29 ene 2024

A pensar como ciudad de Córdoba enfrenta en nuevo clima

 


La Voz del Interior - Edición Electrónica (29/01/2024)
Expertos en ciudades: ¿cómo podría Córdoba volverse más sustentable y menos inundable?

Las últimas tormentas severas que impactaron a la ciudad de Córdoba dejaron al descubierto fallas en las estructuras urbanas: desprendimientos asfálticos, socavones y desbordes hídricos fueron algunas de las consecuencias.
Ese panorama dispara interrogantes en varios sentidos. También desde una perspectiva ecosistémica: ¿Las erosiones en el suelo son consecuencias de la urbanización? ¿Cómo afecta la carencia de perspectivas más ambientales? ¿Córdoba puede ser una ciudad más sustentable?
Estas son algunas de las interpelaciones a las que responden dos especialistas en la temática, quienes trabajan en un cambio de paradigma hacia una ciudad “más amigable” con el ambiente.
El arquitecto Edgardo Suárez, director del Instituto de Sustentabilidad Edilicia (ISE) del Colegio de Arquitectos de la provincia de Córdoba (CA), junto a un equipo interdisciplinario de investigadores, viene estudiando desde hace 10 años la necesidad de convertir a Córdoba en una ciudad más sostenible y sustentable.
Para ello, desarrolló desde hace cinco años el primer sistema de etiquetación de sustentabilidad para edificios y así medir variables como energía, ciclo del agua, materiales y otros. Ahora, trabaja sobre un código para regular el uso del suelo urbano de manera más sustentable.
“Con ese código estableceremos cuáles son las virtudes de Córdoba. Sabemos que hay que atacar uno de los problemas más graves que tiene la ciudad: la impermeabilización urbana”, manifestó Suárez.
Eso genera un problema en la absorción del agua de las lluvias. Y convierten a Córdoba en “la isla de calor más grande del país”, advirtió.
Lo que produce el aumento del consumo de energía y, en paralelo, el creciente uso de sistemas de refrigeración tampoco ayuda porque “tira más aire caliente”.
Para remediarlo, la propuesta es convertir a Córdoba en una ciudad con mayores servicios ecosistémicos o ambientales.

Mayor densidad
Miguel Martiarena, doctor en Arquitectura e investigador de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), señaló que “la urbanización es imprescindible” pero aclara que falta “una buena urbanización”. Para ello plantea, primero, la necesidad de una mayor densidad (edificios en altura) y que la ciudad no se extienda hacia las Sierras.
Además, es necesario –apuntó– una mayor cobertura de espacios verdes en veredas, y reforzar el arbolado en las plazas.
En 2021, Martiarena realizó un estudio cuyos resultados determinaron que el 62,5% de los espacios verdes de Córdoba carecían de suficiente vegetación.
Aunque en los últimos años hubo una mejora, para el investigador hace falta más reforestación, y propone convertir en reserva las costas del río Suquía y las zonas de la Cañada que aún no están canalizadas.

Código de sustentabilidad urbana: de qué se trata
El proyecto para implementar un código de sustentabilidad urbana permitiría regular el suelo de forma ecológica mediante la recolección de agua, el uso sustentable de la energía y la mayor cobertura vegetal, entre otros servicios ecosistémicos.
“Córdoba quiere ser una ciudad más sostenible y para lograrlo la cuestión ambiental es el tema central”, aportó Suárez.
A la vez, opinó que en las ciudades históricamente se pavimentó, sin contemplar lo suficiente el destino de las aguas. “Y la realidad la lleva puesta”, indicó. “El fenómeno del cambio climático está avisando”, agregó.
El especialista destacó que si bien hubo algunos cambios positivos en materia ambiental, hay que seguir trabajando e incentivar a quienes invierten en infraestructura: “Hace 25 años, la ciudad se dio cuenta de que tenía que mirar al río, pero hace poco que empezó a reforestar”, sostuvo.
El código que propone regularía las edificaciones nuevas, pero también las que ya están en pie. “Hay que pensar los procesos de urbanización de manera inclusiva, considerar los servicios ecosistémicos que son los verdaderos cambios de paradigmas”, reforzó.
También apuntó a mejorar la eficiencia de los materiales para la construcción (como superficies permeables) y disminuir la huella de carbono.
Para el especialista, la ciudad fue construida “para los autos” y por eso planteó que hay que ir reduciendo la cantidad de asfalto y que se compense con “más verde”.

