9 may 2014
Rally y medio ambiente
9:00 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
Diario El Despertador de Jesús María (09/05/2014)
Rally y medio ambiente
No se trata de denostar una competencia el rally mundial que se disputa en Córdoba, sino de evaluar nuestra conducta como espectadores.
Es sabido, porque quienes hoy tienen memoria lo recordarán, que en los años 1994 y 1999 nuestra institución -Asociación para la Difusión de los Programas de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ADNUMA)- presentó sendos recursos de amparo al Gobierno de Córdoba a fin de suspender un prime del rally que, atravesando una reserva en Río Ceballos, violaba el reglamento interno de dicha área natural.
Aquel tramo llamado “El Cuadrado” fue suspendido y hoy es impensable realizarlo pues el camino se encuentra asfaltado.
Los miembros de ADNUMA fuimos declarados “personas no gratas” en Río Ceballos por las autoridades locales.
En ambos casos, en los dos años que se presentaron estos amparos y que dicho tramo fue mutado a “tramo de enlace”, lo mismo acudió innumerable cantidad de público y en el primer año se quemaron más de 5000 Has de la reserva y en 1999 se quemaron, al otro día de la prueba, 15000 Has de la misma área natural, terminando con el monte nativo y el pastizal de altura, lo que fue en total detrimento de la cuenca del Dique La Quebrada, hecho hoy demostrado con años de sequía en el embalse.
El rally no es el problema, el problema es la época del año en que se realiza, época de secas en Córdba, salvo este año que nos han acompañado -felizmente- lluvias a destiempo.
Y el público asistente, que en forma desaprensiva y con una actitud que es ya toda una costumbre en nuestra provincia, lleva sus asados sin tomar las precauciones del caso, permitiendo que las llamas cobren vida en forma segura con la vegetación seca y provocando esos dantescos incendios a los que solemos estar tristemente acostumbrados los cordobeses.
El 99 por ciento de los incendios de las sierras son provocados por el hombre en forma intencional o por desaprensión.
Los incendios naturales son realmente escasos y muy raros. De hecho, el año pasado, el Gobierno de Córdoba nos sorprendió con un decreto mediante el cual prohibía expresamente la realización de fuegos de cualquier índole durante los días del rally y posteriores a los dantescos incendios que se venían comiendo la vegetación de las Sierras Chicas, medida que por cierto fue de muy difícil cumplimiento.
Valga como ejemplo que quien escribe estas líneas ha visto la desaprensión llevada a tal extremo, sin preocuparse de los bienes ajenos, que se han cortado postes y varillas de alambrados para hacer asado, con los consiguientes riesgos que esto trae: fuga de animales a la vía pública. A esto lo he visto con mis propios ojos en aquel tramo de El Cuadrado, cuando realizábamos los patrullajes posteriores al rally extinguiendo cuanto fuego veíamos encendido.
Otro elemento que hay que tener en cuenta es nuestra actitud de arrojar lo que nos sirve a cualquier parte, sin llevar nada con nosotros.?Entonces, luego de la competencia el escenario es muy triste, con miles y miles de botellas tiradas, bolsas de plástico por doquier y mucha, mucha basura muy difícil de degradar por nuestros ambientes naturales.
De esta manera, y desde el punto de vista ambiental, el rally se transforma en una competencia o un evento deficitario para Córdoba, donde no sólo debemos medir la cantidad de choripanes que se venden, de litros de gaseosa que se consumen o de camas que se ocupan, sino que también debemos tener en cuenta el alto impacto ambiental que trae consigo, daño que seguramente sería minimizado si nosotros fuéramos más respetuosos de ciertas normas que en este mismo artículo vamos a enumerar.
Guillermo G. del Valle - Presidente ADNUMA / Argentina
Consejos para vivir el rally en armonía con el entorno.
• Tener extremo cuidado con el fuego.?Si realmente es imperioso comer el asado de rigor, asegurarnos que al fuego lo hagamos en una cavidad que realicemos en el piso, protegiendo piedras el contorno para evitar que el viento realice su trabajo de llevarlo a donde no deseamos.
• Llevar todos los desperdicios que producimos durante el evento, procediendo a meterlos en una bolsa grande y llevándolos con nosotros de vuelta o depositándolos en los recipientes apropiados en alguna de las localidades por las que pasamos de regreso a casa.
• Tratar de posicionarnos en un solo lugar, sin proceder al constante pisoteo del suelo, otro fenómeno negativo del público. Imaginen ustedes un grupo de más de mil personas pisoteando el terreno durante dos días produce el mismo efecto de erosión por pisoteo del ganado durante varios años.
• Tratar de no dañar las especies arbóreas y arbustivas autóctonas para alimentar las fogatas. Llevar leña de casa o buscar la que está seca y se encuentra desparramada por el suelo.
• Asegurarnos que todas las fogatas, tanto las nuestras como las ajenas, sean extinguidas debidamente.
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Algo bueno y que cada vez se observa más
Ayer, cuando llevaba a mi hijo y sus amigos al rally, nos detuvo la policía y un grupo de niños de una escuela de Ascochinga.
Nos entregaron una bolsa de residuos y un folleto realizado por ellos, que alertaba sobre estas conductas a tener en cuenta.
Y esto no debe pasar desapercibido, pues esos niños, con el tiempo que estaban dedicando a esta tarea, nos mostraban que ellos quieren que su espacio, que su ambiente, que su paisaje natural sea cuidado, porque lo consideran propio, porque lo quieren para el disfrute y nos están pidiendo que lo conservemos, al menos, en la misma forma que lo encontramos. Si no queremos mejorarlo, al menos no lo destruyamos.
Todo un ejemplo que cada día se ve más y que nos pone muy felices a quienes queremos conservar nuestros entornos
naturales de la mejor forma.
La meta de quienes protegemos el ambiente no es prohibir, sino pedir que se haga bien, que lo hagamos bien entre todos , que disfrutemos de este evento de la mejor forma, pero sin tener que lamentar siempre la triste huella de destrucción ambiental que trae como corolario esta competencia.
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Rally y medio ambiente
No se trata de denostar una competencia el rally mundial que se disputa en Córdoba, sino de evaluar nuestra conducta como espectadores.
Es sabido, porque quienes hoy tienen memoria lo recordarán, que en los años 1994 y 1999 nuestra institución -Asociación para la Difusión de los Programas de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ADNUMA)- presentó sendos recursos de amparo al Gobierno de Córdoba a fin de suspender un prime del rally que, atravesando una reserva en Río Ceballos, violaba el reglamento interno de dicha área natural.
Aquel tramo llamado “El Cuadrado” fue suspendido y hoy es impensable realizarlo pues el camino se encuentra asfaltado.
Los miembros de ADNUMA fuimos declarados “personas no gratas” en Río Ceballos por las autoridades locales.
En ambos casos, en los dos años que se presentaron estos amparos y que dicho tramo fue mutado a “tramo de enlace”, lo mismo acudió innumerable cantidad de público y en el primer año se quemaron más de 5000 Has de la reserva y en 1999 se quemaron, al otro día de la prueba, 15000 Has de la misma área natural, terminando con el monte nativo y el pastizal de altura, lo que fue en total detrimento de la cuenca del Dique La Quebrada, hecho hoy demostrado con años de sequía en el embalse.
El rally no es el problema, el problema es la época del año en que se realiza, época de secas en Córdba, salvo este año que nos han acompañado -felizmente- lluvias a destiempo.
Y el público asistente, que en forma desaprensiva y con una actitud que es ya toda una costumbre en nuestra provincia, lleva sus asados sin tomar las precauciones del caso, permitiendo que las llamas cobren vida en forma segura con la vegetación seca y provocando esos dantescos incendios a los que solemos estar tristemente acostumbrados los cordobeses.
El 99 por ciento de los incendios de las sierras son provocados por el hombre en forma intencional o por desaprensión.
