17 dic 2010
RSU: de problema a oportunidad
7:48 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (17/12/2010)
Cuando el problema se transforma en una oportunidad
Por Ing. Fernando Llaryora - Ipepp - Frente Cívico
Aprovechar la experiencia europea y adecuarla a nuestra realidad ciudadana nos permitiría ahorrar tiempo y recursos. Ing. Fernando Llaryora.
“Para nosotros, la basura no es un problema: es un recurso”. Sobre esta premisa trabajan los italianos en la mayor parte de su país y pretenden aplicar estas políticas que se les impone desde la Unión Europea con ingenio y alicientes oficiales, pero sobre todo con creatividad en la educación ciudadana.
El Congreso Internacional sobre Energía Limpia y Políticas de Estado al que asistí en octubre de este año en Roma, giró sobre la importancia de establecer normas a mediano y largo plazo en materia de tratamiento de residuos, demostrando que cuando una comunidad se toma en serio este tema, se cambia totalmente la visión.
Quiero decir que, mientras nosotros nos debatimos todavía entre llamados a licitaciones públicas con fracaso garantizado, el municipio busca un predio para el enterramiento sanitario y se discute qué hacer con los basurales clandestinos y a cielo abierto, en Europa (y después de su traumática experiencia, también), los italianos llevan adelante programas que involucran desde pequeños municipios, hasta las ciudades con más habitantes (como Roma).
Aprovechar la experiencia europea y adecuarla a nuestra realidad ciudadana nos permitiría ahorrar tiempo y recursos, que tanto escasean en nuestro país. Esto significa que un tratamiento racional de la recolección de residuos permite hacer economía de recursos, ya que se trasladan menores volúmenes y se pueden aprovechar más los elementos reciclables.
Para completar el círculo, los italianos han convertido a la industria del reciclado de basura, en una multiplicadora de puestos de trabajo.
Sólo para citar un ejemplo: el reciclado de neumáticos (que aquí podemos encontrar convertidos en focos infecciosos o en tóxica humareda), en Italia se transforma en alfombras, muebles y hasta relleno de pavimento, que las Pyme ofrecen a particulares y al propio Estado.
La mayoría de las ciudades y comunas italianas respeta la legislación vigente en toda Europa y lo hace siguiendo pasos sencillos que cualquier comunidad podría aplicar si estuviera dispuesta a respetar la salud personal y del medioambiente de sus vecinos. Ellos le proponen a su comunidad dividir a sus residuos en dos: los húmedos (orgánicos) y los secos (inorgánicos).
Luego, se prevé que la clasificación de los residuos secos se divida aún más.
Para eso, a partir del tercer año de iniciada la campaña, se indica separarlos en papel y plástico, y después del quinto año se separa también el vidrio. Finalmente, a partir del séptimo, año se incorpora la clasificación del metal.
Sólo para comparar, actualmente los porcentajes de residuos sólidos urbanos en Italia se dividen en 45 por ciento de orgánico, 26 por ciento de papel, 14 por ciento de plástico, nueve por ciento de vidrio y seis por ciento metálico. En nuestro país, sólo el material orgánico llega a más del 50 por ciento.
Clasificar y tratar. Es importante destacar también que en Italia cobra importancia el reciclado de elementos altamente contaminantes, como los artefactos eléctricos en desuso (computadoras, juguetes, electrodomésticos).
Este rubro llegó a los 14 kilos por habitante por año, lo que obligó a algunas comunas a planificar la reducción de esta producción.
Este método de clasificación y tratamiento de los residuos sólidos urbanos es una tendencia mundial en países desarrollados, pero aquí estamos muy lejos siquiera de comenzar a considerar esta realidad como una problemática a resolver.
La ciudad de Bari (en la costa del Mar Adriático) es considerada un ejemplo en las aplicación de las políticas de energía limpia. Toda esa región le cobra a sus ciudades y comunas el llamado “impuesto ecológico”, que los vecinos pagan como otra carga impositiva, pero que es devengado si sus autoridades (intendentes) cumplen con las políticas impuestas por la Unión Europea en materia de residuos urbanos.
Desde esta experiencia, podemos afirmar que la incineración no es una solución a la problemática de los residuos, sino que se contradice con los objetivos principales de cualquier plan para disminuir su impacto en la salud de los vecinos.
No es necesario entonces recordar que el tratamiento de los residuos es una materia pendiente en nuestra comunidad, pero tal vez sí lo sea reconocer de una buena vez que debemos comenzar a hablar de estos temas, más aún sabiendo que otras comunidades se han enfrentado a iguales desafíos y los resolvieron transformando el problema en una oportunidad.
