12 sept 2020

Los conflictos por nuevos loteos en Sierras Chicas siguen

 


La Voz del Interior (12/09/2020)
La pandemia no paró los conflictos por nuevos loteos en Sierras Chicas

Los avances en urbanizaciones siguen sumando reclamos, con vecinos que se movilizan por el impacto sobre los recursos naturales y por la deforestación. Un debate que no cesa en la agenda regional.
La explosión demográfica que experimenta Sierras Chicas desde hace dos décadas es captada por inversores inmobiliarios, de la mano del interés de tantos por mudarse a esta zona vecina de la Capital.
La alta demanda suma conflictos. Por caso, con lotes que se venden sin escritura. O por el avance de la deforestación, la remoción de suelos y hasta el impacto en cauces de ríos, para hacerles lugar a más migrantes.  
Esa problemática no se ha paralizado en tiempos de pandemia. Hasta parece haberse exacerbado, aprovechando que los municipios tienen menos recursos de control ante urbanizaciones que no siempre respetan los códigos de ordenamiento urbano vigentes.
Vecinos de Río Ceballos, de Villa Allende, de La Calera y de Salsipuedes se movilizan por estos días en reclamo por las nuevas urbanizaciones que –aseguran– avanzan sobre bosques y reservas naturales de Sierras Chicas.

En Río Ceballos
En barrio Ñu Porá, en Río Ceballos, los vecinos denunciaron el movimiento de suelo y advirtieron que no debería urbanizarse por la erosionalidad del terreno. También lo plantean para otras zonas como Terrazas, El Vergel, Agua del Peñón y Los Manantiales.
Mabel Aramburo, vecina de Ñu Porá, manifestó que “a fines de junio excavaron con máquinas y siguieron desmontando en esta montaña, que es el único cerro intacto”.
La directora de Ambiente de Río Ceballos, Silvana Herrero, confirmó desmontes en lotes individuales. “Pero no se hicieron nuevos loteos”, aclaró, tras citar que se labraron 14 actas y se ordenó la remediación para evitar desprendimientos de suelos hacia la zona baja.
“Incluso estamos haciendo guardia los fines de semana, y tuvimos reincidencias”, apuntó.
En Río Ceballos, una ordenanza establece que los propietarios deben pedir autorización antes de talar en sus terrenos.   
A la vez, vecinos se movilizaron contra la extracción de árboles en la ribera del río, en barrio La Quebrada, y en la costanera del arroyo Mal Paso.
Además, pidieron al municipio que se evitara la limpieza del cauce con máquinas, implementada tras las inundaciones de 2015.
Marien Quinteros, vecina del barrio, dijo: “Nosotros habitamos acá y sabemos cómo cuidar el patrimonio natural. No queremos que pasen máquinas. Nos costó mucho recuperar el río todos estos años”.
Otra denuncia es por un proyecto de construcción de departamentos en barrio Pérez Taboada que implicaría –dicen– sacar árboles de la Reserva Hídrica Natural Parque La Quebrada. Ante el planteo, el Concejo Deliberante resolvió la paralización de obras y solicitó al Ejecutivo un informe técnico.

En Villa Allende
Vecinos y organizaciones ambientalistas se movilizaron en autos y en bicicletas en defensa de la Reserva Hídrica y Natural de Villa Allende. Fue una de las zonas donde el fuego reciente quemó nuevamente bosque.
Esa reserva municipal tiene más de siete mil hectáreas y colinda con Saldán, La Calera, Cosquín, Unquillo y Mendiolaza.
Los vecinos movilizados cuestionan las explotaciones mineras que avanzan sobre esa área y solicitan que la reserva sea protegida, preservada y administrada a través de un plan consensuado por especialistas.

