2 dic 2010

Bolsas de plástico en la cresta de la ola

La Voz del Interior - Edición Electrónica (02/12/2010)
Desterrar las bolsas de plástico

Frente a la vigencia de una ley, no caben vacilaciones ni medias tintas. Ésta debe aplicarse con el espíritu de erradicar las bolsas de plástico que dañan el ambiente y la visual en toda la provincia.
El ser humano es un animal de costumbres, afirma un refrán muy popular. Tan cierto como ese dicho es que también tiene una capacidad de adaptación que le ha permitido sobrevivir como especie a lo largo de miles de años, sorteando catástrofes y cambios de todo tipo en su entorno y mejorando sus condiciones y calidad de vida. Parece, sin embargo, que cuanto más sofisticada y compleja se vuelve la civilización, menos fuerza tiene ese instinto de conservación primario que lo caracteriza.
Basta imaginar hoy una mirada que abarque a toda la Tierra para comprender lo que tratamos de expresar. Quien pudiera disfrutar de ese privilegio quedaría boquiabierto al comprobar el esmero con que sus habitantes se empeñan en destruir el planeta en el que viven.
Es en esta perspectiva que debe incluirse la cuestión de las bolsas de plástico en Córdoba, que tantas dudas, matices e idas y vueltas genera por estos días y que no puede concluir sino con su erradicación total. De todos modos, este primer paso –la eliminación paulatina de las bolsas de plástico a partir del 1º de marzo próximo– es auspicioso, más allá de ciertos cuestionamientos. Porque no se trata sólo de eliminar una bolsa de polietileno; es preciso asumir que nuestros hábitos de consumo están afectando al planeta y es momento de cambiar.
Si el ciego consumismo no quiere saber nada de complicaciones y requiere, para llevar más fácil las mercaderías a casa, ingentes cantidades de bolsas de plástico, a las que luego se arroja a la calle; si se siguen tirando botellas también plásticas por las ventanillas de los autos con total desparpajo y no se utilizan los envases descartables que ya están ampliamente difundidos; en suma, si el vector fundamental de la contaminación –los seres humanos– no toma conciencia y revierte sus paradigmas, nos encontraríamos con una conducta suicida en la que ni siquiera el instinto de conservación está presente.
Si esta conducta es inadmisible, mucho peor es que las autoridades no hayan hecho nada hasta ahora para aplicar una norma que la Legislatura provincial había sancionado hace un año y debió regir desde días atrás. En este tema, resulta más nociva una norma que no se aplica que su ausencia, porque la falta de una efectiva vigencia juega en contra del compromiso indispensable de los ciudadanos que deben cambiar sus pautas de vida y consumo, además de exigir que los actores involucrados cumplan la ley.
Junto a esta actitud, será necesario evaluar con seriedad las advertencias de Silvana Buján, vocera de Renace, un red de entidades ambientalistas de todo el país, y Raúl Montenegro, de Funam, en el sentido de que “si se reemplazan las bolsas de polietileno comunes por las llamadas oxobiodegradables, es un engaño” y que se trata sólo de un negocio para favorecer a un proveedor en lugar de otro.

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Más Información:

La Mañana de Córdoba - Edición Electrónica (02/12/2010)
- Califican de “gran negocio” uso de bolsas oxibiodegradables

Día a Día - Edición Electrónica (02/12/2010)
- Bolsas oxibiodegradables ¿prohibidas por blooper?

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