18 abr 2011
Crese barre excusas para tirar papeles
8:40 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
Día a Día (18/04/2011)
Crese barre excusas para tirar papeles
La empresa de recolección de residuos quintuplicará el parque de cestos de basura en la ciudad. Colocará unos 4.000 nuevos.
La excusa de tirar botellitas o papeles al suelo en plena vereda por “falta de cestos” de por sí hace agua (deberían cargarse en mano, bolsillo o cartera hasta dar con alguno). Pero más endeble será en las próximas semanas, porque Crese promete multiplicar por cinco el parque de cestos de basura callejeros que hay en la ciudad: reemplazar los alrededor de mil que ya existen por nuevos y agregar otros cuatro mil, en sitios donde hasta ahora no se contaba con ese equipamiento urbano.
La empresa ya compró el primer lote y comenzó a colocarlos: “Mil cestos están yendo a reemplazar los que están dañados, en su mayoría en actos de vandalismo. Y a otros mil los estamos ubicando en lugares donde nunca hubo o quizá sí, pero hace muchos años”, le explicó a Día a Día Fernando Cámara, presidente de Crese. A la vez, ya está avanzada la licitación para la adquisición de otras tres mil unidades. Para el primer tramo, Crese invirtió alrededor de 1,5 millón de pesos (incluyendo los costos de financiamiento).
El aterrizaje de los papeleros en sitios inéditos se completó en avenida Alem y Juan B. Justo, y por estos días está avanzando a la zona norte: Rafael Nuñez, Caraffa y Octavio Pinto (ver mapas). En general, la nueva infraestructura irá a parar a avenidas de alta circulación peatonal o con mucho movimiento comercial, en diferentes zonas de la ciudad. La frecuencia con la que se montan es de dos a tres por cuadra, sobre ambos lados de la calle.
Bien escaso. Lo cierto es que los tachos callejeros vienen siendo desde hace mucho tiempo bien escaso en la ciudad.
Existen entre 300 y 400 “históricos”, colocados por Cliba al iniciar el cumplimiento de su contrato de higiene urbana con la Municipalidad, allá por 1997. Más acá, en 2008, el municipio ubicó otros 850. Todo ese parque se distribuía hasta ahora en el centro, en el pericentro (Nueva Córdoba y parte de Alberdi, entre otros lugares) y en los principales espacios verdes.
Con el nuevo programa, Crese planea renovar el mobiliario céntrico, ubicar unos 600 cestos en espacios verdes y sumar avenidas y calles transitadas en barrios.
Cámara explicó que la flamante infraestructura urbana implica sumar un nuevo servicio de barrido que, además de terminar de completar esa prestación en toda la ciudad (ver El grupo...), permitirá cubrir el vaciado de los cestos una vez a la semana. La mecánica es la siguiente: el operario que barre el borde de la vereda y deja lo acumulado embolsado en cada esquina, es el encargado de renovar también las bolsas de los cestos. Todo ese material es luego levantado por el camión de Crese afectado al barrido. “Creemos que en avenidas como Alem u Octavio Pinto la frecuencia semanal funcionará bien. En otras de mayor actividad quizá deba reforzarse”, estimó el funcionario.
Esto supone, claro está, el uso correcto de los cestos: que los peatones descarguen allí papeles, botellas y todos aquellos pequeños residuos que generan mientras circulan. Los tachos no están destinados en ningún caso a contener bolsas de residuos domiciliarios, restos de poda o escombros; aunque muchas veces terminan tapados con esa clase de basura.
Víctimas favoritas. Aunque el vandalismo es una pésima costumbre que daña a casi todos los elementos del mobiliario urbano, los cestos de residuos suelen ser una de sus víctimas favoritas. Las autoridades admiten que casi el ciento por ciento de los que se están reemplazando fueron dañados intencionalmente, y no a causa del deterioro lógico generado por su uso.
“Lo más común es que desprendan el tacho del soporte. Los nuevos que estamos colocando mantienen el sistema pivotante (deben moverse para poder vaciarse cuando se rompen las bolsas), pero son fuertes. Para desencajarlos hay que usar una amoladora”, dijo Cámara quien, sin embargo, confió en que la mayor parte de los vecinos celebrará la llegada de los tachos a lugares donde no había y les dará buen uso.
El “grupo 8” llega con la pala y la escoba
En los próximos días, comenzará a prestar servicio un nuevo grupo de operarios de la Crese dedicado a completar el barrido de calles en toda la ciudad: el grupo 8.
Fernando Cámara, titular de empresa estatal, explicó que la nueva brigada incluye a unos 50 empleados (esa es la dotación habitual de los equipos de barrido), y que su incorporación permitirá cumplir con una frecuencia semanal de ese servicio en todos los barrios de la ciudad.
Se trata de los empleados que recorren a pie los costados de las calles, barriendo y acumulando los residuos en bolsas que dejan en cada esquina. Luego, un camión específico de Crese levanta ese material.
¿Y la multa?
Mientras que arrojar basura domiciliaria o escombros en un baldío sí está tipificado como falta con multa prevista en la normativa municipal, tirar papeles, botellas y otros desechos al piso en, por ejemplo, plena área peatonal, no figura como conducta pasible de sanción. Hubo un intento en ese sentido en 2009, cuando el Ejecutivo envió al Concejo Deliberante un proyecto que, a la par de elevar fuertemente las multas para varias infracciones en materia de ambiente, creaba como falta el “arrojar residuos desde automóviles” a la calle o como peatón. También proponía multas a ambas infracciones. La idea no prosperó en el cuerpo legislativo.
