16 may 2011

El cesto de basura en la capital

Día a Día (16/05/2011)
La mitad de la ciudad “desecha” el cesto de basura

Según una encuesta pedida por Crese, el 54% de las viviendas en la ciudad de Córdoba no tienen cesto para sacar la bolsa de basura. Su uso es obligatorio según la normativa municipal, ya que colabora con la higiene y la recolección.
El típico clavo incrustado en el poste de luz, la verja del frente, el pilar del medidor eléctrico, el árbol, el piso y hasta el cartel con el nombre de las calles que se cruzan en la esquina. La mayoría de los vecinos de la ciudad de Córdoba dejamos la bolsita para Crese en cualquier lado, menos en el sitio correcto: el cesto de residuos que cada hogar debería tener en su vereda.
Según un relevamiento realizado a pedido de la propia Crese por la consultora Delfos, el 54 por ciento de las casas no tiene en su frente el típico canastito para colocar la basura domiciliaria con el fin de que sea recolectada, un elemento necesario para cumplir con el modo en que se debe sacar la basura según la ordenanza de residuos (9.612, ver Qué se exige). El dato es parte de una encuesta domiciliaria realizada en abril, sobre una muestra de casos que permite generalizar sus resultados al total de la ciudad. Considerando que hay 480 mil propiedades inscriptas ante el municipio, y la mayor parte de ellas son viviendas con frente (el número es global porque incluye departamentos, PH, etc.), puede estimarse que los cestos faltantes superan al menos los 100 mil.
Si se explora cuál es el área de la ciudad con menos canastos, el centro pica en punta y bien lejos: el 80 por ciento de las casas no lo tienen. Desde Crese explican el resultado por la trama urbana de alta densidad de esa área: en las veredas es muy difícil colocarlo y muchas casas casi no la tienen. La segunda zona con menos cestos es el noroeste (62 por ciento de los hogares no los tienen) y, a la inversa, la que está “más en regla” es la zona suroeste (el 58 por ciento sí cuenta con el cesto).
Esta conducta casi no se modifica según el nivel socioeconómico de los frentistas: los hogares de mayor poder adquisitivo son levemente más cumplidores (51 por ciento) que los de clase media y baja (44 por ciento en ambos casos).
Chiquitos pero rendidores. El sondeo de Delfos exploró los hábitos de los cordobeses en relación a sus desechos, y la imagen que tienen de Crese y su servicio. El alto déficit de canastos parece un dato menor, pero el rol que desempeñan tiene un enorme impacto a la hora de mantener la higiene en los barrios y mejorar los resultados del servicio de recolección. Las bolsas “mal sacadas” son las que terminan destruidas y dispersas por animales, arrastradas por el agua taponando bocas de tormenta u obstruyendo el paso de peatones, entre tantos efectos.
“Es un déficit extremadamente alto, una falencia enorme; y eso que está exigido por ordenanza”, señaló Fernando Cámara, titular de Crese. Sin embargo, el funcionario dijo que no se piensa salir a exigir cestos, pero apuntó a que el sistema de “contenerización” que esta impulsando Crese (colocar recipientes por cuadra para acopiar residuos y que desde allí los retire el camión) cubre indirectamente este faltante: “La contenerización hace más efectiva la recolección y la abarata. Nos está dando excelentes resultados, porque la gente la adoptó”, aseguró. Hasta ahora, Crese reforzó la presencia de contenedores en el centro (usuario tradicional del sistema por su alta generación de residuos), la extendió al macrocentro y avanza en los barrios Nueva Córdoba, Alberdi, General Paz, Alta Córdoba, Alto Alberdi e Independencia. “En un mes llegaremos a tres mil contenedores colocados”, anticipó el funcionario.
Según reveló Cámara, también se llevan vendidos alrededor de 460 contenedores a edificios de más de 60 departamentos, obligados por normativa a adoptar este sistema de acopio.

Bueno, bonito y barato
Para los prolijos que buscan cestos callejero, una buena opción es comprar los que fabrican los internos del servicio penitenciario (de calidad y buen precio). El local funciona en Soldado Ruiz 1.300, por la mañana. También se venden en ferias.

Qué se exige
La ordenanza 9.612, obliga a los vecinos a:
Colocar los residuos sólidos domiciliarios en la vía pública y dentro de los horarios autorizados (hasta una hora antes de que pase el camión), en recipientes acordes a las normas reglamentarias, impermeables, no transparentes y resistentes como para evitar la rotura con su manipulación.
Deben estar cerrados. Y alejados de la destrucción ocasional de animales domésticos, frente al domicilio del usuario, de manera que sea accesible al recolector.
Este marco es el que hace al “cesto” el lugar indicado.

Los saca mamá, y bastante a horario
¿Quién se ocupa de sacar la o las bolsitas a la calle todos los días? En la mayor parte de los hogares de esta ciudad es tarea femenina: en cinco de cada 10 familias las saca la “jefa de hogar”, en 3 de cada 10 “el jefe de hogar” y en una de cada 10 un hijo. Hay un porcentaje menor de casas (en general el 3 por ciento) donde esta tarea recae en otra persona: empleadas domésticas u otro integrante de la familia. Donde parece tratarse del primer caso es en las viviendas con mayores ingresos, ya que en ese segmento la tarea está a cargo de “otros” en el 4 por ciento de los casos, el doble que en los hogares medios (2 por ciento) y el cuádruple que en los más humildes (1 por ciento).
Otro “mito” que suavizó la encuesta de Delfos es la mala costumbre del cordobés de sacar la basura muchas horas antes de que pase el camión recolector: las curvas que grafican el horario en que la gente dice poner la bolsa en la vereda y ver pasar al camión son bastante coincidentes, y sólo se separan varias horas durante el servicio vespertino a nocturno.

Más de un cuarto de los hogares separa su basura
Es una práctica que comenzó a promoverse masivamente entre los cordobeses –a partir del inicio de la recolección diferenciada– en 2009, y ya asegura haberla adoptado un cuarto de la ciudad.
Se trata de la separación de la basura entre inorgánica (elementos recuperables) y orgánica (lo que se pudre) con miras a su reciclado. Eso señala la encuesta de Delfos para Crese, según la cual el 27 por ciento de los habitantes de la ciudad dice clasificar sus residuos. Para las autoridades de la empresa estatal, el porcentaje es “muy bueno”, y más comparado con la referencia que citan: la ciudad brasilera de Curitiba lleva 30 años promoviendo la práctica y la ejecuta el 40 por ciento de su población. El dato vale, aunque hay que relativizarlo ya que la comparación no se adentra en medir la eficiencia de esa separación.
De todas maneras, el sondeo muestra el cambio positivo en la conducta de los cordobeses. Y revela, también, que la práctica prendió más fuerte hasta ahora en los sectores de perfil socioeconómico más alto: el 31 por ciento asegura separar sus residuos. Ese porcentaje baja al 26 por ciento en el estrato “medio”, y al 24 por ciento en el “bajo”.
La tendencia coincide con la que sugieren los números de cuánto prendió esta práctica en cada zona de la ciudad: la mayor aceptación está en el noroeste (43 por ciento) el área de “mayor poder adquisitivo”. A la inversa, donde los vecinos dicen separar menos es el sureste, con alta presencia de barriadas humildes. Fernando Cámara, titular de Crese, atribuyó esto al factor cultural: “La gente que más participa es la que tiene más acceso a información y conoce la práctica, el servicio. También usa los canales para comunicarse con la empresa, como el 0-800 y el sitio de Internet”.

Ver Noticia On Line

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs