8 feb 2011

Se perdió el 85% de los bosques del norte






La Mañana de Córdoba (08/02/2011)
El norte cordobés ya perdió el 85% de sus bosques nativos

Así lo indica un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba.
El norte cordobés ya perdió el 85% de sus bosques, según datos de un relevamiento del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV) de la Universidad Nacional de Córdoba, que será publicado este mes por la revista británica, Biological Conservation.
Lo atribuyen a la expansión de la frontera agropecuaria por el cultivo de soja.
«El territorio estudiado tuvo una degradación anual mayor a la que sufren los bosques tropicales. La media internacional de pérdidas de bosques es del 15%, y nosotros perdimos el 85%», dijo Marcelo Zak, biólogo de esa institución científica y autor del estudio.
La investigación, publicada por la Sala de Prensa Ambiental, abarcó un área de 27.000 kilómetros cuadrados, desde las Salinas Grandes hasta la laguna de Mar Chiquita, al norte del territorio provincial.
Las causas de esa destrucción están directamente relacionadas con la expansión de la frontera agropecuaria, en especial por el cultivo de soja, que ocasionó, entre otras tragedias ambientales, la desaparición del Quebracho Colorado, una especie emblemática de la región.
«No hay que tocar más un bosque en la provincia porque no existen conocimientos suficientes sobre pérdidas económicas producidas por la destrucción del monte», precisó el científico.
Los bosques serranos pasaron de cubrir el 8,4% del territorio provincial, a sólo el 0,5%. Los bosques situados al este de las sierras cordobesas, que hace 30 años cubrían el 20,5%, ahora sólo representan el 2,1%, y los del oeste, pasaron del 23% a solo el 5,6%, reveló el estudio.
«Estudiamos la vegetación en el lugar y a las pocas semanas regresamos y descubrimos que ya no estaba. Es muy triste porque es como una muerte», lamentó el biólogo.
«Imaginemos lo que perdimos porque es una verdadera tragedia, ya que la estructura que reemplazó a los montes de quebracho colorado permite menor biodiversidad, con menos especies. Destruimos riqueza biológica cuando permitimos el caótico crecimiento de la frontera agrícola», agregó.
Los habitantes del lugar utilizaban el bosque como proveedor de insumos básicos, algo que se perdió ante el avance de la soja.
Hace más de 100 años, el 25% de la población provincial habitaba en el norte, pero en 1991, los habitantes representaban menos del 5%.
En esas unidades ecosistémicas, que funcionaban armoniosamente, las familias vivían, modestamente, pero con una buena calidad de vida, sostuvo Zak.
Cuando los grandes terratenientes empezaron a codiciar esas tierras, los lugareños se las vendieron por poco valor. Los nuevos dueños, entonces, transformaron los bosques en territorio agrícola.
«Esto fue alentado por el aumento de las precipitaciones en el norte de Córdoba», con lo cual pudieron introducir la soja, sin necesitar riego, pues es un cultivo que necesita mucha lluvia, detalló el biólogo.
El investigador del Imbiv reclamó que «parte de las retenciones agropecuarias sean destinadas a proteger los montes» y cuestionó que un terreno desmontado sea considerado como «mejorado», que equipara el valor de un campo con suelo pelado, con otro con bosque.
Los bosques abastecen los acuíferos, controlan inundaciones, producen oxígeno y sirven de hábitat para la fauna, además de proteger los suelos del arrastre del viento, un recurso que tarda siglos en recuperarse ya que, 10 centímetros. de suelo, tardan más de 100 años en reconstituirse.
«Sin bosques no hay agua, eso es muy simple. Vivimos en un territorio árido con déficit hídrico y, sin embargo, lo despojamos de los montes», concluyó el investigador.
En la provincia hay 65 mil docentes, entre los que enseñan en colegios públicos y privados subsidiados.

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Comercio y Justicia (08/02/2011)
Bosques del norte cordobés: “Lo que perdimos es una verdadera tragedia”

Un estudio local reveló que desapareció 85 por ciento de los bosques en llanuras y sierras de la zona norte de la provincia. La cifra supera ampliamente la media mundial.
De los bosques en llanuras y sierras del norte de la provincia de Córdoba, 85% está completamente destruido, reveló un informe del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), que será publicado este mes por la revista británica Biological Conservation.
“El territorio estudiado tuvo una degradación anual mayor que la que sufren los bosques tropicales. La media internacional de pérdidas de bosques es de 15% y nosotros perdimos 85%”, dijo Marcelo Zak, biólogo de esa institución científica y autor del estudio.
La investigación, publicada por la Sala de Prensa Ambiental, abarcó un área de 27.000 kilómetros cuadrados, desde las Salinas Grandes hasta la laguna de Mar Chiquita, en el norte del territorio provincial.
Las causas de esa destrucción están directamente relacionadas con la expansión de la frontera agropecuaria, en especial por el cultivo de soja, que ocasionó, entre otras tragedias ambientales, la desaparición del Quebracho Colorado, una especie emblemática de la región. “No hay que tocar más un bosque en la provincia porque no existen conocimientos suficientes sobre pérdidas económicas producidas por la destrucción del monte”, precisó el científico.
Los bosques serranos pasaron de cubrir 8,4% del territorio provincial a sólo 0,5%. Los bosques situados al este
de las sierras cordobesas, que hace 30 años cubrían 20,5por ciento, ahora sólo representan 2,1%; y los del oeste pasaron de 23 a apenas 5,6%, reveló el estudio.
“Estudiamos la vegetación en el lugar y a las pocas semanas regresamos y descubrimos que ya no estaba. Es muy triste porque es como una muerte”, lamentó el biólogo.
“Imaginemos lo que perdimos porque es una verdadera tragedia, ya que la estructura que reemplazó los montes de quebracho colorado permite menor biodiversidad, con menos especies. Destruimos riqueza biológica cuando permitimos el caótico crecimiento de la frontera agrícola”, agregó.

Cuando entró la soja
Los habitantes del lugar utilizaban el bosque como proveedor de insumos básicos, algo que se perdió ante el avance de la soja. Hace más de 100 años 25% de la población provincial habitaba en el norte, pero en 1991 los habitantes representaban menos de 5% “En esas unidades ecosistémicas, que funcionaban armoniosamente, las familias vivían, modestamente, pero con una buena calidad de vida”, sostuvo Zak.
Cuando los grandes terratenientes empezaron a codiciar esas tierras, los lugareños se las vendieron por poco valor. Los nuevos dueños, entonces, transformaron los bosques en territorio agrícola.
“Esto fue alentado por el aumento de las precipitaciones en el norte de Córdoba”, con lo cual pudieron introducir la soja sin necesitar riego, pues es un cultivo que necesita mucha lluvia, detalló el biólogo.
El investigador del Imbiv reclamó que “parte de las retenciones agropecuarias sean destinadas a proteger los montes” y cuestionó que un terreno desmontado sea considerado como “mejorado”, que equipara el valor de un campo con suelo pelado con otro con bosques.
Éstos abastecen los acuíferos, controlan inundaciones, producen oxígeno y sirven de hábitat para la fauna, además de proteger los suelos del arrastre del viento, un recurso que tarda siglos en recuperarse ya que, 10 centímetros de suelo tardan más de 100 años en reconstituirse.
“Sin bosques no hay agua, eso es muy simple. Vivimos en un territorio árido con déficit hídrico y, sin embargo, lo despojamos de los montes”, concluyó el investigador.

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El Diario de Villa Carlos Paz (08/02/2011)
El norte de Córdoba perdió el 85 por ciento de sus bosques por la soja

El 85% de los bosques en llanuras y sierras del norte de la provincia de Córdoba están completamente destruidos, reveló un informe del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV) de la Universidad Nacional de Córdoba, que será publicado este mes por la revista británica, Biological Conservation.
"El territorio estudiado tuvo una degradación anual mayor a la que sufren los bosques tropicales. La media internacional de pérdidas de bosques es del 15%, y nosotros perdimos el 85%", dijo Marcelo Zak, biólogo de esa institución científica y autor del estudio. La investigación, publicada por la Sala de Prensa Ambiental, abarcó un área de 27.000 kilómetros cuadrados, desde las Salinas Grandes hasta la Laguna de Mar Chiquita, al norte del territorio provincial.
Las causas de esa destrucción están directamente relacionadas con la expansión de la frontera agropecuaria, en especial por el cultivo de soja, que ocasionó, entre otras tragedias ambientales, la desaparición del Quebracho Colorado, una especie emblemática de la región. "No hay que tocar más un bosque en la provincia porque no existen conocimientos suficientes sobre pérdidas económicas producidas por la destrucción del monte", precisó el científico.
Los bosques serranos pasaron de cubrir el 8,4 % del territorio provincial, a sólo el 0,5%. Los bosques situados al este de las sierras cordobesas, que hace 30 años cubrían el 20,5%, ahora solo representan el 2,1%, y los del oeste, pasaron del 23% a solo el 5,6%, reveló el estudio. "Estudiamos la vegetación en el lugar y a las pocas semanas regresamos y descubrimos que ya no estaba. Es muy triste porque es como una muerte", lamentó el biólogo.
"Imaginemos lo que perdimos porque es una verdadera tragedia, ya que la estructura que reemplazó a los montes de quebracho colorado permite menor biodiversidad, con menos especies. Destruimos riqueza biológica cuando permitimos el caótico crecimiento de la frontera agrícola", agregó.
Los habitantes del lugar utilizaban el bosque como proveedor de insumos básicos, algo que se perdió ante el avance de la soja. Hace más de 100 años, el 25 % de la población provincial habitaba en el norte, pero en 1991, los habitantes representaban menos del 5%.
"En esas unidades ecosistémicas, que funcionaban armoniosamente, las familias vivían, modestamente, pero con una buena calidad de vida", sostuvo Zak. Cuando los grandes terratenientes empezaron a codiciar esas tierras, los lugareños se las vendieron por poco valor. Los nuevos dueños, entonces, transformaron los bosques en territorio agrícola.
"Esto fue alentado por el aumento de las precipitaciones en el norte de Córdoba", con lo cual pudieron introducir la soja, sin necesitar riego, pues es un cultivo que necesita mucha lluvia, detalló el biólogo. El investigador del IMBIV reclamó que "parte de las retenciones agropecuarias sean destinadas a proteger los montes" y cuestionó que un terreno desmontado sea considerado como "mejorado", que equipara el valor de un campo con suelo pelado, con otro con bosque.

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El Puntal de Río Cuarto (08/02/2011)
Córdoba perdió el 85 por ciento del bosque nativo

El dato surge de un estudio hecho por la Universidad Nacional de Córdoba. Toma el registro del último siglo y considera que el principal factor que lo ocasiona es la expansión de la frontera agropecuaria
La situación del bosque nativo en la provincia de Córdoba sigue preocupando pese a la sanción de la ley que regula la actividad agropecuaria y el desmonte en el territorio. Y preocupa porque, para los biólogos, la ley no cumple con los presupuestos mínimos que garantizan la protección de las hectáreas que todavía quedan. Los datos de un informe publicado por la Universidad Nacional de Córdoba hace ya unos años sorprenden por la magnitud y más aún por la vigencia que tienen.
El informe fue elaborado por los biólogos Marcelo Cabido y Marcelo Zak, ambos investigadores del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), de la Universidad Nacional de Córdoba, y señala que se ha perdido el 85 por ciento del bosque nativo en la provincia. Cabido es, además, profesor titular de la cátedra de Biogeografía de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, y colaborador del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático que ganó el premio Nobel de la Paz en 2007.
“Ese 85 por ciento tiene que ver con lo que había de bosque a comienzos del siglo 20, no es que se perdió en estos últimos 10 años, sino que surge de comparar los bosques que hay hoy con los que había en 1904”, le explico Cabido a PUNTAL.
“Básicamente el problema es la expansión de la frontera agropecuaria en todo lo que es bosques de llanura, al sur de Río Cuarto, los bosques de algarrobo en este y centro de la provincia y lo que nosotros llamamos bosque chaqueño de quebracho blanco en el norte y el oeste. Por otro lado, en la sierra fundamentalmente la ocurrencia de incendio. Provocados para generar el rebrote del pasto y hacer ganadería”, agregó.
Para el investigador, la responsabilidad es compartida. “Tanto el estado nacional como el provincial es muy poco lo que han hecho por la protección del bosque”, señaló. Recordemos que luego de la sanción de la ley de bosques, ésta fue reglamentada un día después de que venciera el plazo impuesto por la Nación para que la provincia reciba los fondos para la protección de las hectáreas que quedan. Pero en realidad, esto parece importar poco ya que desde Buenos Aires aún no hay ninguna precisión sobre cómo ni cuándo llegarán esos fondos.

Un repaso por la ley
La ley fue elaborada luego de varios meses de debate en la comisión de asuntos ecológicos de la legislatura. Se trabajó sobre un proyecto elaborado por la Comisión de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo (COTBN) que apuntaba a que Córdoba tuviera al fin una ley para proteger el bosque nativo del desmonte. De hecho, esto era un requerimiento a nivel nacional: para recibir dinero de la Nación, la provincia tenía que tener una ley que, entre otras cosas, dividiera el territorio en tres zonas según la necesidad de protección.

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Hoy Día (08/02/2011)
La ruina de los bosques repercute en todo el mundo

La degradación del bosque nativo cordobés, sistemáticamente destruido desde hace décadas y aún sin una adecuada protección legal, llegó finalmente a una conocida revista extranjera, que este mes publicará un informe al respecto del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
El trabajo científico, que data de 2004, estableció que el 85 por ciento de los bosques en llanuras y sierras del norte de la provincia de Córdoba está completamente destruido. Según se conoció en la víspera, la revista que difundirá el tema mundialmente es la británica Biological Conservation. Por su parte, Marcelo Zak, biólogo y autor del estudio, manifestó que "el territorio estudiado tuvo una degradación anual mayor a la que sufren los bosques tropicales. La media internacional de pérdidas de bosques es del 15% y nosotros perdimos el 85%".
La investigación, publicada por la Sala de Prensa Ambiental, abarcó un área de 27.000 kilómetros cuadrados, desde las Salinas Grandes hasta la laguna de Mar Chiquita, al norte del territorio provincial. Las causas de esa destrucción están directamente relacionadas con la expansión de la frontera agropecuaria, en especial por el cultivo de soja, que ocasionó, entre otras tragedias ambientales, la desaparición del quebracho colorado, una especie emblemática de la región. "No hay que tocar más un bosque en la provincia porque no existen conocimientos suficientes sobre pérdidas económicas producidas por la destrucción del monte", precisó el científico. Los bosques serranos pasaron de cubrir el 8,4 por ciento del territorio provincial a sólo el 0,5%.
Los bosques situados al este de las sierras cordobesas, que hace 30 años cubrían el 20,5%, ahora solo representan el 2,1%, y los del oeste, pasaron del 23% a sólo el 5,6%, reveló el estudio. "Estudiamos la vegetación en el lugar y a las pocas semanas regresamos y descubrimos que ya no estaba. Es muy triste porque es como una muerte", lamentó el biólogo. "Imaginemos lo que perdimos porque es una verdadera tragedia, ya que la estructura que reemplazó a los montes de quebracho colorado permite menor biodiversidad, con menos especies. Destruimos riqueza biológica cuando permitimos el caótico crecimiento de la frontera agrícola", agregó.
Los habitantes del lugar utilizaban el bosque como proveedor de insumos básicos, algo que se perdió ante el avance de la soja. Hace más de 100 años, el 25% de la población provincial habitaba en el norte, pero en 1991 los habitantes representaban menos del 5%. "En esas unidades ecosistémicas, que funcionaban armoniosamente, las familias vivían, modestamente, pero con una buena calidad de vida", sostuvo Zak. Cuando los grandes terratenientes empezaron a codiciar esas tierras, los lugareños se las vendieron por poco valor. Los nuevos dueños, entonces, transformaron los bosques en territorio agrícola. "Esto fue alentado por el aumento de las precipitaciones en el norte de Córdoba", con lo cual pudieron introducir la soja sin necesitar riego, pues es un cultivo que necesita mucha lluvia, detalló el biólogo.
Piden usar las retenciones. Por otro lado, el investigador del Imbiv reclamó que "parte de las retenciones agropecuarias sea destinada a proteger los montes" y cuestionó que un terreno desmontado sea considerado como "mejorado", lo que equipara el valor de un campo con suelo pelado con el de otro que tiene bosque. Los bosques abastecen los acuíferos, controlan inundaciones, producen oxígeno y sirven de hábitat para la fauna, además de proteger los suelos del arrastre del viento, un recurso que tarda siglos en recuperarse, ya que diez centímetros de suelo tardan más de 100 años en reconstituirse. "Sin bosques no hay agua, eso es muy simple. Vivimos en un territorio árido con déficit hídrico y, sin embargo, lo despojamos de los montes", concluyó el investigador.

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