4 may 2009
Preocupados por la soja
7:56 p.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Mañana de Córdoba (04/05/2009)
La producción de soja podría volver a niveles de los ’90
Un escenario “catástrofe” se puede presentar para los sojeros, si prospera el pedido de prohibición para el glifosato. En esta campaña, la cosecha de la oleaginosa en Córdoba no superaría los 10 millones de tn y podría bajar otros dos millones en 2010.
Ya es un hecho que la producción agrícola de Córdoba caerá este año a niveles cercanos a los de comienzos de la década. Por una combinación de factores, la cosecha gruesa total apenas sobrepasaría los 16 millones de toneladas, una cifra similar a las que se obtenían en los ’90, cuando todavía se estaba gestando el paquete tecnológico que revolucionó la producción agrícola argentina. Sin embargo, este mal año pudo haber sido sólo el principio de un derrumbe incluso más profundo, si prospera cierta iniciativa, que contaría con el apoyo implícito del gobierno nacional. La denominada Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (Aadeaa) está en el centro de la atención, ya que presentó una acción de amparo ante la Corte Suprema de Justicia, a la que solicitó la suspensión de la comercialización de los agroquímicos glifosato y endosulfán. El herbicida en la picota se aplica básicamente a los cultivos de soja y su eventual prohibición no sólo elevaría el costo de la producción entre el 30 y 40 por ciento (al tener que recurrir los productores a herbicidas específicos para cada maleza, probablemente tan tóxicos como el glifosato) sino que, además, como efectos directos o indirectos, se podría reducir drásticamente la superficie sembrada con soja para el próximo año e igualmente se elevaría el consumo de gasoil, al necesitar adoptarse técnicas de labranza tradicional. “Estimamos una caída de la producción de 20 por ciento”, estimaron fuentes del sector rural. Ayer, el titular de Acsoja, Rodolfo Rossi, indicó que observan con preocupación la posibilidad de que se prohíba el glifosato. «Los argentinos no podemos buscarle a cada solución un problema; lo que hay que promover y supervisar son las buenas prácticas agrícolas», añadió. Acsoja emitió un comunicado en el que indicó: «Asistimos una vez más a una campaña que tiene como propósito la difamación del cultivo que ha sido y es un pilar fundamental de la economía nacional».
Los productores rurales sospechan que la Aadeaa es un brazo de presión y extorsión política y económica del gobierno nacional. Además, ponen en duda la veracidad e incluso la existencia misma del supuesto trabajo científico del investigador Andrés Carrasco, que apoya el pedido ante la Corte. ¿Qué dijo la asociación ambientalista? La semana pasada Aadeaa emitió un comunicado (que pasó inadvertido) en donde afirmó que la investigación de Carrasco no es sino una más de las investigaciones presentadas. Y agregó: “No tenemos ninguna relación con el gobierno nacional, quien es uno de los demandados en la acción de amparo y de quien hemos señalado, en más de una oportunidad, que prioriza perversamente los intereses económicos por sobre los derechos ambientales y que carece de política ambiental alguna”. Sin embargo, pese a la enfática desmentida, las suspicacias continúan, dado que Carrasco es subsecretario de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico del Ministerio de Defensa de la Nación. La cartera a cargo de Nilda Garré prohibió el cultivo de soja RR en los terrenos suburbanos y urbanos del Ejército. Aadeaa, por las dudas, agregó no tener “ninguna animosidad contra el sector agrícola”.
Más allá de dónde pueda venir el disparo, lo cierto es que para los sojeros la prohibición del glifosato equivaldría a un tiro al corazón de su producción. No es lo mismo recibir un solo balazo que el tiro de gracia. Después de la caída de los precios, la sequía y la política antiagrícola del gobierno nacional, la prohibición del glifosato “probablemente terminaría con la posibilidad de que muchos de los pequeños y medianos productores sigan en la actividad”, indicaron a este medio desde Aapresid, la entidad que promueve la siembra directa, una técnica de cultivo que combinada con la introducción de la soja transgénica y el glifosato permitió elevar el rinde de la soja a niveles impensados en la década anterior. La fuente de Aapresid consultada admitió que “en esta disputa no se debaten cuestiones ambientales sino políticas”.