El “etiquetado edilicio”
En Córdoba existe el protocolo de “Etiquetación de Sustentabilidad Edilicia” del Colegio de Arquitectos, un sistema ordenado de verificación y funcionamiento de eficiencia ambiental edilicia. Hasta ahora, se realizaron más de 80 etiquetados en edificios en toda la provincia.
La medición se hace con 32 variables y se controlan seis etiquetas: eficiencia energética global y particular (térmica, eléctrica, envolvente, entre otras), consumo eficiente del agua, uso sustentable de los materiales, respeto y conservación por el ambiente construido y natural, confort bioambiental, y gestión sustentable eficiente (construcción y uso).
“Los edificios son las células donde se originan los desequilibrios. Son ineficientes”, argumentó a su vez Suárez.
“Como nadie está preocupado por cubrir los servicios ecosistémicos, los desarrollistas impermeabilizan y lotean. Es algo que sucede en todo el país. Y eso que estamos frente al cambio climático”, subrayó.

Una buena urbanización
El arquitecto Martiarena argumentó que para que la ciudad sea permeable hay que construir también “techos verdes” con huertas, edificios con jardines. Y las plazas tienen que estar bien distribuidas y contener al menos dos tercios de cobertura arbórea.
Eso permitirá “mayor vitalidad urbana”, y más cantidad de personas en la calle. “Los vecinos están lejos de los espacios verdes, sobre todo los de barrios pericentrales (como Alberdi, Alta Córdoba, General Paz) donde hay solamente una plaza”, señaló.
Y marcó que “hay que inventar una estrategia para poner más árboles en las veredas”.
Planteó que hay falencias de años por no reforestar, y que “se debe verificar si los nuevos árboles están vivos y así dentro de cinco años tendremos buenos arbolados”.
Para Martiarena, si la vegetación es suficiente el agua se retiene, y si las plazas están bien distribuidas y forestadas actúan como lagunas de retardo.
Y propuso una ciudad más inclusiva donde los ciudadanos participen en la gobernanza sobre cuestiones ambientales y exijan que se cuide el ambiente.
A la vez, contó que si bien existe la ordenanza municipal 9.962 que traza una serie de “criterios para el diseño y conformación arquitectónico-urbanística y ambiental de los espacios verdes públicos”, esta norma no está reglamentada. Y además, ya hay que actualizarla.

Cambio de paradigma
“Las soluciones más sencillas son las más difíciles de tomar porque implica ponerse a trabajar, y no solo el Estado”, refirió Suárez.
Actualmente, la plaza de Las Américas es el único espacio público que cuenta con una cisterna de 40 mil litros para retener agua de lluvia, y tiene pavimento permeable, al igual que las ciclopostas.
A la vez, remarcó que esta plaza bien podría funcionar como un refugio climático urbano (un espacio que ofrece condiciones ambientales benignas o de confort climático, por ejemplo, ante las altas temperaturas). Y adelantó que están en vías de hacer más de este tipo de espacios en Córdoba.
“Si todos los parques y plazas tuvieran servicios ecosistémicos no solo propios sino de los vecinos, y a su vez los edificios retuvieran más agua, sería casi un mundo perfecto”, expresó el especialista.
“Si se sigue construyendo sin tener en cuenta las variables ambientales, la ciudad se va a inundar”, advirtió el arquitecto. Y añadió que “hay ignorancia sobre ecología urbana”.

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