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Cuando el problema se transforma en una oportunidad
Por Ing. Fernando Llaryora - Ipepp - Frente Cívico
Aprovechar la experiencia europea y adecuarla a nuestra realidad ciudadana nos permitiría ahorrar tiempo y recursos. Ing. Fernando Llaryora.
“Para nosotros, la basura no es un problema: es un recurso”. Sobre esta premisa trabajan los italianos en la mayor parte de su país y pretenden aplicar estas políticas que se les impone desde la Unión Europea con ingenio y alicientes oficiales, pero sobre todo con creatividad en la educación ciudadana.
El Congreso Internacional sobre Energía Limpia y Políticas de Estado al que asistí en octubre de este año en Roma, giró sobre la importancia de establecer normas a mediano y largo plazo en materia de tratamiento de residuos, demostrando que cuando una comunidad se toma en serio este tema, se cambia totalmente la visión.
Quiero decir que, mientras nosotros nos debatimos todavía entre llamados a licitaciones públicas con fracaso garantizado, el municipio busca un predio para el enterramiento sanitario y se discute qué hacer con los basurales clandestinos y a cielo abierto, en Europa (y después de su traumática experiencia, también), los italianos llevan adelante programas que involucran desde pequeños municipios, hasta las ciudades con más habitantes (como Roma).
Aprovechar la experiencia europea y adecuarla a nuestra realidad ciudadana nos permitiría ahorrar tiempo y recursos, que tanto escasean en nuestro país. Esto significa que un tratamiento racional de la recolección de residuos permite hacer economía de recursos, ya que se trasladan menores volúmenes y se pueden aprovechar más los elementos reciclables.
Para completar el círculo, los italianos han convertido a la industria del reciclado de basura, en una multiplicadora de puestos de trabajo.
Sólo para citar un ejemplo: el reciclado de neumáticos (que aquí podemos encontrar convertidos en focos infecciosos o en tóxica humareda), en Italia se transforma en alfombras, muebles y hasta relleno de pavimento, que las Pyme ofrecen a particulares y al propio Estado.
La mayoría de las ciudades y comunas italianas respeta la legislación vigente en toda Europa y lo hace siguiendo pasos sencillos que cualquier comunidad podría aplicar si estuviera dispuesta a respetar la salud personal y del medioambiente de sus vecinos. Ellos le proponen a su comunidad dividir a sus residuos en dos: los húmedos (orgánicos) y los secos (inorgánicos).
Luego, se prevé que la clasificación de los residuos secos se divida aún más.
Para eso, a partir del tercer año de iniciada la campaña, se indica separarlos en papel y plástico, y después del quinto año se separa también el vidrio. Finalmente, a partir del séptimo, año se incorpora la clasificación del metal.
Sólo para comparar, actualmente los porcentajes de residuos sólidos urbanos en Italia se dividen en 45 por ciento de orgánico, 26 por ciento de papel, 14 por ciento de plástico, nueve por ciento de vidrio y seis por ciento metálico. En nuestro país, sólo el material orgánico llega a más del 50 por ciento.
Clasificar y tratar. Es importante destacar también que en Italia cobra importancia el reciclado de elementos altamente contaminantes, como los artefactos eléctricos en desuso (computadoras, juguetes, electrodomésticos).
Este rubro llegó a los 14 kilos por habitante por año, lo que obligó a algunas comunas a planificar la reducción de esta producción.
Este método de clasificación y tratamiento de los residuos sólidos urbanos es una tendencia mundial en países desarrollados, pero aquí estamos muy lejos siquiera de comenzar a considerar esta realidad como una problemática a resolver.
La ciudad de Bari (en la costa del Mar Adriático) es considerada un ejemplo en las aplicación de las políticas de energía limpia. Toda esa región le cobra a sus ciudades y comunas el llamado “impuesto ecológico”, que los vecinos pagan como otra carga impositiva, pero que es devengado si sus autoridades (intendentes) cumplen con las políticas impuestas por la Unión Europea en materia de residuos urbanos.
Desde esta experiencia, podemos afirmar que la incineración no es una solución a la problemática de los residuos, sino que se contradice con los objetivos principales de cualquier plan para disminuir su impacto en la salud de los vecinos.
No es necesario entonces recordar que el tratamiento de los residuos es una materia pendiente en nuestra comunidad, pero tal vez sí lo sea reconocer de una buena vez que debemos comenzar a hablar de estos temas, más aún sabiendo que otras comunidades se han enfrentado a iguales desafíos y los resolvieron transformando el problema en una oportunidad.
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