estos resultados prueban que la contaminación nuclear impacta fuertemente en los peces del lago”, infirieron. En el artículo digital, hay enlaces que permiten acceder a los resultados de los laboratorios.
Detallaron que, por su tipo, la Central Nuclear Embalse es un modelo Candu 6 que utiliza agua pesada como refrigerante y moderador y que, “debido a las inevitables pérdidas en los sistemas, el agua pesada tritiada se abre paso al exterior”. Es decir, “el tritio puede llegar a las personas por diversas vías”.
“Comparando los registros oficiales con la información de otros países, llegamos a la conclusión que el río Ctalamochita presenta las concentraciones de tritio más altas del mundo”, agrega el informe.
El artículo también plantea la sugerencia de bajar el límite permitido de emisión de tritio en el agua para consumo humano, que en la actualidad en Argentina es de 10.000 Bq/L.

Más datos
Otro dato que exponen es que, a fines de 2013, durante el proyecto de extensión de vida de la Central Nuclear Embalse, “cuando se limpió un tanque de resinas gastadas para reutilizarlo, y arrojó los residuos de la limpieza al lago, produjo los picos históricos de concentración de tritio en aguas ambientales”.
“En dicha oportunidad, la Autoridad Regulatoria Nuclear midió 299 Bq/L en el río Carcarañá, en un punto ubicado a unos 314 kilómetros aguas abajo de Embalse. De haber existido un límite más estricto, la empresa estatal se habría visto obligada a construir un tanque nuevo en lugar de reciclar uno usado”, agregaron.
Asimismo, sugieren la instalación de una planta de destritiado en la Central Nuclear.
“La Central Nuclear Embalse debe reducir sus emisiones de tritio al ambiente. Las autoridades deben medir el tritio ligado biológicamente en las muestras ambientales, realizar estudios adicionales, y desarrollar políticas que monitoreen de modo responsable y regular los ambientes acuáticos de la principal reserva de agua dulce de la provincia de Córdoba”, concluye el artículo.

Qué dice la Central Nuclear Embalse
El gerente de la Central Nuclear Embalse, ingeniero Juan Cantarelli, mantuvo un diálogo telefónico con La Voz y aseguró que, puestos en contexto, los valores de los datos difundidos son “insignificantes” y señaló que el impacto real medido no provoca consecuencias negativas.
“La presencia del tritio en la zona debido a la actividad nuclear no afecta de ninguna forma la salud, ni de la vida silvestre ni de la vida humana”, aclaró. Dijo que la nuclear es una de las actividades más regulada del mundo y que reciben controles independientes que establece la ARN.
A su vez, subrayó que la mayor parte de los datos que difundió ese informe es información pública que brinda la propia planta y a la que puede acceder cualquier ciudadano.
La nuclear –enfatizó– es “una fuente de energía limpia, segura y confiable”.
En la charla lo acompañaron Carlos Carballo, subgerente de Seguridad, y Esteban Stoll, especialista en dosimetría.
“Se citan mediciones que hemos provisto nosotros, a las que tiene acceso cualquier ciudadano, son datos de fuentes oficiales, son públicos”, comenzó diciendo, quitando cualquier sentido de alarma. “El punto es, qué se hace con esa información”, agregó.
En esta línea, Cantarelli insistió en que, poniéndola en contexto y dándole un orden de magnitud, se tornan insignificante.
Aclaró que las muestras en piezas como pescados no se exigen por la ARN, al considerarlas “innecesarias” por la baja concentración de tritio.

Radiación natural y artificial
El gerente de la CNE recordó algunos conceptos básicos, como la existencia de radiación natural, además de la de origen artificial, como la que provoca la actividad nuclear, algunas prácticas médicas o un vuelo en avión. En ese punto, ancló su argumentación.
En este punto, mencionó el potasio 40, con algunos alimentos como la banana o el pescado, que está en orden de los 2400 microsieverts al año. Desestimó los valores de tritio en pescado, haciendo un ejercicio: dijo que consumiendo un promedio de 7,200 kilogramos de pescado al año (considerado por organismos oficiales en esta parte de Sudamérica), con ese valor de tritio se estaría recibiendo 0,03 microsieverts, que se difumina en la comparación con los 2.400 por radiación solo por permanecer en la naturaleza.
“Son valores muchísimos más bajos que los que se reciben por condición natural y están muy por debajo de lo máximo autorizado por la reglamentación”, agregó Cantarelli, buscando transmitir tranquilidad a la población.

Persona representativa
Cantarelli arrojó un dato más y se refirió a la denominada “persona representativa”, esto es, quien vive cerca de la planta, toma y se baña en el agua del lago, permanece en la zona cuando llueve, consume alimentos producidos en el lugar y toma leche de vacas que comen pasto que se riega con agua del lago.
“Esa persona tiene permitido recibir 1.000 microsieverts por año y en los últimos años está recibiendo 6″, apuntó.
Respecto al valor que expone el artículo periodístico (basado en información oficial y pública), que refiere los 1080 Bq/L de concentración de tritio, constatados en el agua de red del barrio de la Comisión Nacional de Energía Atómica durante el año 2013, recordó que se produjo en el marco de una “singularidad” por una maniobra previa a la extensión de vida útil. “Fueron tareas autorizadas y controladas” por la ARN, durante algunos meses, apuntó.
Ese valor, en años posteriores y en la actualidad es de 300, muy por debajo de límites establecidos por la OMS y ARN, que refieren 10 mil.
Y para contrastarla, lanzó otra situación hipotética: “Si uno tomara dos litros de agua con ese límite, en un año entero recibiría 150 microsieverts”, recordando nuevamente que, de forma natural, un organismo recibe hasta 2400 microsieverts al año.
“Nuestro objetivo es producir energía de forma segura y confiable y atacando el problema como el cambio climático, generamos energía sin emisión de gases de efecto invernadero y lo entendemos como un gran aporte a nivel global”, agregó.
“Permanentemente estamos siendo controlados y esos valores están muy por debajo de los permitidos, que tampoco implican problemas en la salud”, concluyó el gerente de la Nuclear cordobesa.
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