17 jul 2021

Calamuchita: encuentan metales pesados en peces

 


La Voz del Interior (17/07/2021)
Detectan metales pesados en peces de un embalse en Córdoba

Un estudio de investigadoras de la UNC determinó la presencia de varios elementos, entre ellos mercurio y arsénico, en varias especies del dique de Embalse, en Calamuchita. Antes, se había obtenido similar resultado en el San Roque, de Punilla.
Un estudio realizado por tres investigadoras de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) reveló que los peces del lago de Embalse, en Calamuchita, tienen en sus músculos valores de mercurio y de arsénico que exceden los permitidos para su consumo según tres índices internacionales.
A través de estos cálculos, una ingesta reiterada de pejerrey, por ejemplo, podría provocar daños en la salud del consumidor con el paso del tiempo.
Sin buscar instalar pánico colectivo ni preocupación, una de las autoras aclaró a La Voz que los datos encienden una luz amarilla y son un indicador que evidencia problemas de contaminación en el ecosistema del lago más grande de Córdoba.
La investigación fue realizada por las doctoras en ciencias biológicas Paola Garnero y María de los Ángeles Bistoni, ambas investigadoras del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (Idea–UNC y Conicet); y por la doctora en ciencias químicas Magdalena Monferrán, del Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici –UNC y Conicet).
Garnero contó a La Voz que las muestras se tomaron en julio de 2014 (estación seca) y en marzo de 2015 (período húmedo). Los datos se procesaron y se compararon con parámetros internacionales. La publicación científica data del año 2020 y recientemente la difundió el sitio UNCiencia.
Las muestras se extrajeron de tres zonas diferentes: en la desembocadura del río Grande, un lugar rodeado de cultivos principalmente de soja; en la zona turística cercana a la localidad de Embalse, con más asentamientos humanos; y en cercanías al canal de enfriamiento de agua de la Central Nuclear, donde también se conjugan prácticas agrícolas.
El estudio analizó la concentración de aluminio, cromo, estroncio, cadmio, níquel, plomo, selenio, mercurio y arsénico en seis especies distintas.
Las muestras de tararira, pejerrey, dientudo, bagre y dos tipos diferentes de mojarra, evidenciaron una acumulación de los elementos químicos.
El pejerrey, la especie más emblemática del embalse, fue una de las variedades que presentó los valores más altos de acumulación.
Los elementos que “más ruido” hacen, por su toxicidad, son mercurio y arsénico.
“Con esos datos trazaron distintas evaluaciones de riesgo, establecidas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, como la ingesta diaria admitida, el consumo de pescado a lo largo de la vida, y el riesgo carcinogénico”, detalla el artículo de María José Villalba, para UNCiencia.
Para valorar el riesgo potencial, tomaron como parámetro los niveles máximos permitidos por cada uno de los índices de consumo calculados de ingesta a determinados metales, conocidos como “dosis oral de referencia”, una variable fijada por la EPA.
Analizaron, a su vez, los efectos según la frecuencia del consumo en la población en base a dosis recomendadas por la American Heart Association. El grupo de mayor riesgo es el que consume hasta ocho piezas por mes. “El arsénico y el mercurio superaron los valores límites establecidos cuando calculamos los índices de consumo”, subrayó Garnero.

Puntapié inicial
Sobre el arsénico, sostuvo que puede estar presente en el suelo y otras fuentes que no lograron identificar. “Respecto al mercurio, es un elemento muy volátil y su desecho puede generarse incluso en otra provincia y viajar a través de la atmósfera y por medio de la lluvia decantar y terminar en el suelo o en el agua”, agregó.
También apuntó a los residuos domésticos, como baterías o tubos fluorescentes que contienen trazas muy pequeñas de mercurio que pueden contribuir en estos valores. También recordó que hasta 2010 funcionó una planta de cloro álcali, en el polo industrial de Río Tercero, que podría haber utilizado mercurio.
El estudio no profundiza en las potenciales fuentes generadoras, apenas esboza algunas hipótesis.
La bióloga sugirió que este estudio se tome como “puntapié inicial” para avanzar en investigaciones posteriores. Y descartó que este caso pueda tener relación, por los elementos medidos, con el funcionamiento de la central nuclear.
“Con sólo este trabajo no queremos alarmar a la población; es un estudio inicial, un puntapié para futuras investigaciones, la realidad es que los peces acumularon metales en los músculos y los índices están basados en distintos parámetros, peso, cantidad consumida, cantidad de años que se consume, sería ideal hacer un seguimiento, para ir confirmando lo que vimos y promover medidas de remediación”, señaló la investigadora.
“Que la gente no sienta que si va a comer mañana un pescado de este embalse, va a tener un problema”, aclaró la bióloga Garnero.
Otra investigación de algunas de estas autoras, referida al lago San Roque (en Punilla), también arrojó índices altos de concentración de mercurio y de arsénico en peces. Según aclararon, no es viable efectuar una comparación lineal, por la complejidad de cada sistema lacustre y los diversos y diferentes factores que rodean a cada uno.
Otros diques no han sido investigados en esta materia.

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