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La producción de soja podría volver a niveles de los ’90
Un escenario “catástrofe” se puede presentar para los sojeros, si prospera el pedido de prohibición para el glifosato. En esta campaña, la cosecha de la oleaginosa en Córdoba no superaría los 10 millones de tn y podría bajar otros dos millones en 2010.
Ya es un hecho que la producción agrícola de Córdoba caerá este año a niveles cercanos a los de comienzos de la década. Por una combinación de factores, la cosecha gruesa total apenas sobrepasaría los 16 millones de toneladas, una cifra similar a las que se obtenían en los ’90, cuando todavía se estaba gestando el paquete tecnológico que revolucionó la producción agrícola argentina. Sin embargo, este mal año pudo haber sido sólo el principio de un derrumbe incluso más profundo, si prospera cierta iniciativa, que contaría con el apoyo implícito del gobierno nacional. La denominada Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (Aadeaa) está en el centro de la atención, ya que presentó una acción de amparo ante la Corte Suprema de Justicia, a la que solicitó la suspensión de la comercialización de los agroquímicos glifosato y endosulfán. El herbicida en la picota se aplica básicamente a los cultivos de soja y su eventual prohibición no sólo elevaría el costo de la producción entre el 30 y 40 por ciento (al tener que recurrir los productores a herbicidas específicos para cada maleza, probablemente tan tóxicos como el glifosato) sino que, además, como efectos directos o indirectos, se podría reducir drásticamente la superficie sembrada con soja para el próximo año e igualmente se elevaría el consumo de gasoil, al necesitar adoptarse técnicas de labranza tradicional. “Estimamos una caída de la producción de 20 por ciento”, estimaron fuentes del sector rural. Ayer, el titular de Acsoja, Rodolfo Rossi, indicó que observan con preocupación la posibilidad de que se prohíba el glifosato. «Los argentinos no podemos buscarle a cada solución un problema; lo que hay que promover y supervisar son las buenas prácticas agrícolas», añadió. Acsoja emitió un comunicado en el que indicó: «Asistimos una vez más a una campaña que tiene como propósito la difamación del cultivo que ha sido y es un pilar fundamental de la economía nacional».
Los productores rurales sospechan que la Aadeaa es un brazo de presión y extorsión política y económica del gobierno nacional. Además, ponen en duda la veracidad e incluso la existencia misma del supuesto trabajo científico del investigador Andrés Carrasco, que apoya el pedido ante la Corte. ¿Qué dijo la asociación ambientalista? La semana pasada Aadeaa emitió un comunicado (que pasó inadvertido) en donde afirmó que la investigación de Carrasco no es sino una más de las investigaciones presentadas. Y agregó: “No tenemos ninguna relación con el gobierno nacional, quien es uno de los demandados en la acción de amparo y de quien hemos señalado, en más de una oportunidad, que prioriza perversamente los intereses económicos por sobre los derechos ambientales y que carece de política ambiental alguna”. Sin embargo, pese a la enfática desmentida, las suspicacias continúan, dado que Carrasco es subsecretario de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico del Ministerio de Defensa de la Nación. La cartera a cargo de Nilda Garré prohibió el cultivo de soja RR en los terrenos suburbanos y urbanos del Ejército. Aadeaa, por las dudas, agregó no tener “ninguna animosidad contra el sector agrícola”.
Más allá de dónde pueda venir el disparo, lo cierto es que para los sojeros la prohibición del glifosato equivaldría a un tiro al corazón de su producción. No es lo mismo recibir un solo balazo que el tiro de gracia. Después de la caída de los precios, la sequía y la política antiagrícola del gobierno nacional, la prohibición del glifosato “probablemente terminaría con la posibilidad de que muchos de los pequeños y medianos productores sigan en la actividad”, indicaron a este medio desde Aapresid, la entidad que promueve la siembra directa, una técnica de cultivo que combinada con la introducción de la soja transgénica y el glifosato permitió elevar el rinde de la soja a niveles impensados en la década anterior. La fuente de Aapresid consultada admitió que “en esta disputa no se debaten cuestiones ambientales sino políticas”.
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