1 sept 2019

Una recorrida por “La Amazonia” de San Justo




La Voz de San Justo (01/09/2019)
“La Amazonia” de San Justo: una fuente de aire puro que debemos cuidar

LA VOZ DE SAN JUSTO visitó el último bosque nativo virgen del departamento: el establecimiento Ña Clides, cerca de La Francia, una reserva natural que convive con campos sembrados. Su propietario, Javier Bergero, instó a tomar conciencia sobre la importancia de su aporte al aire puro de la región y la necesidad de su conservación como protección natural frente a distintos riesgos ambientales.
En medio de los incendios de la Amazonia, el biólogo y conservacionista Javier Bergero convocó a los vecinos de San Justo a "tomar conciencia y cuidar" el último bosque espinal que le queda al departamento y la provincia, siendo el único "pulmón verde" que aporta aire puro a los habitantes de la zona.
El establecimiento Ña Clides, ubicado a 5 kilómetros de la localidad de La Francia, una de las pocas reservas naturales que aún subsiste en medio de campos agrícolas en la provincia. Son 160 hectáreas, las últimas que quedan de bosque nativo virgen, atravesadas por un viejo brazo del cauce del río Xanaes donde conviven especies de la flora y la fauna en peligro de extinción.
Se trata de un legado familiar que Javier, junto a sus hermanos y su madre Clide, conservan desde hace más de una década en su estado original y que LA VOZ DE SAN JUSTO recorrió para conocer "desde adentro".

Una fuente de "aire puro"
Esta área de protección es colindante con otras 90 hectáreas del bosque nativo que se preserva en la estancia "La Adela", propiedad de Juan José Marconetti, que sumadas a los "pequeños pulmones" de los campos vecinos alcanzan las 400 hectáreas de monte.
"Tenemos que cuidarla porque la reserva es de todos, no de una sola familia", advirtió Bergero.
"Gracias a esto tenemos un lugar que purifica el aire, que le permite a nuestros hijos respirar aire limpio y ver especies que ya no se ven en otros lugares", rescató.
Además, dijo que estos espacios son fundamentales para la biodiversidad de las especies y a su vez como cortina forestal, "una barrera natural para los vientos y las tormentas".
Bergero manifestó que "la quema de árboles en el Amazonas va a generar cambios en el clima y en la biodiversidad en todo el mundo y nuestra región no será la excepción; esta reserva permitirá atenuar en la zona, las consecuencias que puede traer esta tragedia mundial".

Las amenazas
Con firme convicción ambiental, Bergero, quien se ocupa de esta reserva manifestó que lejos de los incendios, la reserva se ve amenazada por tres factores: la caza, el tráfico de aves y el costo económico que implica su conservación.
"Si bien es posible que una parte se queme, es muy difícil que se incendie en su totalidad, siendo que el río actúa como un contrafuego natural del lado norte", explicó el ambientalista.
No obstante, manifestó que "hay que prevenir los incendios, hacer contrafuego natural y estar siempre atentos para cuidar este espacio de los cazadores y del tráfico de aves, que hoy son una amenaza para la fauna de la reserva".
Para ello, Bergero debe viajar desdeSan Francisco (donde reside), hasta la reserva, lo que implica un gasto mensual "importante" que muchas veces no alcanza a solventar con el único aporte que recibe en la actualidad por parte de Ambiente de la provincia.

"Un capital parado"
El ambientalista planteó la necesidad de trabajar en conjunto para evitar que esta reserva desaparezca.
"Es un capital parado que podría aprovecharse de muchas maneras", sostuvo Bergero. Entre las actividades sugirió la visita de escolares o de estudiantes de carreras universitarias ligadas a la biología y el medioambiente.
Este vecino confía en las nuevas generaciones, la cuales asegura "tienen otra cabeza. Creo que hay una concientización en los jóvenes acerca del cuidado del medioambiente y particularmente de la importancia que tiene la forestación, siendo hoy uno de los proyectos más importantes que plantean dentro de las escuelas", señaló.
"Por eso sería importante que puedan visitarla, conocer el lugar y aprender para que sirve, que no son simplemente todos arbolitos", reflexionó.

Formar parte del Parque Nacional Ansenuza
Otra de las acciones que considera Bergero serían de real importancia para ayudar a conservar esta reserva sería incluirla en lo que será el futuro Parque Nacional Ansenuza teniendo en cuenta que el río, actúa como afluente de la laguna y corredor de cientos de especies que llegan a la reserva en busca de refugio.

Convivir con la "frontera agrícola"
La reserva convive en medio de campos agrícolas de la zona. En este sentido Bergero aseguró que "las dos cosas son necesarias, en su justa medida, lo que sucede que la mano del hombre fue excesiva a la hora del desmonte; la avaricia humana pudo más".
Bergero aseguró ser, como todos los ambientalistas, un "sobreprotector" de la naturaleza, la que asegura "actúa por si sola, no necesita que el hombre le agregue ni le quite nada".
"Mientras menos la toquemos, menos errores vamos a cometer", aseveró.
En este aspecto, Bergero recordó el consejo de otro biólogo que ante su consulta de cómo conservar esta reserva, le sugirió buscar el significado de la palabra "conservar" en el diccionario.
"Conservar es no tocar, dejar que la naturaleza haga su trabajo y eso debemos hacer", finalizó.

Un atractivo para biólogos de todo el mundo
Ña Clides recibe durante todo el año a biólogos de distintas partes del mundo que realizan investigaciones en la reserva. Es que, según explicó Bergero es el único bosque espinal que sobrevive en la provincia.
"La provincia de Córdoba tiene tres tipos de bosques: la selva chaqueña, llanura pampeana y bosque espinal, todo provienen del norte del país. Este es el único bosque espinal virgen que queda en Córdoba, por lo que es el normal que vengan los biólogos de todo el mundo a hacer investigaciones a la reserva", manifestó.
"Casi todas las especies son autóctonas aunque por la particularidad de ser atravesada por un río, que desemboca en la Laguna Mar Chiquita, hace que muchos animales de este espejo de agua bajen a la reserva".
Entre la fauna que se puede encontrar en el lugar se encuentran el pecarí de collar, carpincho, nutrias, zorros, gatos montes (las tres especies), pumas, tatú carreta, liebre autóctona peludos, iguanas, etc. Se han visto también más de 500 especies de aves y víboras como yarará, de la cruz, coral, cascabel, entre otras.
También peces como pejerrey, tararira, moncholo y carpas, así como algunos mamíferos en peligro de extinción.
En lo que hace a la flora, se destacan espinillos, aromitos y algarrobos, entre los más antiguos, uno de 800 años.

El camino de acceso, una materia pendiente
Bergero reclamó por el estado del camino de acceso a la reserva, que hoy se ha convertido en una necesidad siendo que los días de lluvia se vuelve "intransitable". "Caen dos milímetros y parece una olla", sostuvo Bergero.
"La caza furtiva y el tráfico de aves son temas dificultosos; es una zona muy difícil de controlar y queda a tras mano de Balnearia y Miramar donde se encuentran los guardafaunas, por lo que construir un buen camino de acceso facilitaría mucho el control", sostuvo.

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