13 oct 2010

San Francisco quiere sacar silos del centro

La Voz del Interior (13/10/2010)
San Francisco quiere sacar silos del centro



Un proyecto en el Concejo abre la controversia. Debaten el riesgo ambiental que representan los granos acumulados.
San Francisco. El Concejo Deliberante empieza a debatir por estos días un tema que durante muchos años pareció “tabú” y que ningún gobierno local se animó a abordar, por sus implicancias económicas y ambientales.
El bloque de ediles del Frente Cívico presentó un proyecto de resolución para solicitar el traslado de las empresas que acopian cereales y granos en el centro de la ciudad.
Los enormes silos de hierro rojizos que emergen sobre la avenida 25 de Mayo, principal arteria céntrica, conforman el paisaje urbano que identificó a San Francisco a lo largo de su historia.
El viejo molino Meteoro, a cargo de la firma Carlos Boero Romano data de 1892. Junto al molino San Francisco fueron pioneros del desarrollo económico de esta ciudad. Se instalaron a la vera de la vía ferroviaria y con los años la población fue creciendo a su alrededor. A mediados del siglo 20, el predio ferroviario se trasladó al sur del ejido urbano para dar más dinamismo a la ciudad, pero los silos quedaron incrustados en el microcentro, provocando inconvenientes ambientales y de tránsito.
Los ediles opositores le proponen al Ejecutivo que establezca un ámbito de “negociación y consenso” con los propietarios de la empresa propietaria de ambos complejos, y que se considere a los silos como “parte integrante de la identidad urbana”, por lo que sugieren mantener sus estructuras pero con otra actividad.
La iniciativa tuvo el respaldo de la entidad ambientalista local Amad. “La actividad de los silos es contaminante, por el polvillo clásico que afecta a sus trabajadores y a los vecinos del sector. Eso ya es motivo de conflicto en muchas ciudades y pueblos. Y se suma el agravante de que ahora algunos aplican sustancias químicas de conservación muy peligrosas”, manifestó Luis Gaviglio, de Amad.
Resta conocer la opinión del oficialismo y del gobierno municipal. Pero se anticipa como muy complejo y conflictivo exigir un traslado si las empresas no están dispuestas a la alta inversión que requeriría.
La eventual erradicación de la planta de silos provocaría revuelo en el mercado inmobiliario local. La mayoría de los inversionistas considera que esos terreros tendrían un valor muy alto por su excelente ubicación.
Algunas inmobiliarios cotizaron al metro cuadrado de terreno entre 300 y 500 dólares, sin considerar las construcciones y mejoras existentes.
En otras ciudades. La mayoría de las ciudades y pueblos del interior, donde los silos de acopio de cereales crecieron junto a las vías y quedaron con el tiempo en el centro urbano, tienen abierto –con diferentes grados de avance– el debate sobre su relocalización.
Podrían citarse docenas de ejemplos. Entre ellos, en Leones, se viene discutiendo desde hace meses normas que permitan regular la actividad de silos y eventuales traslados. En Río Tercero, en tanto, el año pasado los concejales aprobaron una ordenanza que estableció un plazo de cinco años para que varias empresas acopiadoras de cereales y hasta una fábrica de aceites que quedaron en el centro urbano se relocalicen en las afueras. Pero ningún paso han dado y la mayoría empieza a suponer que se cumplirá el plazo sin que se haya logrado. El costo del traslado de semejantes estructuras es el factor limitante central.

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