9 dic 2014

Los "Pro agroquímicos" contentos con Irico

Diario El Alfil (09/12/2014)
Imprevista tensión Tamarit-Irico por informe sobre Monte Maíz

Hay que reconocerle a la administración de Francisco Tamarit que pocas veces en la UNC los debates entre oficialismo y oposición han alcanzado tanto contenido como en estos dos años que lleva como rector. El mérito -o desmérito, ya se verá- es por la intensa textura ideológica que el Rectorado le ha sobreimprimido a debates sobre temas medioambientales que llegaron al Consejo Superior.
Hay que reconocerle a la administración de Francisco Tamarit que pocas veces en la UNC los debates entre oficialismo y oposición han alcanzado tanto contenido como en estos dos años que lleva como rector. El mérito -o desmérito, ya se verá- es por la intensa textura ideológica que el Rectorado le ha sobreimprimido a debates sobre temas medioambientales que llegaron al Consejo Superior.
El debut de esta “militancia ambientalista” del gobierno universitario llegó, preciso es remarcarlo, cuando Tamarit era parte del oficialismo pero el Rectorado estaba ocupado por su ex esposa, Carolina Scotto, al rechazar por primera vez –y después con frecuencia anual- las regalías por la explotación minera de Bajo la Alumbrera, en compensación para todo el sistema universitario público por el copy right del descubrimiento del yacimiento, que estuvo a cargo de un investigador de la Universidad Nacional de Tucumán.
El fuerte impacto ambiental de estas explotaciones a cielo abierto ha sido el motivo para rechazar estas regalías, que podrían haber tenido como destino en la UNC hasta mejor financiar las críticas contra esta explotación o, incluso, investigaciones científicas sobre los costos ambientales de estas prácticas extractivas, por no mencionar becas estudiantiles o solventar erogaciones de tipo social en la propia Universidad.
Luego llegó la polémica por la instalación de parte de Monsanto de una planta procesadora de semillas de maíz en la humilde localidad de Malvinas Argentinas. También el puntapié lo dio aquí Scotto y Tamarit supo luego darle continuidad. Esta discusión todavía no está saldada porque la Facultad de Ciencias Agropecuarias prepara la firma de un nuevo convenio con Monsanto, luego de que el oficialismo presionara a su decano, Marcelo Conrero, para que derogara un primer acuerdo.
El más reciente round es la difusión anticipada de un trabajo de extensión de estudiantes en la localidad de Monte Maíz, que saca apresuradas y “militantes” conclusiones sobre el uso de agroquímicos en esta localidad y una relación presuntamente causal entre la utilización de estas sustancias y un crecimiento por sobre los estándares de casos oncológicos.
En este caso, en los rincones opuestos de la discusión están Tamarit y su aliado táctico Gustavo Irico, decano de Ciencias Médicas, aunque la tenida puede subsumirse perfectamente en el marco conceptual de la polémica entre un enfoque científico de esta problemática (oposición) y una actitud militante (oficialismo).
El origen de la tensión imprevista que se ha suscitado entre el Rectorado y Ciencias Médicas es una actividad de extensión desarrollada por docentes y estudiantes en Monte Maíz, cuyos resultados preliminares, de conclusiones tremendistas, fueron deslizados a algunos medios de prensa, generando la posterior descalificación del trabajo de parte del propio Irico. Esto quedó en evidencia en la última edición del programa “Mitre y el Campo”, que conduce Gustavo Mathieu, y del que participó el decano de Médicas. También la desautorización está en la página institucional de la Facultad (www.fcm.unc.edu.ar), bajo el título “Actividad de Extensión en Monte Maíz”.
Allí, se precisa que “esta labor de extensión llevada a cabo por los estudiantes, corresponde a una actividad diseñada para el aprendizaje en la comunidad de los mismos, de modo que los resultados parciales obtenidos de ninguna manera pueden considerarse como consecuencia de un protocolo de investigación, los que ameritan una metodología y un rigor científico distintos, además de una serie de instancias regulatorias exigidas para su aprobación antes de ser implementado”. En conclusión, “las consideraciones sobre los resultados que tomaron estado público no son avalados por esta Facultad”.
Algunos datos adicionales sobre la objetividad y calidad del trabajo difundido: varios de los estudiantes que participaron llevaban remeras con la leyenda “No a Monsanto” y el estudio se desarrolló en tres días, cuando la carga horaria prefijada era de 130 horas.

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