19 sept 2019

El zorro pampeano dispersa biodiversidad



El Puntal de Río Cuarto (19/09/2019)
Estudio: el zorro pampeano dispersa más de 40 especies de semillas en la zona

Descubrieron que propaga ejemplares autóctonos como el tala, el moradillo y el chañar. Come en un lugar y defeca en otro. Así, facilita la colonización de árboles, arbustos y herbáceas
 Mucho de la cultura popular los pone del lado de los malos. Están acusados de alborotar gallineros y devorar crías de animales de corral. Han sido cazados por deporte, para despojarlos de su bella piel o para erradicarlos de la propiedad privada. La mayoría de las personas no están dispuestas a compartir sus espacios con los zorros, sin saber que son figuras valiosas de los ecosistemas, jugadores de todas las canchas, méritos de su bien ganada fama de astutos y de las mañas que sobreviven a su pelo. Por ellos pasa en gran medida el flujo de la vida. A través de sus fecas reparten semillas de 40 especies vegetales de la zona aledaña a Río Cuarto, a la vez que son controladores naturales de plagas de insectos y roedores, entre otros.
Así lo demuestra el pormenorizado estudio realizado por investigadores de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, que revela el importante rol ecológico del zorro de las pampas (Lycalopex gymnocercus) como dispersor de semillas de árboles, arbustos y herbáceas, en ambientes de agroecosistema y bosques serranos.
Estudian el comportamiento frugívoro del zorro. Todas las miradas de este equipo de la UNRC están puestas en ese animal de pelo corto, denso y gris en el lomo, que recorre tanto los sembradíos como las serranías. Siguen sus huellas y recogen la materia fecal fresca, para después desmenuzarla en el laboratorio en búsqueda de información sobre cuáles son las semillas que transporta en su tracto digestivo.
En su estómago, el zorro lleva las semillas lejos de la planta madre, de modo que el vegetal puede colonizar nuevas áreas y permanecer protegido durante largos periodos de tiempo. Esto ha sido comprobado en el caso de la semilla de tala, que es una planta autóctona.
El tala tiene un fruto con una única semilla, muy gorda y pesada, que cuando cae lo hace debajo de la planta madre. Es una especie que no tiene ningún mecanismo para dispersarse. Si no fuera por un animal como el zorro no podría llegar a ningún otro lugar alejado de ahí.
Una banda oscura discurre longitudinalmente a lo largo del tronco. La cola es tupida y gris, negra en la punta. La panza es gris pálido, casi blanca. Y las manos y las patas son rojizas, al igual que el cogote y la cabeza. Esta especie generalista come mamíferos, artrópodos, aves, reptiles, frutos y carroña. Mide entre 62 y 66 cm y pesa de 4 a 6 kilos.
Por su alimentación, el zorro pampeano tiene un importante papel en los lugares que habita, no sólo como depredador sino también como dispersor de los frutos y semillas. Colabora con el esparcimiento de especies autóctonas de estos lares como el tala, el moradillo, el chañar. Come en un lugar y defeca en otro. De esa forma facilita la colonización de las plantas.  Tienen una gran movilidad, el área en la que se desplazan es de hasta 2,5 hectáreas.