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Crese barre excusas para tirar papeles
La empresa de recolección de residuos quintuplicará el parque de cestos de basura en la ciudad. Colocará unos 4.000 nuevos.
La excusa de tirar botellitas o papeles al suelo en plena vereda por “falta de cestos” de por sí hace agua (deberían cargarse en mano, bolsillo o cartera hasta dar con alguno). Pero más endeble será en las próximas semanas, porque Crese promete multiplicar por cinco el parque de cestos de basura callejeros que hay en la ciudad: reemplazar los alrededor de mil que ya existen por nuevos y agregar otros cuatro mil, en sitios donde hasta ahora no se contaba con ese equipamiento urbano.
La empresa ya compró el primer lote y comenzó a colocarlos: “Mil cestos están yendo a reemplazar los que están dañados, en su mayoría en actos de vandalismo. Y a otros mil los estamos ubicando en lugares donde nunca hubo o quizá sí, pero hace muchos años”, le explicó a Día a Día Fernando Cámara, presidente de Crese. A la vez, ya está avanzada la licitación para la adquisición de otras tres mil unidades. Para el primer tramo, Crese invirtió alrededor de 1,5 millón de pesos (incluyendo los costos de financiamiento).
El aterrizaje de los papeleros en sitios inéditos se completó en avenida Alem y Juan B. Justo, y por estos días está avanzando a la zona norte: Rafael Nuñez, Caraffa y Octavio Pinto (ver mapas). En general, la nueva infraestructura irá a parar a avenidas de alta circulación peatonal o con mucho movimiento comercial, en diferentes zonas de la ciudad. La frecuencia con la que se montan es de dos a tres por cuadra, sobre ambos lados de la calle.
Bien escaso. Lo cierto es que los tachos callejeros vienen siendo desde hace mucho tiempo bien escaso en la ciudad.
Existen entre 300 y 400 “históricos”, colocados por Cliba al iniciar el cumplimiento de su contrato de higiene urbana con la Municipalidad, allá por 1997. Más acá, en 2008, el municipio ubicó otros 850. Todo ese parque se distribuía hasta ahora en el centro, en el pericentro (Nueva Córdoba y parte de Alberdi, entre otros lugares) y en los principales espacios verdes.
Con el nuevo programa, Crese planea renovar el mobiliario céntrico, ubicar unos 600 cestos en espacios verdes y sumar avenidas y calles transitadas en barrios.
Cámara explicó que la flamante infraestructura urbana implica sumar un nuevo servicio de barrido que, además de terminar de completar esa prestación en toda la ciudad (ver El grupo...), permitirá cubrir el vaciado de los cestos una vez a la semana. La mecánica es la siguiente: el operario que barre el borde de la vereda y deja lo acumulado embolsado en cada esquina, es el encargado de renovar también las bolsas de los cestos. Todo ese material es luego levantado por el camión de Crese afectado al barrido. “Creemos que en avenidas como Alem u Octavio Pinto la frecuencia semanal funcionará bien. En otras de mayor actividad quizá deba reforzarse”, estimó el funcionario.
Esto supone, claro está, el uso correcto de los cestos: que los peatones descarguen allí papeles, botellas y todos aquellos pequeños residuos que generan mientras circulan. Los tachos no están destinados en ningún caso a contener bolsas de residuos domiciliarios, restos de poda o escombros; aunque muchas veces terminan tapados con esa clase de basura.
Víctimas favoritas. Aunque el vandalismo es una pésima costumbre que daña a casi todos los elementos del mobiliario urbano, los cestos de residuos suelen ser una de sus víctimas favoritas. Las autoridades admiten que casi el ciento por ciento de los que se están reemplazando fueron dañados intencionalmente, y no a causa del deterioro lógico generado por su uso.
“Lo más común es que desprendan el tacho del soporte. Los nuevos que estamos colocando mantienen el sistema pivotante (deben moverse para poder vaciarse cuando se rompen las bolsas), pero son fuertes. Para desencajarlos hay que usar una amoladora”, dijo Cámara quien, sin embargo, confió en que la mayor parte de los vecinos celebrará la llegada de los tachos a lugares donde no había y les dará buen uso.
El “grupo 8” llega con la pala y la escoba
En los próximos días, comenzará a prestar servicio un nuevo grupo de operarios de la Crese dedicado a completar el barrido de calles en toda la ciudad: el grupo 8.
Fernando Cámara, titular de empresa estatal, explicó que la nueva brigada incluye a unos 50 empleados (esa es la dotación habitual de los equipos de barrido), y que su incorporación permitirá cumplir con una frecuencia semanal de ese servicio en todos los barrios de la ciudad.
Se trata de los empleados que recorren a pie los costados de las calles, barriendo y acumulando los residuos en bolsas que dejan en cada esquina. Luego, un camión específico de Crese levanta ese material.
¿Y la multa?
Mientras que arrojar basura domiciliaria o escombros en un baldío sí está tipificado como falta con multa prevista en la normativa municipal, tirar papeles, botellas y otros desechos al piso en, por ejemplo, plena área peatonal, no figura como conducta pasible de sanción. Hubo un intento en ese sentido en 2009, cuando el Ejecutivo envió al Concejo Deliberante un proyecto que, a la par de elevar fuertemente las multas para varias infracciones en materia de ambiente, creaba como falta el “arrojar residuos desde automóviles” a la calle o como peatón. También proponía multas a ambas infracciones. La idea no prosperó en el cuerpo legislativo.
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