Los incendios naturales son realmente escasos y muy raros. De hecho, el año pasado, el Gobierno de Córdoba nos sorprendió con un decreto mediante el cual prohibía expresamente la realización de fuegos de cualquier índole durante los días del rally y posteriores a los dantescos incendios que se venían comiendo la vegetación de las Sierras Chicas, medida que por cierto fue de muy difícil cumplimiento.
Valga como ejemplo que quien escribe estas líneas ha visto la desaprensión llevada a tal extremo, sin preocuparse de los bienes ajenos, que se han cortado postes y varillas de alambrados para hacer asado, con los consiguientes riesgos que esto trae: fuga de animales a la vía pública. A esto lo he visto con mis propios ojos en aquel tramo de El Cuadrado, cuando realizábamos los patrullajes posteriores al rally extinguiendo cuanto fuego veíamos encendido.
Otro elemento que hay que tener en cuenta es nuestra actitud de arrojar lo que nos sirve a cualquier parte, sin llevar nada con nosotros.?Entonces, luego de la competencia el escenario es muy triste, con miles y miles de botellas tiradas, bolsas de plástico por doquier y mucha, mucha basura muy difícil de degradar por nuestros ambientes naturales.
De esta manera, y desde el punto de vista ambiental, el rally se transforma en una competencia o un evento deficitario para Córdoba, donde no sólo debemos medir la cantidad de choripanes que se venden, de litros de gaseosa que se consumen o de camas que se ocupan, sino que también debemos tener en cuenta el alto impacto ambiental que trae consigo, daño que seguramente sería minimizado si nosotros fuéramos más respetuosos de ciertas normas que en este mismo artículo vamos a enumerar.
Guillermo G. del Valle - Presidente ADNUMA / Argentina
Consejos para vivir el rally en armonía con el entorno.
• Tener extremo cuidado con el fuego.?Si realmente es imperioso comer el asado de rigor, asegurarnos que al fuego lo hagamos en una cavidad que realicemos en el piso, protegiendo piedras el contorno para evitar que el viento realice su trabajo de llevarlo a donde no deseamos.
• Llevar todos los desperdicios que producimos durante el evento, procediendo a meterlos en una bolsa grande y llevándolos con nosotros de vuelta o depositándolos en los recipientes apropiados en alguna de las localidades por las que pasamos de regreso a casa.
• Tratar de posicionarnos en un solo lugar, sin proceder al constante pisoteo del suelo, otro fenómeno negativo del público. Imaginen ustedes un grupo de más de mil personas pisoteando el terreno durante dos días produce el mismo efecto de erosión por pisoteo del ganado durante varios años.
• Tratar de no dañar las especies arbóreas y arbustivas autóctonas para alimentar las fogatas. Llevar leña de casa o buscar la que está seca y se encuentra desparramada por el suelo.
• Asegurarnos que todas las fogatas, tanto las nuestras como las ajenas, sean extinguidas debidamente.
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Algo bueno y que cada vez se observa más
Ayer, cuando llevaba a mi hijo y sus amigos al rally, nos detuvo la policía y un grupo de niños de una escuela de Ascochinga.
Nos entregaron una bolsa de residuos y un folleto realizado por ellos, que alertaba sobre estas conductas a tener en cuenta.
Y esto no debe pasar desapercibido, pues esos niños, con el tiempo que estaban dedicando a esta tarea, nos mostraban que ellos quieren que su espacio, que su ambiente, que su paisaje natural sea cuidado, porque lo consideran propio, porque lo quieren para el disfrute y nos están pidiendo que lo conservemos, al menos, en la misma forma que lo encontramos. Si no queremos mejorarlo, al menos no lo destruyamos.
Todo un ejemplo que cada día se ve más y que nos pone muy felices a quienes queremos conservar nuestros entornos
naturales de la mejor forma.
La meta de quienes protegemos el ambiente no es prohibir, sino pedir que se haga bien, que lo hagamos bien entre todos , que disfrutemos de este evento de la mejor forma, pero sin tener que lamentar siempre la triste huella de destrucción ambiental que trae como corolario esta competencia.
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