5 nov 2019

Campaña para reforestar el Champaquí




El Puntal de Río Cuarto (05/11/2019)
Voluntarios de la región se suman a una campaña para reforestar el Champaquí

Se trata de un proyecto de regeneración de bosque autóctono. La idea es impulsada por una empresa de turismo alternativo y este fin de semana más de una treintena de vecinos de Calamuchita y la zona participaron de la primera plantación de tabaquillos en el cerro.
 Más de una treintena de vecinos de la región se sumaron como voluntarios este último sábado al “Proyecto de reforestación Gabriela Villalba”, en homenaje a la fallecida docente de la UNRC. La iniciativa busca regenerar el bosque autóctono en altura en la zona del cerro Champaquí. La campaña “Un montañista, Un tabaquillo” es impulsada por una empresa de turismo alternativo local y arrancó este fin de semana con la primera plantación del ejemplar autóctono.
“En realidad, empezamos la actividad como una prueba piloto para ver si la gente se interesaba en hacer este voluntariado y aportar al medioambiente y nos encontramos con que fue todo un éxito. Alcanzamos el cupo máximo de 33 personas”, relató en diálogo con Puntal Mariano Bearzotti, impulsor de la propuesta y el propietario de Alto Rumbo.
Sobre la génesis del proyecto, detalló: “Lleva el nombre de Gabriela Villalba porque ella era una geóloga y guía de montaña que trabajó con nosotros y proponía tener un cuidado y una mirada ambiental del lugar. Ella tuvo un accidente y falleció hace tres años, así que buscamos tomar este sueño de Gabriela y darle forma”.
“Nosotros fuimos el canal, pusimos el proyecto en marcha para trabajar con responsabilidad ambiental y apareció un colegio, que es el Ipea 218 de Almafuerte, que se contactó con nosotros para donarnos los primeros 180 ejemplares. Más adelante nos contactamos con el investigador del Conicet Daniel Renison, que es el referente en cuestión de plantación de tabaquillos y lleva 20 años de trabajo en Los Gigantes. Él fue quien nos asesoró para llevar adelante el proyecto”, explicó.
Precisó que la idea es continuar con la iniciativa y sumar más voluntades. Adelantó que pretenden realizar al menos seis salidas para lo que resta de 2019 y comienzos de 2020.

El trabajo voluntario
Una de las voluntarias de esta primera experiencia fue la ingeniera agrónoma Ana Lund Petersen, quien además de su trabajo en la plantación aportó los conocimientos en la coordinación de la tarea. La especialista comentó que se acercó a esta campaña a través de la realización de una capacitación sobre restauración ecológica serrana.
“Esta escuela estaba organizada por Ecosistemas Argentinos, que es una ONG cordobesa que se dedica a la educación ambiental y a la difusión de problemática ambiental. Allí yo aprendí sobre la problemática del bosque de altura que tenemos en Córdoba y cómo restaurarlo, cómo volver a regenerarlo. A raíz de esto yo me conecté con este grupo de Santa Rosa de Calamuchita”, puntualizó.
Sobre la experiencia de este sábado, relató: “Además de la plantación, también se hace montañismo. Nos invitaron a hacer caminata. El primer día (viernes) caminamos 6 horas hasta la base del Champaquí, por Tres Árboles. El segundo día arrancamos con la plantación, estuvimos toda la mañana trabajando en la restauración específicamente. Éramos un grupo de más de 30 personas. A la tarde nos invitaron a subir a la cima del cerro Negro, que está junto al Champaquí, y al día siguiente volvimos caminando”. Y rescató que “la mayoría de las personas eran vecinos comunes y corrientes, ninguno era técnico. Sólo había un biólogo que vino a explicar a todos lo que se estaba haciendo”.
Lund Petersen admitió: “La limitante que tiene el proyecto es que para hacer un bosque de tabaquillo tenés que hacer un encierro, agarrar un pedazo de tierra y cercarlo bien para que no entre nada y eso es muy caro. Así que se está arrancando con media hectárea, que es un tamaño manejable para empezar. El objetivo es ir llevándolo a más e ir consiguiendo cada vez más tierra. Es una prueba piloto”.
Asimismo, rescató: “La idea es generar conciencia, así que cada uno de los que subió llevó una visión de cómo funcionan las cosas. El objetivo es que cada uno entienda el paisaje y qué le está pasando a ese ecosistema. A la gente que va de la ciudad a la montaña o a cualquier ambiente le cuesta entender las señales del paisaje, entonces parte del proyecto es que la gente pueda leer lo que el paisaje te cuenta, y comprender cómo manejarlo”.
Acerca de la problemática del bosque autóctono en altura, la ingeniera subrayó que “por años de ganadería y mal uso del recurso se está erosionando la sierra”. “Se perdió el bosque que sostenía el suelo, que es el que hace la esponja de retener el agua, que después es alimento de todos los ríos de los que nosotros también nos sustentamos. La base de la cuenca se está degradando y si se sigue perdiendo suelo no vamos a tener más agua”, recalcó.
La ingeniera recordó que “la zona está declarada como Reserva Hídrica de la provincia. Está declarada en papel pero no tiene manejo. Y este tipo de iniciativa hace que la gente tome el manejo de la reserva en lugar de hacerlo el gobierno. Se están replicando las restauraciones en toda las reservas hídricas, de norte a sur”.

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