30 dic 2014

Diques llenos, alegrías para algunos, temor para otros



La Voz del Interior (30/12/2014)
Entre la necesidad de diques llenos y el temor a desbordes

Los diques en Córdoba muestran hoy, en general, un nivel aceptable. Aunque casi ninguno esté a punto de superar su vertedero, todos tienen un volumen acumulado mayor o similar al de los últimos cinco fines de año. Ese caudal debería representar un alivio después de una década en que las reservas de agua parecieron escasear más que sobrar en Córdoba.
Sin embargo, la paradoja es que, esta vez, ese aceptable nivel genera inquietudes en sentido contrario, en algunas zonas donde desearían que bajen lo más posible. Eso ocurre entre habitantes de aquellos pueblos y ciudades, ubicados sobre el río Ctalamochita (o Tercero) que 
en febrero y marzo pasados se inundaron por los inusuales desbordes que los varios diques de esa cuenca no pudieron contener.
Villa María, Villa Nueva, Ballesteros y Bell Ville tuvieron, durante semanas, barrios comprometidos por el agua, con numerosas familias evacuadas y serios daños urbanos y rurales.
Los sectores inundados fueron aquellos que se urbanizaron donde el río, históricamente aunque con muy escasa frecuencia, podía llegar.
Autoridades municipales, institucionales y vecinos de esas zonas plantearon dudas respecto de si los desbordes no habrían podido ser aminorados con otro manejo de los diques por parte de Recursos Hídricos de la Provincia. El reclamo era que se bajaran los niveles al comenzar el verano para que tengan más capacidad de acumulación ante fuertes lluvias.
Con el verano iniciado, la inquietud en esa zona renace.

Manejo de diques
En ese marco, las áreas de Defensa Civil y Recursos Hídricos de la Provincia mantuvieron un encuentro con autoridades de los municipios sobre el Ctalamochita para evaluar datos y acordar un protocolo de actuación ante emergencias por crecidas. Un punto reclamado era mejorar el mecanismo de información de la Provincia a los municipios, y se acordó que Defensa Civil lo coordine.
Edgar Castelo, secretario de Recursos Hídricos, explicó a este diario que el manejo de los diques atiende varias necesidades a la vez: una es regular crecidas; otra es asegurar un nivel que garantice la provisión de agua potable y otros usos durante todo el año, lo que implica acumular más en verano para tener en invierno, cuando ya no llueve.
Castelo indicó que los meteorólogos prevén que este verano habrá un “fenómeno Niño débil o neutral”, lo que significaría un promedio de lluvias dentro de lo normal o apenas superior a la media histórica. “Sin embargo, siempre pueden darse lluvias intensas puntualmente en alguna zona”, advirtió.
En febrero pasado, esas lluvias extraordinarias se dieron en las nacientes se­rranas del río Ctalamochita, que desbordaron la capacidad de los seis diques que contienen sus aguas.
“Hoy, los lagos de Embalse y Piedras Moras están con más capacidad de regulación que en ese momento, sin afectar su nivel para otros usos. Ambos están a cuatro metros de sus vertederos. En aquella crecida, el Embalse creció cuatro metros en 24 horas, algo muy extraordinario”, indicó Castelo.
Precisó que en ese dique, el mayor de Córdoba, se abrió recientemente el descargador de fondo para reducir algo más su nivel, para evitar inquietudes aguas abajo. “Pero esa reducción tiene un límite”, aclaró. Hoy, el Embalse está con el menor volumen de los últimos cinco años para esta época.
Lo que nadie puede saber es cuánto lloverá durante enero y febrero en cada cuenca.
“Si los diques suben, se podrán ir abriendo válvulas para ir regulando. Pero cuando la subida es repentina o grande, y supera el vertedero, ya no se puede evacuar por válvulas porque eso aumentaría más el caudal liberado al río”, marcó.
Castelo negó que haya válvulas o compuertas que no funcionen en esos diques sobre el río Tercero. “En todo caso puede que sea complicado operarlas, pero funcionan”, acotó. Y aseguró que Embalse hoy está evacuando por válvulas, además de por turbinas para generación de energía. Ese lago, además, debe respetar por convenio un mínimo nivel que asegure el funcionamiento de la Central Nuclear, que demanda agua para su sistema de enfriamiento.
En el caso del dique Piedras Moras, el último sobre ese río, aludió a versiones sobre dificultades con sus compuertas de evacuación: “Dos andan bien y una está dañada, pero si el temor es que no se libere tanta agua lo que debe pedirse es, al revés, que no se abran todas las compuertas”, respondió.

Defensas, aguas abajo
Tras los destrozos y temores que dejaron las inundaciones, hubo obras de reparaciones y construcción de defensas, en Villa María, Villa Nueva, Ballesteros y Bell Ville. Según los casos y las disputas políticas, con fondos de esos municipios, de la Nación o de la Provincia. Hoy, al menos, estarían en mejores condiciones que hace un año para recibir crecidas.