Casa Bamba
Otros vecinos llevan a cabo un acampe en barrio Casa Bamba, sobre la ruta E-55, en La Calera. Ese paraje forma parte de la Reserva Hídrica y Natural Bamba, y allí viven unas 70 personas, aunque es un área considerada “zona roja” de bosque nativo.
Persiste allí un conflicto vecinal con una empresa minera que cerró un camino (que asegura está en su propiedad), pero que los dejó aislados, por lo que recurrieron a la Justicia.   
También cuestionan que la reserva municipal sea sólo en los papeles: piden que se reglamente su uso para preservarla y que se designen guardaparques.

Por Salsipuedes
Vecinos y organizaciones en Salsipuedes suman denuncias por intervenciones en loteos en sitios en los que, sostienen, no deberían avanzar. “En algunos casos se detuvo y en otros continúan”, afirman desde Casa Común, grupo vecinal que ve peligrar los recursos naturales, históricos y arqueológicos de la ciudad.
En barrio Villa Silvina, aseguran que en plena pandemia las maquinarias abrieron caminos y sacaron árboles en Estancia San Miguel, con ingreso por ruta E-53. El predio tiene 200 lotes que datan de 1939, destinados a viviendas.
Casa Común considera que dicho loteo se encuentra dentro de zona roja, según la ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN), y notificaron a Ambiente y a Recursos Hídricos de la Provincia, al municipio y a la Justicia.
Además, Vecinos Autoconvocados denunciaron la intervención en la ribera del río Salsipuedes por parte de la empresa loteadora.
“Más allá de las denuncias que hicimos, el municipio puede actuar por su cuenta. Esto es zona roja, reservada para bosque nativo”, apuntó Victoria Marazzi.  
Asegura que denunciaron otros emprendimientos, como La Comarca, en un predio de 50 lotes. “Allí se comenzó a limpiar, pero logramos que interviniera Policía Ambiental y se frenó”, acotó.
La zona que rodea el loteo de Estancia San Miguel forma parte del circuito turístico y recreativo Huellas de Citón, que recorre varias grutas, una vertiente de la que los vecinos se proveen de agua y conserva un diquecito creado por una antigua acequia.
Allí se encuentran las ruinas de un hotel, una pileta y un túnel en bovedilla. “Hay que luchar para que se conserve lo histórico como patrimonio local”, consideró Isabel Donato.
Nicolás Frutos, de Ambiente de la Municipalidad de Salsipuedes, confirmó que “aunque es un loteo constituido en 1939, gran parte ahora es zona roja para la ley”.
Marcó que la idea es preservar el arbolado, la fauna y las construcciones antiguas, aclaró que la nueva toma de agua en marcha fue autorizada por la Provincia y acentuó que no se dará aval para erigir un barrio cerrado porque una ordenanza impide esa modalidad.
Adrián Rinaudo, director de Policía Ambiental de la Provincia, explicó que recibieron denuncias y constataron una limpieza perimetral del loteo y un trabajo en el río para una toma de agua con perforación. “Lo que están haciendo está acorde con lo autorizado”, aclaró.
Según Rinaudo, no se avanzó en el loteo y para eso la empresa deberá presentar en Ambiente una “auditoria de cumplimiento”, pero no un estudio de impacto ambiental, porque ya hay viviendas allí.
Luis Salamone, a cargo de las obras para la empresa inversora, expresó que cuentan con la aprobación de los entes provinciales. “Lo que se está haciendo es dotar de infraestructura nueva a un barrio antiguo”, señaló.
Citó que la toma de agua “es una modernización de la que existe hace 80 años” y que será transferida al municipio para mejorar el servicio en un barrio vecino.
También aseguró que se recuperarán el patrimonio arquitectónico (hotel, pileta, túnel, acequias y oratorio) y el bosque nativo, con un programa ya aprobado por Ambiente, sobre un proyecto de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Córdoba.
“Ya determinaron que sólo existen entre uno y tres ejemplares nativos por hectárea, ya que todo fue asfixiado por los siempreverde”, puntualizó, sobre la invasión de esa planta exótica.
Salamone subrayó que la ley de bosques estipula que “cuando hay usos preexistentes, prevalece ese uso. Y en este caso, es el loteo”.

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