Muestreos
Los investigadores realizaron muestreos mensuales de fecas de zorro en ambos ambientes. Y encontraron 41 semillas de diferentes plantas en el agroecosistema y 8 en el bosque serrano, de las cuales casi un 40 por ciento son autóctonas.
El zorro marca territorio con las fecas. Por eso, se buscan en lugares abiertos y altos.  En general, se encuentran en el borde del camino, en los senderos hechos por las vacas. Los universitarios trabajan con estiércol fresco. Lo distinguen por el olor, el color y la humedad. No puede tener más de 15 días. Esto es para saber que la semilla que se está dispersando es de la estación que se desea analizar.
“En ambos ambientes, el zorro pampeano juega un rol esencial en la dispersión de semillas mediante endozoocoria, que es cuando el animal come el fruto y lo defeca”, afirma la doctora en Ciencias Biológicas Claudia Marisel Dellafiore, directora de este proyecto científico, cuyos resultados acaba de presentar en la 12º Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que se realizó en La Habana -Cuba-.
“El zorro pampeano es un carnívoro de amplia distribución, que posee una dieta omnívora en la que los frutos y semillas son una parte muy importante”, señala Dellafiore, a la vez que destaca que el objetivo de su trabajo es “describir las especies vegetales que dispersa en los ambientes de agroecosistemas y bosques serranos de la provincia de Córdoba”. Y agrega: “Es un predador muy importante que genera muchos servicios, como es el control de la plaga de roedores y de insectos, a lo que se agrega la dispersión de semillas, propias del bosque o del agroecosistema”. “Es una especie que tiene un rol muy importante en su hábitat”.
Prefiere los ambientes abiertos, las llanuras altas de pastizal y los sub-húmedos y secos; y también es común encontrarlo en matorrales y bosques abiertos. Pudo adaptarse a las alteraciones causadas por la ganadería extensiva y las actividades agrícolas. Se encuentra generalmente en altitudes de mil metros, aunque puede alcanzar los 3.500 en las tierras altas de la puna. El zorro, como es una especie oportunista, se puede adecuar fácilmente a distintos lugares. Eso es lo que le ha permitido permanecer dentro de los agroecosistemas.
La dispersión de frutos y semillas es una de las interacciones mutualista más frecuente entre los vertebrados y las plantas. Muchas especies dependen de animales para el esparcimiento de sus semillas y, en algunos casos, las semillas necesitan pasar por el tracto digestivo de los animales para poder germinar.
“El rol que cumplen estas especies desde el punto de vista ecológico tiene que ser visto como un servicio al ecosistema”. “En este caso, desde el punto de vista ecológico incluye control de plaga de roedores y de insectos, dispersión de frutos y semillas. Y desde el punto de vista evolutivo también tiene su rol. La biodiversidad, a lo largo de la evolución, se genera por las interacciones que existen entre las especies. No sólo hay que conservar las especies, sino también las interacciones que hay entre ellas, para lo cual es necesario conocerlas”, sostuvo Claudia Dellafiore, responsable de la cátedra Biodiversidad Animal II, de la Facultad de Ciencias Exactas, quien también es presidenta de la Fundación BIORED, de Río Cuarto, una ONG que tiene por misión promover una relación armónica entre el hombre y la naturaleza.
“Es sustancial la presencia de los zorros en la región, porque son especies que cumplen un rol muy importante en el ecosistema. Por ser omnívoro y oportunista, y a la vez estar en la parte alta de la cadena alimentaria -porque es un carnívoro-, tiene una función muy importante sobre los otros componentes de la red trófica”, destacó la docente, que además, es magister en Gestión y Conservación de la Biodiversidad y en Manejo de Vida Silvestre; trabajó en Universidad de Sevilla -España-, en la Administración de Parques Nacionales, en el INTA y para diversas consultoras nacionales e internacionales, entre las que se destaca la reconocida organización independiente de conservación de la naturaleza WWF. Actualmente, es profesora asociada efectiva exclusiva e investigadora en la UNRC. Integró los equipos técnicos de la Administración de Parques Nacionales, en la región centro, en San Luis (participó del proyecto parque nacional Los Venados); trabajó en el parque nacional Sierra de las Quijadas, donde hizo el plan de manejo; en el parque nacional Talampaya realizó la zonificación y participó en el plan de manejo; y en el parque nacional Condorito tomó parte de los talleres para la zonificación.

Resultados
En el ambiente de agroecosistema se recolectaron 189 fecas en 15 meses de muestreos, de las cuales el 68,8 por ciento contenía semillas. Se contabilizaron 5.333 pepitas y el 69,4 por ciento estaban sanas. En total se contabilizaron 46 especies diferentes de las cuales 17 (37 por ciento) corresponden a especies autóctonas y 29 (63 por ciento) a especies exóticas.
Las semillas que se encontraron con mayor frecuencia en esta zona de Las Acequias corresponden a las especies Chloris gayana -hierba conocida por el nombre común de pasto rodesio- la cual estuvo presente en 10 de los 15 meses muestreados, seguida por Cynodon dactylon -gramínea perenne, llamada también grama común, césped o agramen-, que apareció en 9 meses; estas plantas son originarias de África y fueron introducidas en Argentina por su alto valor forrajero. En los puestos siguientes están Amaranthus quitensis  -amaranto, que es endémica de Argentina- y Urochloa  panicoides -césped anual que tiene tallos decumbentes o verticales de hasta un metro de largo- presentes en 8 meses.
Por otra parte, en el bosque serrano de Alpa Corral, se recolectaron 92 fecas en 9 meses de muestreos, de las cuales el 51 por ciento contenía semillas. En total se contabilizaron 15 especies de las que 8 (53 por ciento) corresponden a especies autóctonas y 7 (47 por ciento) a especies exóticas. Las semillas que se hallaron con mayor frecuencia corresponden a las especies Solanum  sisymbrifolium -popularmente conocida como revientacaballos o espina colorada, endémica de Sudamérica y considerada una maleza muy agresiva -, que apareció en 6 meses, y Ligustrum  lucidum -ligustro, originaria de China, que fue introducida en Argentina como ornamental y es una especie invasora en los bosques nativos -, encontrada durante 4 meses.
Los investigadores concluyen que “el zorro pampeano es un dispersor legítimo de semillas tanto en los ambientes de bosques serranos como en los ambientes de agroecosistemas” y que “las semillas dispersadas corresponden tanto a especies autóctonas como exóticas, con un mayor predominio de las segundas, sobre todo en el ambiente de agroecosistema”.
Hay dispersión legítima cuando la semilla que se encuentra en la feca está sana. Cuando llega, germina y se establece en el lugar, la dispersión es eficiente.

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