Con o sin lluvias
Variantes. Por cada día de verano sin lluvias, por consumos y evaporación, los lagos bajan entre dos y seis centímetros, en promedio. Con precipitaciones, ascienden rápidamente sólo si son ­copiosas o reiteradas en las cuencas que los forman.

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El nivel de los lagos cordobeses, hoy

Salvo Embalse y Piedras Moras, los principales lagos están hoy con algo más de agua que en los últimos años para esta fecha.
Con las lluvias registradas en las últimas horas, se estima que varios subirán algunos centímetros más.
Este año se dio una situación inusual: en octubre una lluvia como las de verano hizo que varios lagos crecieran y hasta algunos desbordaran, en una época donde esa situación resulta extraordinaria. Al revés de lo habitual, hoy todos los diques tienen menos agua que a fines de octubre. Durante diciembre todos bajaron entre 0,50 y 1,50 metro. En términos históricos están en un nivel aceptable, cercano al promedio.
Este es el detalle con la última medición, de días atrás:
 San Roque. Está a un metro del vertedero, con más nivel que a fines de 2010, 2011 y 2013, aunque con menos que en diciembre de 2012.
 Los Molinos. Está a 3,20 metros del vertedero. Con un nivel parejo, acumula algo más que 2013 y 2011, pero poco menos que a fines de 2012 y 2010.
 Embalse. Le faltan cuatro metros para superar el vertedero. Es el único que hoy está más bajo que en los cuatro fines de año anteriores, aunque sin marcadas diferencias.
 La Viña. Para su tope, le faltan 8,2 metros. Ese nivel es el más alto para esta fecha de los últimos cinco años.
 Cruz del Eje. Está a 3,4 metros del vertedero, lo que representa el mayor volumen acumulado para fin de año, de los últimos cinco años.
 La Quebrada. El pequeño pero clave dique para Sierras Chicas está hoy a sólo 60 centímetros de su vertedero. Luego de varios años de preocupante bajante, en 2014 llegó a superar su tope. El nivel actual es muy superior al de esta fecha en 2013, 2012, 2011 y 2010.

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Datos de una crecida para el asombro

Córdoba debería ­revisar ­cuánto avanzó cada ciudad atravesada por ríos sin respetar los topes de crecidas posibles
En la última década, han sido mucho más habituales en Córdoba las fotos de lagos esperando más agua que las de los escasos días con diques desbordados.
Entre febrero y marzo de 2014, se dio una situación extraordinaria, por una sucesión de lluvias intensas en la zona serrana. Los tres principales ríos cordobeses (Primero, Segundo y Tercero) tuvieron muy fuertes crecidas. Aquel exceso hídrico dejó algunos datos para el asombro.
El lago de Embalse, el mayor de Córdoba, llegó a ver superado su vertedero por 1,30 metros. Es una enormidad de agua, aunque esté diseñado para que lo pase hasta 3,40 metros. En apenas un día, ingresó a ese dique tanta agua como casi todo el volumen que puede almacenar el lago San Roque.
El río Tercero tiene un caudal medio por segundo de 27 metros cúbicos (27 mil litros). Sin diques, ese río podría llegar, en una situación extrema, a ver pasar hasta 3.000 metros cúbicos por segundo. Como tiene seis represas que lo van parando (es el río más regulado de Córdoba), se calcula que podría llegar a un máximo de 850 metros cúbicos por segundo de caudal después del último (el Piedras Moras). Por debajo de ese nivel teórico, no debería estar urbanizada ninguna costa.
En esos días complicados de 2014, con todos los diques sobre el río Tercero desbordados, el Piedras Moras evacuó hasta 490 metros cúbicos (490 mil litros) por segundo. Con eso, sobró para inundar barrios en varias localidades aguas abajo. Pero el Piedras Moras está diseñado para dejar ­pasar, sin colapsar, hasta aquel extremo de tres mil metros cúbicos.
Fenómenos de crecidas de esta magnitud ocurren una vez cada 40, 50 o 100 años. Pero forman parte de la naturaleza.
En otra cuenca, la del río Primero, en 
un solo día ingresaron al lago San Roque 67 millones de metros cúbicos de agua, cuando lleno tiene 200 millones. Para quitarle nivel, además de lo que evacuaba el embudo, se abrieron todas las válvulas y turbinas, con lo que liberaba 150 metros cúbicos por segundo. Para dimensionar volúmenes: toda la ciudad de Córdoba consume por día siete metros cúbicos por segundo de agua potable.
En el caso del San Roque, hay que hacer un ejercicio de memoria: si se hubiera respetado el diseño del dique inaugurado en 1944, con una cota de 37 metros, podría acumular más agua que hoy, antes de liberarla al río. Pero la ciudad de Carlos Paz creció sobre sus costas y desde hace décadas ese tope se redujo a 35,30 metros. Hace 10 años se evaluó bajarlo aún más, para propiciar otros desarrollos inmobiliarios, idea que quedó luego archivada. De haberse concretado, de los 200 millones de metros cúbicos que hoy puede ­almacenar, hubiera bajado a 165 millones.

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